“Se trata de una mala práctica bancaria”, según Protección de Datos
La Caixa se apropia de los datos personales de 500.000 clientes de Barclays España y los regala a sus empresas participadas
Desde que hace varios meses la Caixa comprara el negocio bancario de Barclays en España, ambas entidades financieras han venido preparando el definitivo cambio de marca que tendrá lugar el próximo día 1 de enero de 2015. A partir de esa primera jornada del próximo año, Barclays dejará de existir en España, las oficinas del banco británico pasarán a lucir el logo de la caja catalana y las sucursales comenzarán un proceso de convivencia y unificación informática que durará varias semanas.
El medio millón de clientes que Barclays tiene en España también se convertirá, de la noche a la mañana, en un nuevo grupo de clientes de la firma presidida por Isidro Fainé. Y es en este punto donde, según ha podido saber “La Tribuna del País Vasco” tras consultar con la Agencia de Protección de Datos de Euskadi, la Caixa está realizando una “muy negativa” práctica bancaria al transmitir automáticamente los datos personales y financieros de los antiguos clientes de Barclays a las varias decenas de empresas de las que forma parte esta entidad.
De hecho, todos los actuales clientes de Barclays están recibiendo una carta en el que se les informa de que sus datos personales se traspasarán del banco británico a la Caixa, algo que es habitual y que no supone ningún conflicto legal. El problema surge cuando, en la misma misiva, se señala, literalmente, lo siguiente:
(…) “De igual modo, sus datos podrán ser cedidos (nombre, apellidos, NIF, domicilio, dirección de correo electrónico, teléfono fijo y móvil, y demás datos de contacto) a la Fundación Bancaria Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona ‘La Caixa’, así como a las empresas y entidades en cuyo capital social o fundacional ésta participe directa o indirectamente, con el objeto de que puedan dirigirle comunicaciones, en papel y por medios electrónicos, de sus propios productos y servicios (…)”
Barclays y La Caixa ofrecen a los clientes un plazo de 30 días para que cualquier persona que no desee que sus datos privados sean mercantilizados por ambas entidades lo haga constar a través de un número de teléfono.
Las Agencias de Protección de Datos explican que el comportamiento de la Caixa no es ilegal, ya que ofrece a los clientes que lo deseen una posibilidad de evadirse de este tráfico de información privada, pero sí es una muy “mala práctica” bancaria, ya que lo que debería haber hecho la Caja es pedir permiso a cada uno de los clientes de Barclays para tratar sus datos con los objetivos antes señalados.
“Es cierto que el consentimiento del cliente puede ser activo o pasivo”, explican los expertos, “y de ambas formas se cumple con la normativa actual”. “Pero hacerlo de forma pasiva, obligando al cliente a actuar activamente para que sus datos no sean traficados de una entidad bancaria a determinadas empresas, es algo que no debe hacerse si una entidad quiere destacarse por el mantenimiento de unas correctas y apropiadas prácticas bancarias. El acatamiento de cesión de datos siempre es mejor que sea de una forma proactiva y voluntariamente consentida”.
Desde que hace varios meses la Caixa comprara el negocio bancario de Barclays en España, ambas entidades financieras han venido preparando el definitivo cambio de marca que tendrá lugar el próximo día 1 de enero de 2015. A partir de esa primera jornada del próximo año, Barclays dejará de existir en España, las oficinas del banco británico pasarán a lucir el logo de la caja catalana y las sucursales comenzarán un proceso de convivencia y unificación informática que durará varias semanas.
El medio millón de clientes que Barclays tiene en España también se convertirá, de la noche a la mañana, en un nuevo grupo de clientes de la firma presidida por Isidro Fainé. Y es en este punto donde, según ha podido saber “La Tribuna del País Vasco” tras consultar con la Agencia de Protección de Datos de Euskadi, la Caixa está realizando una “muy negativa” práctica bancaria al transmitir automáticamente los datos personales y financieros de los antiguos clientes de Barclays a las varias decenas de empresas de las que forma parte esta entidad.
De hecho, todos los actuales clientes de Barclays están recibiendo una carta en el que se les informa de que sus datos personales se traspasarán del banco británico a la Caixa, algo que es habitual y que no supone ningún conflicto legal. El problema surge cuando, en la misma misiva, se señala, literalmente, lo siguiente:
(…) “De igual modo, sus datos podrán ser cedidos (nombre, apellidos, NIF, domicilio, dirección de correo electrónico, teléfono fijo y móvil, y demás datos de contacto) a la Fundación Bancaria Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona ‘La Caixa’, así como a las empresas y entidades en cuyo capital social o fundacional ésta participe directa o indirectamente, con el objeto de que puedan dirigirle comunicaciones, en papel y por medios electrónicos, de sus propios productos y servicios (…)”
Barclays y La Caixa ofrecen a los clientes un plazo de 30 días para que cualquier persona que no desee que sus datos privados sean mercantilizados por ambas entidades lo haga constar a través de un número de teléfono.
Las Agencias de Protección de Datos explican que el comportamiento de la Caixa no es ilegal, ya que ofrece a los clientes que lo deseen una posibilidad de evadirse de este tráfico de información privada, pero sí es una muy “mala práctica” bancaria, ya que lo que debería haber hecho la Caja es pedir permiso a cada uno de los clientes de Barclays para tratar sus datos con los objetivos antes señalados.
“Es cierto que el consentimiento del cliente puede ser activo o pasivo”, explican los expertos, “y de ambas formas se cumple con la normativa actual”. “Pero hacerlo de forma pasiva, obligando al cliente a actuar activamente para que sus datos no sean traficados de una entidad bancaria a determinadas empresas, es algo que no debe hacerse si una entidad quiere destacarse por el mantenimiento de unas correctas y apropiadas prácticas bancarias. El acatamiento de cesión de datos siempre es mejor que sea de una forma proactiva y voluntariamente consentida”.











