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Enrique Arias Vega
Jueves, 25 de Diciembre de 2014 Tiempo de lectura:

La tele crítica

La tele, como cualquier otro medio de comunicación, tiene que ser crítica con el poder. Si no, no cumple con su misión democrática.

 

Eso es lo malo, y lo bueno, que tienen los regímenes liberales y democráticos: que son lo más opuesto a las dictaduras autocráticas como las del coreano Kim Jong Un, que hasta prohíben la exhibición en el extranjero de una película que les parece ofensiva.

 

La tele oficial española, con Franco, obviamente no cumplió con esa tarea de contrapoder de los excesos gubernamentales. La aparición de las televisiones autonómicas, con la democracia, tampoco. Éstas fueron usadas como un elemento demoledor del Estado centralista español y como apología e incensación del respectivo presidente autonómico de turno: o sea, con unos nauseabundos programas desinformativos que han faltado sistemáticamente a la verdad,

 

En ese espacio de la falta de información veraz han encontrado su hueco las televisiones privadas, sobre todo aquéllas que por haber llegado las últimas —la Cuatro y la Sexta— tenían más share y más rating que ganar. Así que se ha dedicado a dar leña al mono, dejando a escurrir a un Gobierno que les ofrece cada día motivos de crítica y de escándalo.

 

Ante este panorama informativo esquizofrénico, el Gobierno no se ha preocupado de ofrecer información objetiva en la tele que controla —no nos engañemos sobre la objetividad de TVE— sino que con José Antonio Sánchez al frente, la ha convertido en un simple instrumento de propaganda. ¡Qué lejos quedan los tiempos de Fernando Castedo durante la Transición o, más recientemente, la televisión pública de Rodríguez Zapatero!

 

La esquizofrenia actual no lleva camino de arreglarse. Al contrario. A más crítica privada, más apología pública. ¡Y que no ganen las próximas elecciones algunas ideologías totalitarias! Entones, algunos programas foráneos, como el Aló, Presidente, podrían parecer cosa de chiquillos ante la uniformidad acrítica y laudatoria ante el nuevo poder. 

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