Universidad de Tokio
Un estudio japonés revela que el olor corporal femenino en la ovulación reduce el estrés y genera emociones positivas en los hombres
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Un equipo de investigadores de la Universidad de Tokio ha identificado por primera vez tres compuestos químicos presentes en el olor corporal femenino durante la ovulación que provocan efectos psicológicos y fisiológicos positivos en los hombres, incluyendo la reducción del estrés y una mayor percepción de atractivo. El hallazgo, publicado en la revista iScience, podría ofrecer nuevas claves sobre la comunicación química inconsciente entre sexos en humanos.
Nota: Los suscriptores de La Tribuna del País Vasco pueden solicitar una copia del estudio por los canales habituales: [email protected] o en el teléfono 650114502
El estudio, liderado por Kazushige Touhara, analizó muestras de olor axilar de 21 mujeres en las distintas fases del ciclo menstrual y evaluó las reacciones de 72 hombres. Los resultados mostraron que durante la fase ovulatoria —cuando la fertilidad femenina alcanza su punto máximo— los olores eran percibidos como más agradables y menos ácidos. Además, se registró una disminución de la enzima salival α-amilasa, un marcador biológico de estrés, y un incremento en las sensaciones de relajación.
Los investigadores lograron aislar tres compuestos clave: (E)-geranilacetona, ácido tetradecanoico y ácido (Z)-9-hexadecenoico. Al añadir estas moléculas al olor corporal basal, no solo se redujo la percepción de mal olor, sino que también se incrementó la impresión positiva de los hombres hacia imágenes de rostros femeninos.
"Nuestros hallazgos sugieren que ciertos compuestos presentes durante la ovulación actúan como señales químicas sutiles que influyen en la interacción hombre-mujer, no tanto como feromonas clásicas, sino como moduladores emocionales y sociales", explicó Touhara.
El estudio también plantea que este mecanismo podría haber evolucionado en los humanos no como un disparador de comportamiento instintivo, como ocurre en otros mamíferos, sino como una herramienta de comunicación discreta que favorece la conexión emocional entre sexos en sociedades complejas.
Los autores advierten que se necesitan más investigaciones en diversas poblaciones y contextos culturales para confirmar los resultados y explorar sus posibles aplicaciones en campos como la psicología social, la biología evolutiva e incluso la tecnología de fragancias.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Tokio ha identificado por primera vez tres compuestos químicos presentes en el olor corporal femenino durante la ovulación que provocan efectos psicológicos y fisiológicos positivos en los hombres, incluyendo la reducción del estrés y una mayor percepción de atractivo. El hallazgo, publicado en la revista iScience, podría ofrecer nuevas claves sobre la comunicación química inconsciente entre sexos en humanos.
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El estudio, liderado por Kazushige Touhara, analizó muestras de olor axilar de 21 mujeres en las distintas fases del ciclo menstrual y evaluó las reacciones de 72 hombres. Los resultados mostraron que durante la fase ovulatoria —cuando la fertilidad femenina alcanza su punto máximo— los olores eran percibidos como más agradables y menos ácidos. Además, se registró una disminución de la enzima salival α-amilasa, un marcador biológico de estrés, y un incremento en las sensaciones de relajación.
Los investigadores lograron aislar tres compuestos clave: (E)-geranilacetona, ácido tetradecanoico y ácido (Z)-9-hexadecenoico. Al añadir estas moléculas al olor corporal basal, no solo se redujo la percepción de mal olor, sino que también se incrementó la impresión positiva de los hombres hacia imágenes de rostros femeninos.
"Nuestros hallazgos sugieren que ciertos compuestos presentes durante la ovulación actúan como señales químicas sutiles que influyen en la interacción hombre-mujer, no tanto como feromonas clásicas, sino como moduladores emocionales y sociales", explicó Touhara.
El estudio también plantea que este mecanismo podría haber evolucionado en los humanos no como un disparador de comportamiento instintivo, como ocurre en otros mamíferos, sino como una herramienta de comunicación discreta que favorece la conexión emocional entre sexos en sociedades complejas.
Los autores advierten que se necesitan más investigaciones en diversas poblaciones y contextos culturales para confirmar los resultados y explorar sus posibles aplicaciones en campos como la psicología social, la biología evolutiva e incluso la tecnología de fragancias.