El Pentágono advirtió en 2003 de que un cambio abrupto en el clima podría desatar guerras, hambrunas y colapsos estatales
Un informe confidencial encargado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos en 2003 alertó de que un cambio climático abrupto, más rápido y severo de lo que la mayoría de los modelos científicos habían contemplado, podría desencadenar en pocas décadas un escenario global marcado por hambrunas, migraciones masivas y conflictos armados por recursos básicos como el agua, los alimentos y la energía.
El documento, titulado “An Abrupt Climate Change Scenario and Its Implications for United States National Security”, fue redactado por los estrategas Peter Schwartz y Doug Randall para la Oficina de Planificación del Pentágono. Su objetivo era “imaginar lo impensable”: un futuro en el que el calentamiento global no evolucionara de manera gradual, sino que se tradujera. tal y como ya ha ocurrido en otros momentos de la histotia de la Tierra, en una alteración súbita de los patrones climáticos, con consecuencias devastadoras para la seguridad internacional.
Nota: Los suscriptores de La Tribuna del País Vasco pueden solicitar una copia del informe (en inglés) por los canales habituales: [email protected] o en el teléfono 650114502
Un mundo dividido entre fortalezas y caos
El informe plantea que la circulación termohalina del Atlántico –el sistema de corrientes que incluye la Corriente del Golfo– podría colapsar como resultado del deshielo y el vertido de agua dulce en el océano. Esa alteración generaría un brusco enfriamiento en Europa y Norteamérica, acompañado de sequías prolongadas en regiones agrícolas claves de Asia y tormentas de gran intensidad en diferentes puntos del planeta.
Las implicaciones serían directas: caída de la producción agrícola mundial, escasez de agua potable y crisis energética. En este escenario, los autores prevén que países ricos como Estados Unidos y Australia se convertirían en “fortalezas” autosuficientes, cerrando sus fronteras para proteger sus recursos, mientras naciones menos favorecidas entrarían en una espiral de guerras y colapsos políticos.
El texto describe posibles consecuencias geopolíticas: conflictos en Europa por el acceso al agua y a la tierra fértil, choques en Asia entre China, India y Pakistán por los ríos y los recursos agrícolas, y crisis humanitarias en África y Bangladesh a causa de la desertificación y las inundaciones.
Un cambio climático radical como amenaza de seguridad nacional
Aunque el informe reconoce que se trata de un escenario extremo, advierte de que eventos climáticos abruptos han ocurrido en el pasado –como la “Pequeña Edad de Hielo” en Europa o el enfriamiento del hemisferio norte hace 8.200 años– y podrían repetirse en cualquier momento.
Por ello, recomienda al gobierno estadounidense elevar el cambio climático a la categoría de asunto de seguridad nacional, al mismo nivel que el terrorismo o la proliferación nuclear. Entre las medidas sugeridas se encuentran: mejorar los modelos de predicción climática, desarrollar estrategias de adaptación, ensayar respuestas a emergencias masivas y, si fuera necesario, explorar opciones de geoingeniería para manipular el clima.
Una advertencia ignorada
El informe pasó casi desapercibido en su momento. Pero lo que en 2003 fue presentado como un ejercicio de prospectiva extrema hoy es interpretado por muchos expertos como una advertencia visionaria. El cambio climático, advertía el Pentágono, no solo transformará ecosistemas: podría redefinir el mapa geopolítico mundial y desencadenar un ciclo de conflictos por la supervivencia.
Un informe confidencial encargado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos en 2003 alertó de que un cambio climático abrupto, más rápido y severo de lo que la mayoría de los modelos científicos habían contemplado, podría desencadenar en pocas décadas un escenario global marcado por hambrunas, migraciones masivas y conflictos armados por recursos básicos como el agua, los alimentos y la energía.
El documento, titulado “An Abrupt Climate Change Scenario and Its Implications for United States National Security”, fue redactado por los estrategas Peter Schwartz y Doug Randall para la Oficina de Planificación del Pentágono. Su objetivo era “imaginar lo impensable”: un futuro en el que el calentamiento global no evolucionara de manera gradual, sino que se tradujera. tal y como ya ha ocurrido en otros momentos de la histotia de la Tierra, en una alteración súbita de los patrones climáticos, con consecuencias devastadoras para la seguridad internacional.
Nota: Los suscriptores de La Tribuna del País Vasco pueden solicitar una copia del informe (en inglés) por los canales habituales: [email protected] o en el teléfono 650114502
Un mundo dividido entre fortalezas y caos
El informe plantea que la circulación termohalina del Atlántico –el sistema de corrientes que incluye la Corriente del Golfo– podría colapsar como resultado del deshielo y el vertido de agua dulce en el océano. Esa alteración generaría un brusco enfriamiento en Europa y Norteamérica, acompañado de sequías prolongadas en regiones agrícolas claves de Asia y tormentas de gran intensidad en diferentes puntos del planeta.
Las implicaciones serían directas: caída de la producción agrícola mundial, escasez de agua potable y crisis energética. En este escenario, los autores prevén que países ricos como Estados Unidos y Australia se convertirían en “fortalezas” autosuficientes, cerrando sus fronteras para proteger sus recursos, mientras naciones menos favorecidas entrarían en una espiral de guerras y colapsos políticos.
El texto describe posibles consecuencias geopolíticas: conflictos en Europa por el acceso al agua y a la tierra fértil, choques en Asia entre China, India y Pakistán por los ríos y los recursos agrícolas, y crisis humanitarias en África y Bangladesh a causa de la desertificación y las inundaciones.
Un cambio climático radical como amenaza de seguridad nacional
Aunque el informe reconoce que se trata de un escenario extremo, advierte de que eventos climáticos abruptos han ocurrido en el pasado –como la “Pequeña Edad de Hielo” en Europa o el enfriamiento del hemisferio norte hace 8.200 años– y podrían repetirse en cualquier momento.
Por ello, recomienda al gobierno estadounidense elevar el cambio climático a la categoría de asunto de seguridad nacional, al mismo nivel que el terrorismo o la proliferación nuclear. Entre las medidas sugeridas se encuentran: mejorar los modelos de predicción climática, desarrollar estrategias de adaptación, ensayar respuestas a emergencias masivas y, si fuera necesario, explorar opciones de geoingeniería para manipular el clima.
Una advertencia ignorada
El informe pasó casi desapercibido en su momento. Pero lo que en 2003 fue presentado como un ejercicio de prospectiva extrema hoy es interpretado por muchos expertos como una advertencia visionaria. El cambio climático, advertía el Pentágono, no solo transformará ecosistemas: podría redefinir el mapa geopolítico mundial y desencadenar un ciclo de conflictos por la supervivencia.