La Comisión Europea reconoce que las vacunas contra el Covid se autorizaron sin datos completos de seguridad
![[Img #28910]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/09_2025/3832_vaccine-5926664_1280.jpg)
La Comisión Europea ha admitido por primera vez que las vacunas contra el Covid-19 se aprobaron y distribuyeron entre la población sin contar con un expediente científico plenamente concluido. Bruselas explica que las autorizaciones concedidas fueron de carácter condicional, un procedimiento excepcional pensado para situaciones de emergencia sanitaria, que permite el uso de medicamentos mientras se amplía la información clínica disponible.
El reconocimiento figura en una respuesta enviada a finales de agosto al eurodiputado austriaco Gerald Hauser (FPÖ). El parlamentario denunció que los ciudadanos europeos desconocían que la eficacia de las vacunas de ARNm y sus posibles efectos a largo plazo no estaban todavía demostrados. De hecho, en el Acuerdo de Compra Anticipada firmado el 20 de noviembre de 2020 con BioNTech y Pfizer ya se advertía que los Estados miembros aceptaban el “desconocimiento de los efectos a largo plazo y de la eficacia de la vacuna, así como la posibilidad de efectos secundarios aún no detectados”.
La Comisión subraya que este tipo de autorizaciones sólo se otorgan cuando las agencias reguladoras concluyen que los beneficios inmediatos superan los riesgos potenciales y siempre bajo un estricto sistema de vigilancia posterior. Sin embargo, Hauser criticó que la práctica convirtió a millones de europeos “en sujetos de prueba involuntarios”.
La controversia no se limita a Europa. En Estados Unidos, el secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., ha reorganizado los órganos asesores en materia de inmunización. En junio destituyó a los 17 miembros con derecho a voto del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP), alegando conflictos de interés y la necesidad de reforzar la confianza pública en las políticas de vacunación. El comité fue reconstituido con expertos más críticos respecto a las tecnologías de ARNm.
Este nuevo panel científico revisará los datos de seguridad de las vacunas contra el Covid-19 y emitirá recomendaciones en coordinación con la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Entre sus primeras decisiones destacan la retirada de la recomendación de vacunar a niños sanos y mujeres embarazadas, así como criterios más estrictos para futuras aprobaciones.
La polémica se intensificó la semana pasada, cuando trascendió que la FDA presentará pruebas que vinculan al menos 25 muertes infantiles con la administración de dosis contra el coronavirus. El asunto se debatirá en una próxima reunión del ACIP de los CDC (Centers for Disease Control and Prevention - Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades-) y amenaza con reabrir el debate sobre la seguridad de las vacunas y la responsabilidad de las autoridades que impulsaron su uso masivo durante la pandemia.
La Comisión Europea ha admitido por primera vez que las vacunas contra el Covid-19 se aprobaron y distribuyeron entre la población sin contar con un expediente científico plenamente concluido. Bruselas explica que las autorizaciones concedidas fueron de carácter condicional, un procedimiento excepcional pensado para situaciones de emergencia sanitaria, que permite el uso de medicamentos mientras se amplía la información clínica disponible.
El reconocimiento figura en una respuesta enviada a finales de agosto al eurodiputado austriaco Gerald Hauser (FPÖ). El parlamentario denunció que los ciudadanos europeos desconocían que la eficacia de las vacunas de ARNm y sus posibles efectos a largo plazo no estaban todavía demostrados. De hecho, en el Acuerdo de Compra Anticipada firmado el 20 de noviembre de 2020 con BioNTech y Pfizer ya se advertía que los Estados miembros aceptaban el “desconocimiento de los efectos a largo plazo y de la eficacia de la vacuna, así como la posibilidad de efectos secundarios aún no detectados”.
La Comisión subraya que este tipo de autorizaciones sólo se otorgan cuando las agencias reguladoras concluyen que los beneficios inmediatos superan los riesgos potenciales y siempre bajo un estricto sistema de vigilancia posterior. Sin embargo, Hauser criticó que la práctica convirtió a millones de europeos “en sujetos de prueba involuntarios”.
La controversia no se limita a Europa. En Estados Unidos, el secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., ha reorganizado los órganos asesores en materia de inmunización. En junio destituyó a los 17 miembros con derecho a voto del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP), alegando conflictos de interés y la necesidad de reforzar la confianza pública en las políticas de vacunación. El comité fue reconstituido con expertos más críticos respecto a las tecnologías de ARNm.
Este nuevo panel científico revisará los datos de seguridad de las vacunas contra el Covid-19 y emitirá recomendaciones en coordinación con la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Entre sus primeras decisiones destacan la retirada de la recomendación de vacunar a niños sanos y mujeres embarazadas, así como criterios más estrictos para futuras aprobaciones.
La polémica se intensificó la semana pasada, cuando trascendió que la FDA presentará pruebas que vinculan al menos 25 muertes infantiles con la administración de dosis contra el coronavirus. El asunto se debatirá en una próxima reunión del ACIP de los CDC (Centers for Disease Control and Prevention - Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades-) y amenaza con reabrir el debate sobre la seguridad de las vacunas y la responsabilidad de las autoridades que impulsaron su uso masivo durante la pandemia.