Álava: Frontera al nacionalismo
Ese fue el titular con el que Unidad Alavesa logró la unidad constitucionalista para enfrentarse al Pacto de Lizarra. Creo que es conveniente recordarlo y reflexionar sobre su vigencia dadas las circunstancias que hoy han hecho de Bildu la fuerza hegemónica en Euskadi, con el peligro de recoger votos procedentes del PNV y del PSE, dado que ambas fuerzas son sospechosas de enjuagues en línea con el "estado de la corrupción".
El movimiento social desde el pueblo llano a los dirigentes que se produce con motivo del rapto y asesinato de Miguel Ángel Blanco, desde el mismo día en que el pueblo nos empuja a los responsables políticos en aquella inolvidable manifestación del sábado 12 de julio de 1997 en Bilbao. El PNV con Arzalluz a la cabeza se encuentra incómodo. Ha nacido el denominado "espíritu de Ermua". Dentro de unos días volveré a recordarlo desde mi Galicia natal y vecinal y prometo echar un ramo de hortensias a la mar...
En julio de 1999 tras las elecciones forales y municipales, y a pesar del mal resultado que logramos, desde el Partido Foralista de Álava, convencemos a Fernando Buesa y Ramón Rabanera para constituir el Gobierno en la Diputación Foral de Álava, con los nacionalistas en los bancos de la oposición, y lo mismo en el Ayuntamiento de Vitoria. Será esa iniciativa la que heredará un tal Patxi López -hoy servidor desvergonzado del sanchismo- para llegar a ser Lehendakari-. Habíamos logrado los de UA que los socialistas entendieran que el PNV no podía ser parte de la solución para la paz y normalidad democrática, por ser miembros ideológicos del problema. Y así se termino el colaboracionismo como el de ahora.
El problema era cómo restaurar la democracia en el país de los vascos. Y es que había dos espacios. El policial. Donde la comunidad internacional, y tras el atentado en la Torres Gemelas, reaccionó persiguiendo por tierra, mar y aire a todas las organizaciones colaboradoras con el terrorismo, lo que incluyó al MLNV, con un PNV que trató a través de sus organizaciones en USA para no ser considerados en tal amasijo; y el espacio ideológico en el que el debate no era derechas contra izquierdas, era el concepto de libertad y democracia para garantizar los derechos humanos en el país de los vascos. Tuve que escuchar muchas veces cómo los nacionalistas moderados y radicales, anteponían los presuntos derechos del pueblo vasco -menuda entelequia- a los derechos del Ciudadano Español con residencia en la Comunidad Autónoma Vasca. Hasta el obispo Setién llegó a tal "herejía".
Y así se constituyó el primer Gobierno sin nacionalistas y así lo formamos UA y PP con el apoyo del PSE, en julio de 1999. Tuve el honor de ser mentor de la idea y miembro del Gobierno.
Hoy los dirigentes políticos deberían tener muy clara cuál es la jerarquía de los problemas y de las soluciones. España está impregnada por la subcultura de la corrupción, que mina no sólo nuestro prestigio en los foros internacionales, es que produce indignación e inseguridad jurídica en el tejido social de nuestro país, con el peligro que ello puede crear en la democracia, cuya validez hoy es muy discutible, teniendo en cuenta el posibilismo con el que actúan los mandarines del sanchismo y sus socios.
Los primeros para mantenerse a toda costa, entre otros motivos por creerse que sus poltronas son como las murallas del Monte Medulio frente a Roma. Y los otros, y tal como dijo el portavoz de ER un tal Rufián - para aprovechar lo que se pueda y quede del tiempo actual para afanar el máximo en esa actitud egoísta de quien ni está ni se le espera en el progresismo que conocíamos consistente en un Estado que organice la solidaridad y la igualdad de oportunidades entre pueblos y tierras de España.
Siempre que hay corrupción sucede cómo se queda el que llega después al Gobierno y se encuentra con una situación peor de lo que cabía esperar, en lo económico, financiero, y cultural. "El problema no es robar, es que te pillen y la Justicia no lo tolere". Como conozco muy a fondo a la Guardia Civil y sé de su valor, su entrega, su indignación al comprobar cómo viven los ladrones y como las familias del Benemérito Instituto viven toreando un sueldo en una Casa Cuartel. Una vez más les deberemos otro servicio a este querido Cuerpo fundado por el Duque de Ahumada.
También en aquellos tiempos de plomo los partidos políticos éramos diferentes. Teníamos programas distintos. Cabía la vieja discusión sobre el fuero y el huevo. Pero nos dimos cuenta. La sociedad no soportaba más la inutilidad de la rancia política partidaria. Y ahora pasa lo mismo. Para poder respirar se hace preciso abrir las ventanas como en aquel anuncio del partido socialista que colocó a Felipe y Alfonso al frente del Gobierno y comenzó la modernidad, la verdadera democracia, la política social mirando a la gente corriente. Hoy la palabra más escuchada es ¡qué asco!
Así que no permitan sus señorías que les atonten con complejos de la España cañí. Hagan justicia. Pongan de patitas en la calle a unos y en prisión a otros, sin que les tiemble el pulso. Olvídense de esa cutre Memoria Histórica que esgrimen presuntas damas que ponen las manos en el fuego por los puteros.
Por si les sirve de algo, nosotros, los de aquella UA pequeña, rebelde, valiente, paisana, fuimos dignos hijos de la leyenda que rodea el blasón del Territorio Foral de Álava: "En aumento de la justicia, contra malhechores".
