Domingo, 07 de Septiembre de 2025

Actualizada Sábado, 06 de Septiembre de 2025 a las 18:12:26 horas

Tienes activado un bloqueador de publicidad

Intentamos presentarte publicidad respectuosa con el lector, que además ayuda a mantener este medio de comunicación y ofrecerte información de calidad.

Por eso te pedimos que nos apoyes y desactives el bloqueador de anuncios. Gracias.

Continuar...

Sábado, 12 de Julio de 2025 Tiempo de lectura:

¿Se está haciendo lo necesario para evitar que una nueva DANA se convierta en otra tragedia en la huerta sur de Valencia?

[Img #28503]

 

En los días posteriores a las dramáticas inundaciones que asolaron la Huerta Sur de Valencia en octubre de 2024, se hizo tristemente famoso el Barranco del Poyo, un cauce de corto recorrido y casi siempre seco, de aspecto insignificante, pero que a lo largo de la historia ha sido capaz de producir grandes catástrofes, sin que hasta la fecha se haya puesto remedio mediante la construcción de las infraestructuras necesarias.

 

La ciudad de Valencia, fundada por los romanos en una isla entre dos brazos del Turia, ha sido testigo durante los dos últimos milenios de una contienda entre la ordenación urbana y las fuerzas de la naturaleza. Las excavaciones arqueológicas han permitido encontrar sedimentos dejados por las inundaciones de los siglos I y II a.C., I al IV d.C., y también durante la época musulmana, entre los siglos IX y XI. Durante ese largo periodo, las sucesivas murallas que rodearon la ciudad, además de actuar como barrera protectora contra invasores, sirvieron también como dique para detener las aguas desbordadas del Turia. Esta situación se mantuvo hasta finales del siglo XVI, siendo la Junta de Murs i Valls la que se encargaba de mantener en buen estado las murallas y sus fosos, para impedir la entrada de las inundaciones al interior del recinto urbano.

 

Desde el inicio del Renacimiento, los registros del Llibre del Consell atestiguan que, desde 1321 hasta la actualidad, se han contabilizado 27 inundaciones, con un promedio de cuatro riadas por siglo. En todas ellas, el agua desbordada buscó la querencia hacia sus antiguos cauces, ignorando los obstáculos construidos por la mano del hombre. En 1589, una terrible riada rebasó las defensas amuralladas y arrasó la ciudad, por lo que se decidió crear una nueva institución, la Fàbrica Nova del Riu, que tendría como misión construir los pretiles en ambas orillas del río, para evitar así que las crecidas superasen los bordes del canal. La construcción de dicho canal, de dimensiones colosales para la época, se prolongó durante casi dos siglos, entre 1591 y 1789, salvando a la ciudad de varias inundaciones, o al menos minimizando sus consecuencias. Este antiguo cauce constituye hoy una magnifica zona ajardinada que atraviesa la ciudad dibujando un enorme meandro desde las afueras hasta la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

 

Sin embargo, y a pesar de sus enormes dimensiones, ese encauzamiento no fue capaz de contener algunas de avenidas extremadamente violentas, como la acaecida en 1776 o la que ocurrió dos siglos y medio más tarde, en 1957. Esta última dio lugar a un ambicioso proyecto, la construcción de un canal alternativo, con dimensiones todavía mayores, varios kilómetros al sur de la ciudad, el denominado Plan Sur. Este nuevo cauce fue providencial en octubre de 2024 para salvar a la ciudad de una nueva catástrofe.

