Nuevo estudio
Descubren en el espacio exterior las moléculas clave para el origen de la vida
    
   
	    
	
    
        
    
    
        
          
		
    
        			        			        			        			        			        			        
    
    
    
	
	
        
        
        			        			        			        			        			        			        
        
                
        
        Un equipo internacional de astrónomos ha logrado un hallazgo que podría reescribir nuestra comprensión sobre el origen de la vida: por primera vez se han detectado de forma tentativa dos moléculas prebiológicas fundamentales —etilenglicol (EG) y glicolonitrilo (GN)— en el disco protoplanetario de V883 Ori, una joven estrella situada a 1.300 años luz en la constelación de Orión.
 
Nota: Los suscriptores de La Tribuna del País Vasco pueden solicitar una copia del estudio por los canales habituales: [email protected] o en el teléfono 650114502
 
El estudio, publicado en The Astrophysical Journal Letters, revela que estas moléculas, consideradas precursores de azúcares, nucleótidos y aminoácidos como la glicina, no solo existen en el medio interestelar o en cometas, sino que pueden estar presentes ya en las fases iniciales de formación de sistemas planetarios. Según los investigadores, esto implica que “los bloques básicos de la vida pueden ser heredados directamente por los planetas en el momento de su nacimiento, aumentando sus posibilidades de habitabilidad”.
 
Los datos obtenidos con el radiotelescopio ALMA muestran que el disco de V883 Ori contiene EG a temperaturas cercanas a 300 K y GN a unos 88 K. La abundancia de estas moléculas sitúa a este sistema en un punto intermedio entre los núcleos estelares calientes y los cometas de nuestro propio Sistema Solar, lo que sugiere que la química compleja no solo sobrevive, sino que se intensifica durante la transición de nube molecular a disco planetario.
 
“Estamos viendo los ladrillos químicos de la vida en el mismo taller donde se ensamblan los planetas. Es como si la receta de la biología viniera escrita en el polvo y el gas desde antes de que exista ningún mundo”, explica Abubakar M. A. Fadul, autor principal del estudio.
 
El hallazgo abre interrogantes profundos: ¿es la vida un accidente improbable o una consecuencia casi inevitable de la química cósmica? Para responder, el equipo planea nuevas observaciones de V883 Ori con mayor resolución espectral para confirmar la detección y buscar moléculas aún más complejas.
 
 
 
        
        
    
       
            
    
        
        
	
    
                                    	
                                        
                                                                                                                                                                        
    
    
	
    
Un equipo internacional de astrónomos ha logrado un hallazgo que podría reescribir nuestra comprensión sobre el origen de la vida: por primera vez se han detectado de forma tentativa dos moléculas prebiológicas fundamentales —etilenglicol (EG) y glicolonitrilo (GN)— en el disco protoplanetario de V883 Ori, una joven estrella situada a 1.300 años luz en la constelación de Orión.
Nota: Los suscriptores de La Tribuna del País Vasco pueden solicitar una copia del estudio por los canales habituales: [email protected] o en el teléfono 650114502
El estudio, publicado en The Astrophysical Journal Letters, revela que estas moléculas, consideradas precursores de azúcares, nucleótidos y aminoácidos como la glicina, no solo existen en el medio interestelar o en cometas, sino que pueden estar presentes ya en las fases iniciales de formación de sistemas planetarios. Según los investigadores, esto implica que “los bloques básicos de la vida pueden ser heredados directamente por los planetas en el momento de su nacimiento, aumentando sus posibilidades de habitabilidad”.
Los datos obtenidos con el radiotelescopio ALMA muestran que el disco de V883 Ori contiene EG a temperaturas cercanas a 300 K y GN a unos 88 K. La abundancia de estas moléculas sitúa a este sistema en un punto intermedio entre los núcleos estelares calientes y los cometas de nuestro propio Sistema Solar, lo que sugiere que la química compleja no solo sobrevive, sino que se intensifica durante la transición de nube molecular a disco planetario.
“Estamos viendo los ladrillos químicos de la vida en el mismo taller donde se ensamblan los planetas. Es como si la receta de la biología viniera escrita en el polvo y el gas desde antes de que exista ningún mundo”, explica Abubakar M. A. Fadul, autor principal del estudio.
El hallazgo abre interrogantes profundos: ¿es la vida un accidente improbable o una consecuencia casi inevitable de la química cósmica? Para responder, el equipo planea nuevas observaciones de V883 Ori con mayor resolución espectral para confirmar la detección y buscar moléculas aún más complejas.



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