Todo el mundo lo sabía
En una entrevista en la tele, Carolina Perles, ex mujer de José Luis Ábalos pone a caer de un burro a su ex cónyuge. De lo que ella puede hablar en propiedad es de su vida privada, pues de la pública no sabe otras cosas que las andanzas de Koldo García por su casa.
No obstante esta falta de relevancia política de sus declaraciones, éstas sirven para poner en evidencia el carácter del ex ministro de Transportes. Revelan, de ser cierta la deposición de su ex pareja, la afición a la pornografía de la mano derecha de Pedro Sánchez y el maltrato que propinó a su cónyuge. Según ella, dio cuenta de las andanzas extramaritales de quien entonces era su marido a Iván Redondo y Adriana Lastra, a la sazón cargos prominentes del Gobierno y del PSOE. De ahí infiere la entrevistada que el jefe del Gabinete conocía el comportamiento misógino de Ábalos.
Eso no obsta para pensar que el cese del susodicho no se debiera exclusivamente a su comportamiento personal, ya que la destitución del ministro no fue inmediata tras conocerse sus devaneos, Sin embargo, sí debieron influir pues lógicamente una actividad tan diversa como la de nuestro político no debía dejarle el tiempo preciso para sus funciones organizativas en el partido ni sus obligaciones ministeriales. O sea, que sí debió de contribuir a su apartamiento del cargo.
Lo que sí parece claro es que, corrupciones al margen, todo el mundo que debería saberlo conocía de qué pasta estaba hecho José Luis Ábalos. Y que su conducta sexual no estuvo al margen de su defenestración, ya que mal se compagina la política anti prostitución de que presume el PSOE con el comportamiento rijoso de quien era el número dos del partido. Por eso, bastante se puede especular con la responsabilidad penal del imputado, pero lo cierto es que son muchos los que sabían lo que estaba pasando y en su momento callaron.
En una entrevista en la tele, Carolina Perles, ex mujer de José Luis Ábalos pone a caer de un burro a su ex cónyuge. De lo que ella puede hablar en propiedad es de su vida privada, pues de la pública no sabe otras cosas que las andanzas de Koldo García por su casa.
No obstante esta falta de relevancia política de sus declaraciones, éstas sirven para poner en evidencia el carácter del ex ministro de Transportes. Revelan, de ser cierta la deposición de su ex pareja, la afición a la pornografía de la mano derecha de Pedro Sánchez y el maltrato que propinó a su cónyuge. Según ella, dio cuenta de las andanzas extramaritales de quien entonces era su marido a Iván Redondo y Adriana Lastra, a la sazón cargos prominentes del Gobierno y del PSOE. De ahí infiere la entrevistada que el jefe del Gabinete conocía el comportamiento misógino de Ábalos.
Eso no obsta para pensar que el cese del susodicho no se debiera exclusivamente a su comportamiento personal, ya que la destitución del ministro no fue inmediata tras conocerse sus devaneos, Sin embargo, sí debieron influir pues lógicamente una actividad tan diversa como la de nuestro político no debía dejarle el tiempo preciso para sus funciones organizativas en el partido ni sus obligaciones ministeriales. O sea, que sí debió de contribuir a su apartamiento del cargo.
Lo que sí parece claro es que, corrupciones al margen, todo el mundo que debería saberlo conocía de qué pasta estaba hecho José Luis Ábalos. Y que su conducta sexual no estuvo al margen de su defenestración, ya que mal se compagina la política anti prostitución de que presume el PSOE con el comportamiento rijoso de quien era el número dos del partido. Por eso, bastante se puede especular con la responsabilidad penal del imputado, pero lo cierto es que son muchos los que sabían lo que estaba pasando y en su momento callaron.