Ante la Audiencia Nacional
El exjefe de Inteligencia de Venezuela señala a la izquierda española: acusa a Nicolás Maduro de financiar con dinero del chavismo a Podemos y a Rodríguez Zapatero
![[Img #28533]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/07_2025/3530_screenshot-2025-07-17-at-09-09-01-jose-luis-rodriguez-zapatero-youtube-buscar-con-google.png)
En una declaración explosiva ante la Audiencia Nacional, el exjefe de contrainteligencia militar de Venezuela, Hugo “El Pollo” Carvajal, ha entregado un informe confidencial que debería reconfigurar por completo el panorama político español. Según revela The Objective, Carvajal acusa directamente al régimen de Nicolás Maduro de haber financiado durante años a movimientos de izquierda en todo el mundo, incluyendo, como ya adelantó La Tribuna del País Vasco en su momento, al partido español Podemos y al expresidente del Gobierno socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
El documento fue entregado el 20 de septiembre de 2021 en sede judicial, durante una comparecencia ante el Juzgado Central de Instrucción número 6. Acompañado por su abogada, Dolores Argüelles, Carvajal se presentó ante los jueces Joaquín Gadea y Alejandro Abascal, y el fiscal Jesús Alonso. Allí sostuvo que el régimen bolivariano, bajo la dirección directa de Maduro, habría canalizado fondos de manera sistemática a través de redes de empresas opacas, comisiones encubiertas y acuerdos secretos, con el objetivo de influir en gobiernos y partidos extranjeros afines.
Aunque el sumario permanece bajo secreto judicial y no se han hecho públicos ni las cifras ni los mecanismos exactos de la financiación, Carvajal aseguró que la estrategia formaba parte de la política exterior del chavismo desde la época en que Maduro era canciller. En su testimonio, afirmó que la estructura venezolana de inteligencia estaba al tanto de este plan, y que él mismo había presenciado cómo se ejecutaban transferencias y acuerdos con líderes internacionales.
Uno de los elementos más llamativos del informe se centra en España. Carvajal sostiene que existió una “relación continuada” entre el régimen venezolano y el partido Podemos, sin detallar en qué consistía exactamente esa vinculación. Pero aún más grave resulta la acusación dirigida contra el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, a quien señala como beneficiario de acciones en empresas venezolanas entregadas a través de testaferros, lo que habría generado supuestamente ingresos millonarios para el expresidente español. Según el documento, estas “compensaciones” estarían relacionadas con el respaldo político brindado por Zapatero al régimen de Maduro en el ámbito internacional.
Carvajal también apunta a una posible conexión entre Zapatero y la firma española Duro Felguera, que firmó contratos con Venezuela durante los años más duros del chavismo. Según el exmilitar venezolano, estos contratos habrían servido de canal para desviar fondos y recompensar a colaboradores europeos del régimen bolivariano.
El escándalo estalla en un momento especialmente sensible para la izquierda española. Aunque las acusaciones aún no han sido ratificadas por pruebas públicas concluyentes, el impacto político es evidente. La credibilidad de Carvajal ha sido puesta en duda en diversas ocasiones —fue jefe de la Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela hasta 2014, fue detenido en Madrid en 2021 por orden de Estados Unidos y extraditado en 2023 por cargos de narcotráfico y blanqueo de capitales—, pero su posición privilegiada en el aparato chavista le otorga un conocimiento profundo de los entramados internos del régimen.
Las implicaciones son múltiples. Si la Audiencia Nacional decide dar curso a una investigación a fondo, podrían abrirse nuevas causas judiciales que afecten directamente a dirigentes del actual espacio político de la izquierda y de la extrema izquierda socialista y podemita. Además, las revelaciones podrían dañar gravemente la imagen internacional de figuras como José Luis Rodríguez Zapatero, que en los últimos años ha actuado como mediador en procesos políticos latinoamericanos.
Por ahora, el informe de Carvajal permanece bajo secreto de sumario, lo que impide confirmar de forma independiente el contenido exacto de sus acusaciones. No obstante, la gravedad de las afirmaciones y su posible impacto en la política española e internacional han puesto en alerta tanto a los tribunales como a los medios de comunicación.
El caso ha abierto un debate inquietante: ¿hasta qué punto las democracias europeas pueden haber sido influenciadas —o incluso financiadas— por regímenes autoritarios comunistas? ¿Qué consecuencias tendría que una parte de la clase política española estuviera vinculada a operaciones de financiación internacional clandestina?