Ese fue el titular con el que Unidad Alavesa logró la unidad constitucionalista para enfrentarse al Pacto de Lizarra. Creo que es conveniente recordarlo y reflexionar sobre su vigencia dadas las circunstancias que hoy han hecho de Bildu la fuerza hegemónica en Euskadi, con el peligro de recoger votos procedentes del PNV y del PSE, dado que ambas fuerzas son sospechosas de enjuagues en línea con el "estado de la corrupción".
El movimiento social desde el pueblo llano a los dirigentes que se produce con motivo del rapto y asesinato de Miguel Ángel Blanco, desde el mismo día en que el pueblo nos empuja a los responsables políticos en aquella inolvidable manifestación del sábado 12 de julio de 1997 en Bilbao. El PNV con Arzalluz a la cabeza se encuentra incómodo. Ha nacido el denominado "espíritu de Ermua". Dentro de unos días volveré a recordarlo desde mi Galicia natal y vecinal y prometo echar un ramo de hortensias a la mar...
En julio de 1999 tras las elecciones forales y municipales, y a pesar del mal resultado que logramos, desde el Partido Foralista de Álava, convencemos a Fernando Buesa y Ramón Rabanera para constituir el Gobierno en la Diputación Foral de Álava, con los nacionalistas en los bancos de la oposición, y lo mismo en el Ayuntamiento de Vitoria. Será esa iniciativa la que heredará un tal Patxi López -hoy servidor desvergonzado del sanchismo- para llegar a ser Lehendakari-. Habíamos logrado los de UA que los socialistas entendieran que el PNV no podía ser parte de la solución para la paz y normalidad democrática, por ser miembros ideológicos del problema. Y así se termino el colaboracionismo como el de ahora.
El problema era cómo restaurar la democracia en el país de los vascos. Y es que había dos espacios. El policial. Donde la comunidad internacional, y tras el atentado en la Torres Gemelas, reaccionó persiguiendo por tierra, mar y aire a todas las organizaciones colaboradoras con el terrorismo, lo que incluyó al MLNV, con un PNV que trató a través de sus organizaciones en USA para no ser considerados en tal amasijo; y el espacio ideológico en el que el debate no era derechas contra izquierdas, era el concepto de libertad y democracia para garantizar los derechos humanos en el país de los vascos. Tuve que escuchar muchas veces cómo los nacionalistas moderados y radicales, anteponían los presuntos derechos del pueblo vasco -menuda entelequia- a los derechos del Ciudadano Español con residencia en la Comunidad Autónoma Vasca. Hasta el obispo Setién llegó a tal "herejía".
Y así se constituyó el primer Gobierno sin nacionalistas y así lo formamos UA y PP con el apoyo del PSE, en julio de 1999. Tuve el honor de ser mentor de la idea y miembro del Gobierno.
Hoy los dirigentes políticos deberían tener muy clara cuál es la jerarquía de los problemas y de las soluciones. España está impregnada por la subcultura de la corrupción, que mina no sólo nuestro prestigio en los foros internacionales, es que produce indignación e inseguridad jurídica en el tejido social de nuestro país, con el peligro que ello puede crear en la democracia, cuya validez hoy es muy discutible, teniendo en cuenta el posibilismo con el que actúan los mandarines del sanchismo y sus socios.
Los primeros para mantenerse a toda costa, entre otros motivos por creerse que sus poltronas son como las murallas del Monte Medulio frente a Roma. Y los otros, y tal como dijo el portavoz de ER un tal Rufián - para aprovechar lo que se pueda y quede del tiempo actual para afanar el máximo en esa actitud egoísta de quien ni está ni se le espera en el progresismo que conocíamos consistente en un Estado que organice la solidaridad y la igualdad de oportunidades entre pueblos y tierras de España.
Siempre que hay corrupción sucede cómo se queda el que llega después al Gobierno y se encuentra con una situación peor de lo que cabía esperar, en lo económico, financiero, y cultural. "El problema no es robar, es que te pillen y la Justicia no lo tolere". Como conozco muy a fondo a la Guardia Civil y sé de su valor, su entrega, su indignación al comprobar cómo viven los ladrones y como las familias del Benemérito Instituto viven toreando un sueldo en una Casa Cuartel. Una vez más les deberemos otro servicio a este querido Cuerpo fundado por el Duque de Ahumada.
También en aquellos tiempos de plomo los partidos políticos éramos diferentes. Teníamos programas distintos. Cabía la vieja discusión sobre el fuero y el huevo. Pero nos dimos cuenta. La sociedad no soportaba más la inutilidad de la rancia política partidaria. Y ahora pasa lo mismo. Para poder respirar se hace preciso abrir las ventanas como en aquel anuncio del partido socialista que colocó a Felipe y Alfonso al frente del Gobierno y comenzó la modernidad, la verdadera democracia, la política social mirando a la gente corriente. Hoy la palabra más escuchada es ¡qué asco!
Así que no permitan sus señorías que les atonten con complejos de la España cañí. Hagan justicia. Pongan de patitas en la calle a unos y en prisión a otros, sin que les tiemble el pulso. Olvídense de esa cutre Memoria Histórica que esgrimen presuntas damas que ponen las manos en el fuego por los puteros.
Por si les sirve de algo, nosotros, los de aquella UA pequeña, rebelde, valiente, paisana, fuimos dignos hijos de la leyenda que rodea el blasón del Territorio Foral de Álava: "En aumento de la justicia, contra malhechores".