 

Durante las semanas siguientes al 29 de octubre de 2024, fueron numerosos los artículos que recordaron al ilustrado naturalista Antonio José Cavanilles, que en su completísima obra Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, Población y Frutos del Reyno de Valencia, publicada en 1795, describía con detalle las consecuencias del incontrolado comportamiento del Barranco del Poyo. Pero no fue Cavanilles el único que prestó atención a este barranco. En el Archivo Histórico Municipal de Valencia (AHMV), existe abundante información sobre los estragos que causaron sus riadas. Por lo que se refiere a la de 1776, fueron numerosos los informes que se realizaron para analizar la catástrofe y sus causas, prestando mucha una atención al desbordamiento del Barranco del Poyo, porque cuando se sumaba al caudal  del río Turia, aumentaban dramáticamente sus consecuencias. En los informes de la época se describía cómo a la altura de la Venta del Poyo (cerca del cruce entre la A-3 y el by-pass), se produjo un “rompimiento” (es decir, que el agua se salió de su cauce buscando un camino diferente), empezando a correr paralelamente al camino de Madrid, que discurría por un trazado muy próximo a la actual autovía A-3. La única explicación posible para que ocurriese este “desvío natural” es que el desbordamiento aprovechase un antiguo cauce, que debía discurrir por los aledaños del camino de Madrid, pudiendo deducirse que hace dos siglos y medio, el trazado del Barranco del Poyo era distinto del actual.

 

Como solución, los especialistas de la época proponían la construcción de una presa de regulación aguas arriba y desviar las aguas del Barranco del Poyo hacia el Barranco de Torrent y evitar así que llegasen hasta el Turia. La documentación archivada en el AHMV permite comprobar que la eficacia y diligencia de los dirigentes de la época no era muy diferente a la de los políticos actuales, porque diez años después de la riada, todavía no se habían emprendido ninguna de las obras aconsejadas por los expertos.

 

La parte superior de la figura adjunta muestra el área situada al oeste de Valencia, donde puede apreciarse la diferencia entre la textura de la red de drenaje en el cuadrante inferior izquierdo (con relieve escarpado y cauces que configuran una estructura dendrítica) y las zonas llanas del norte, con cauces rectilíneos descendiendo hacia el Este (barrancos de Pozalet y Gallego). Además, en la zona central se localiza un área aparentemente anómala, donde los barrancos giran bruscamente hacia el Sur (obsérvese los cambios bruscos de dirección al sureste de la Masía del Oliveral). Desde el punto de vista geomorfológico, es imposible que, en una zona llana, sin cambios de litología o fracturas en el subsuelo, un cauce fluvial realice un brusco cambio de dirección de 90º sin intervención de la mano del hombre. Esta interpretación es coherente con el análisis realizado por Faus Prieto (1999), quien afirma que (en algún momento, en fechas aún por determinar entre finales del siglo XVIII y el siglo XIX), sí que debió realizarse el desvío artificial de algunos cauces, coincidiendo en sus conclusiones con Carmona (1995) y más recientemente con Barbadillo (2025).

 

Las flechas negras en el mapa de la figura adjunta muestran los flujos de corriente de la riada de 1776, deducidos a partir de los documentos archivados en el AHMV. Complementariamente, la parte central e inferior de la figura, muestran imágenes satélite, respectivamente adquiridas inmediatamente antes y después de la Dana del 29 de octubre de 2024. Las diferencias entre ambas imágenes son evidentes, marcadas por la abundancia de zonas de color ocre en la imagen inferior, que corresponden a las áreas sin vegetación como consecuencia de la sedimentación y erosión producida por las aguas desbordadas.

 

La distribución espacial de las zonas erosionadas permite reconstruir la trayectoria seguida por las aguas, pudiendo observarse como inicialmente, desde la Masía del Oliveral, el agua sigue hacia el Este, recuperando su antiguo camino con una trayectoria similar a la registrada en la riada de 1776, aunque virando bruscamente hacia el Sur, sin llegar a rebasar las zonas urbanizadas. La comparación entre las trayectorias del mapa en la parte superior de la figura y la imagen inferior, permite visualizar cómo los cauces que estuvieron activos hace dos siglos y medio han sido modificados y no han estado operativos en la reciente inundación. En efecto, la corriente que se encaminaba hacia Mislata pasando por Quart de Poblet y la que se dirigía a Xirivella pasando entre Alaquàs y Aldaia, apenas son detectables en la imagen. Por el contrario, la trayectoria más meridional es claramente dominante, concentrando toda la avenida del Barranco del Poyo y el caudal de otros barrancos procedentes del Oeste hacia el Barranco de Torrent, que se convirtió así en el protagonista principal de la tragedia.