La pelota está ahora en el tejado de la justicia española. Si las declaraciones de Carvajal son corroboradas con pruebas sólidas, estaríamos ante uno de los mayores escándalos políticos en la historia reciente de España. Si no lo son, el caso se sumará al ya largo historial de sombras, conspiraciones y secretos que rodean al chavismo... y a sus aliados.
En una declaración explosiva ante la Audiencia Nacional, el exjefe de contrainteligencia militar de Venezuela, Hugo “El Pollo” Carvajal, ha entregado un informe confidencial que debería reconfigurar por completo el panorama político español. Según revela The Objective, Carvajal acusa directamente al régimen de Nicolás Maduro de haber financiado durante años a movimientos de izquierda en todo el mundo, incluyendo, como ya adelantó La Tribuna del País Vasco en su momento, al partido español Podemos y al expresidente del Gobierno socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
El documento fue entregado el 20 de septiembre de 2021 en sede judicial, durante una comparecencia ante el Juzgado Central de Instrucción número 6. Acompañado por su abogada, Dolores Argüelles, Carvajal se presentó ante los jueces Joaquín Gadea y Alejandro Abascal, y el fiscal Jesús Alonso. Allí sostuvo que el régimen bolivariano, bajo la dirección directa de Maduro, habría canalizado fondos de manera sistemática a través de redes de empresas opacas, comisiones encubiertas y acuerdos secretos, con el objetivo de influir en gobiernos y partidos extranjeros afines.
Aunque el sumario permanece bajo secreto judicial y no se han hecho públicos ni las cifras ni los mecanismos exactos de la financiación, Carvajal aseguró que la estrategia formaba parte de la política exterior del chavismo desde la época en que Maduro era canciller. En su testimonio, afirmó que la estructura venezolana de inteligencia estaba al tanto de este plan, y que él mismo había presenciado cómo se ejecutaban transferencias y acuerdos con líderes internacionales.
Uno de los elementos más llamativos del informe se centra en España. Carvajal sostiene que existió una “relación continuada” entre el régimen venezolano y el partido Podemos, sin detallar en qué consistía exactamente esa vinculación. Pero aún más grave resulta la acusación dirigida contra el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, a quien señala como beneficiario de acciones en empresas venezolanas entregadas a través de testaferros, lo que habría generado supuestamente ingresos millonarios para el expresidente español. Según el documento, estas “compensaciones” estarían relacionadas con el respaldo político brindado por Zapatero al régimen de Maduro en el ámbito internacional.
Carvajal también apunta a una posible conexión entre Zapatero y la firma española Duro Felguera, que firmó contratos con Venezuela durante los años más duros del chavismo. Según el exmilitar venezolano, estos contratos habrían servido de canal para desviar fondos y recompensar a colaboradores europeos del régimen bolivariano.
El escándalo estalla en un momento especialmente sensible para la izquierda española. Aunque las acusaciones aún no han sido ratificadas por pruebas públicas concluyentes, el impacto político es evidente. La credibilidad de Carvajal ha sido puesta en duda en diversas ocasiones —fue jefe de la Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela hasta 2014, fue detenido en Madrid en 2021 por orden de Estados Unidos y extraditado en 2023 por cargos de narcotráfico y blanqueo de capitales—, pero su posición privilegiada en el aparato chavista le otorga un conocimiento profundo de los entramados internos del régimen.
Las implicaciones son múltiples. Si la Audiencia Nacional decide dar curso a una investigación a fondo, podrían abrirse nuevas causas judiciales que afecten directamente a dirigentes del actual espacio político de la izquierda y de la extrema izquierda socialista y podemita. Además, las revelaciones podrían dañar gravemente la imagen internacional de figuras como José Luis Rodríguez Zapatero, que en los últimos años ha actuado como mediador en procesos políticos latinoamericanos.
Por ahora, el informe de Carvajal permanece bajo secreto de sumario, lo que impide confirmar de forma independiente el contenido exacto de sus acusaciones. No obstante, la gravedad de las afirmaciones y su posible impacto en la política española e internacional han puesto en alerta tanto a los tribunales como a los medios de comunicación.
El caso ha abierto un debate inquietante: ¿hasta qué punto las democracias europeas pueden haber sido influenciadas —o incluso financiadas— por regímenes autoritarios comunistas? ¿Qué consecuencias tendría que una parte de la clase política española estuviera vinculada a operaciones de financiación internacional clandestina?
La pelota está ahora en el tejado de la justicia española. Si las declaraciones de Carvajal son corroboradas con pruebas sólidas, estaríamos ante uno de los mayores escándalos políticos en la historia reciente de España. Si no lo son, el caso se sumará al ya largo historial de sombras, conspiraciones y secretos que rodean al chavismo... y a sus aliados.