Investigación en "Journal of Modern Physics"
Un estudio sugiere que algunas luces en el cielo podrían ser formas de vida inteligentes y no objetos tecnológicos
![[Img #28574]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/07_2025/2267_plasma-def.jpg)
En un estudio que parece sacado de una novela de ciencia ficción, pero publicado en una de las revistas científicas más respetadas del mundo, un grupo internacional de astrobiólogos, físicos y astrónomos sostiene que muchas de las llamadas luces no identificadas vistas en el cielo —incluidas algunas filmadas por la NASA y las fuerzas armadas de EE.UU.— podrían no ser naves extraterrestres… sino formas de vida inteligentes hechas de plasma.
Nota: Los suscriptores de La Tribuna del País Vasco pueden solicitar una copia del estudio por los canales habituales: [email protected] o en el teléfono 650114502
Según el artículo publicado en el Journal of Modern Physics, titulado “Unidentified Anomalous Phenomena, Extraterrestrial Life, Plasmoids, Shape Shifters...”, estas entidades —denominadas plasmoides— son masas autoiluminadas de plasma que muestran comportamientos complejos: cambian de forma, se replican, se agrupan, persiguen aviones y pueden atravesar metal, vidrio o plástico.
Los investigadores, entre ellos expertos de la Universidad de Arizona y del CNRS francés, afirman que estas entidades han sido filmadas por la NASA rodeando transbordadores espaciales, descendiendo hacia tormentas eléctricas y emergiendo del océano, comportándose como si tuvieran conciencia del entorno. Algunas de ellas, aseguran, han sido vistas acercándose a la Estación Espacial Internacional, y su comportamiento sugiere que podrían representar un "cuarto dominio de la vida", distinto de animales, plantas y microorganismos.
Lo más inquietante: los científicos apuntan que estas entidades podrían estar implicadas en desastres aéreos sin explicación, ya que son capaces de interferir con sistemas electrónicos, provocar alucinaciones y chocar con aeronaves en pleno vuelo.
“No todas las luces inexplicables en el cielo son naves alienígenas. Algunas podrían ser organismos energéticos, vivos, que han existido desde siempre en nuestra atmósfera”, escriben los autores. Incluso sostienen que estos plasmoides podrían reproducirse, emitir "señales de curiosidad", y comportarse de manera social e inteligente, como si fueran una suerte de medusas espaciales.
Uno de los investigadores cita registros visuales que muestran a estas entidades acercándose a ventanas de transbordadores espaciales “como si observaran al interior”, y describe a un objeto que, tras seguir a un avión durante varios minutos, penetró en la cabina a través del fuselaje, se desplazó lentamente por su interior, y luego desapareció.
El estudio sugiere incluso que la NASA habría manipulado parte del metraje original de sus filmaciones para ocultar estas anomalías, añadiendo capas de “ruido visual” a las imágenes.
Aunque el artículo no descarta que existan también naves tecnológicas de origen extraterrestre, plantea una idea más perturbadora aún: que el universo —y nuestra propia atmósfera— está lleno de vida que no reconocemos, porque no se parece en nada a lo que esperamos.
En un estudio que parece sacado de una novela de ciencia ficción, pero publicado en una de las revistas científicas más respetadas del mundo, un grupo internacional de astrobiólogos, físicos y astrónomos sostiene que muchas de las llamadas luces no identificadas vistas en el cielo —incluidas algunas filmadas por la NASA y las fuerzas armadas de EE.UU.— podrían no ser naves extraterrestres… sino formas de vida inteligentes hechas de plasma.
Nota: Los suscriptores de La Tribuna del País Vasco pueden solicitar una copia del estudio por los canales habituales: [email protected] o en el teléfono 650114502
Según el artículo publicado en el Journal of Modern Physics, titulado “Unidentified Anomalous Phenomena, Extraterrestrial Life, Plasmoids, Shape Shifters...”, estas entidades —denominadas plasmoides— son masas autoiluminadas de plasma que muestran comportamientos complejos: cambian de forma, se replican, se agrupan, persiguen aviones y pueden atravesar metal, vidrio o plástico.
Los investigadores, entre ellos expertos de la Universidad de Arizona y del CNRS francés, afirman que estas entidades han sido filmadas por la NASA rodeando transbordadores espaciales, descendiendo hacia tormentas eléctricas y emergiendo del océano, comportándose como si tuvieran conciencia del entorno. Algunas de ellas, aseguran, han sido vistas acercándose a la Estación Espacial Internacional, y su comportamiento sugiere que podrían representar un "cuarto dominio de la vida", distinto de animales, plantas y microorganismos.
Lo más inquietante: los científicos apuntan que estas entidades podrían estar implicadas en desastres aéreos sin explicación, ya que son capaces de interferir con sistemas electrónicos, provocar alucinaciones y chocar con aeronaves en pleno vuelo.
“No todas las luces inexplicables en el cielo son naves alienígenas. Algunas podrían ser organismos energéticos, vivos, que han existido desde siempre en nuestra atmósfera”, escriben los autores. Incluso sostienen que estos plasmoides podrían reproducirse, emitir "señales de curiosidad", y comportarse de manera social e inteligente, como si fueran una suerte de medusas espaciales.
Uno de los investigadores cita registros visuales que muestran a estas entidades acercándose a ventanas de transbordadores espaciales “como si observaran al interior”, y describe a un objeto que, tras seguir a un avión durante varios minutos, penetró en la cabina a través del fuselaje, se desplazó lentamente por su interior, y luego desapareció.
El estudio sugiere incluso que la NASA habría manipulado parte del metraje original de sus filmaciones para ocultar estas anomalías, añadiendo capas de “ruido visual” a las imágenes.
Aunque el artículo no descarta que existan también naves tecnológicas de origen extraterrestre, plantea una idea más perturbadora aún: que el universo —y nuestra propia atmósfera— está lleno de vida que no reconocemos, porque no se parece en nada a lo que esperamos.