 

[Img #28511]

 

La reconstrucción de la secuencia de la avenida en la zona cero de la catástrofe indica que el primer flujo de agua procedió del sur, del Barranco de la Horteta, pero la inundación masiva, la verdadera catástrofe, no tuvo lugar hasta la llegada del caudal procedente del Barranco del Poyo. Un poco más tarde, cuando el agua del Pozalet (con un caudal muy inferior al del Barranco del Poyo), empezó a invadir el centro comercial de Bonaire y las localidades de Aldaia, Alaquàs y Xirivella, los pueblos ribereños del Barranco de Torrente estaban ya totalmente inundados. La imagen inferior, además, evidencia cómo la enorme capacidad de evacuación del cauce nuevo del Turia salvó la ciudad de Valencia de una nueva catástrofe, aunque al mismo tiempo agravó las consecuencias de la riada en la Huerta Sur, al actuar como dique de contención (véase el área marcada por el círculo amarillo en la zona inferior derecha).

 

Como indica Martínez - Abraín (2025), al desviar los caudales del Barranco del Poyo hacia el Barranco de Torrent para aliviar las inundaciones de la ciudad de Valencia, se ha aumentado dramáticamente el riego de inundaciones en la Huerta Sur, con aportes adicionales de agua que antaño fluían en otra dirección. Esta decisión, que pudo considerarse acertada hace dos siglos, merece hoy una consideración completamente diferente, dada la densidad de población y la intensiva urbanización del área.

 

A la fecha de hoy, varios meses después de la catástrofe, las instituciones que debían haber sido responsables de evitar la tragedia y de gestionar la catástrofe, siguen echándose los trastos a la cabeza, sin que ninguna de ellas se digne a asumir la parte de responsabilidad que les corresponde. La geología y la historia nos proporcionan argumentos suficientes para asegurar que este tipo de fenómenos atmosféricos pueden volver a presentarse en cualquier momento, incluso el próximo otoño. La documentación almacenada en los archivos indica que la construcción de un embalse para laminar las crecidas del Barranco del Poyo estaba ya propuesta desde hace más de dos siglos, sin que haya sido aún realizada. Pero no es sólo eso, el problema planteado por el desvío del cauce de los barrancos era ya conocido desde hace décadas. Así se deduce del contenido del derogado trasvase del Ebro, que además de la construcción de la mencionada presa, incluían la restitución y adaptación de los cauces naturales del Barranco del Poyo.  

 

De acuerdo con las informaciones aparecidas en prensa durante las últimas semanas, se están considerando como prioritarias las obras de encauzamiento de los barrancos de la Horteta o el de Pozalet. Teniendo en cuenta todo lo anteriormente expuesto, cabe preguntarse si realmente  se está haciendo lo necesario para evitar una nueva tragedia. Esperemos que, cuando la próxima DANA catastrófica haga acto de presencia (algo que indefectiblemente ocurrirá, tarde o temprano, como ha venido ocurriendo desde hace más de dos millones de años) esas soluciones estén operativas, no debamos lamentar por enésima vez la falta de infraestructuras y no escuchemos de nuevo que la culpa la tiene el cambio climático.

 

 

Referencias bibliográficas

Barbadillo, J. (2025).- Encajando tormentas. Quercus, 467, pp. 6-7.

Carmona, P. (1995).- Análisis geomorfológico de abanicos aluviales y procesos de desbordamiento en el litoral de Valencia. Cuadernos de Geografía, 57, pp. 17-34.

Faus Prieto, A. (1999).- La ciudad de Valencia ante las riadas del Turia de 1776. Cuadernos de Geografía, 65 – 66, pp. 123-142.

Martínez – Abraín, A. (2025).- Clima y adaptación. Quercus, 472, pp. 12-13.

 

(*) Una versión más extensa y detallada de este artículo puede leerse en: Reflexiones heterodoxas sobre la DANA, el Barranco del Poyo y las soluciones pendientes desde hace siglos – www.Entrevisttas.com

 

 

Portada

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.