Pensaba que este gobierno sanchista bananero había agotado capacidad para sorprender al personal. ¡Pues no, y lo peor puede aun estar por llegar!. Todo les vale para al más puro estilo franquista usar cualquier acontecimiento para desviar la atención y enfrentar a los españoles. Y esto último sí que es grave...

Cuando están más solos y acosados por la justicia, llega la Vuelta Ciclista a España y alguno de los asesores que recuerdan a los del Caudillo, señalan como se puede armar un buen escándalo. Y nada mejor que señalar al equipo ciclista de Israel. Por una vez los vasquitos y nesquitas alegres y combativos muestran cómo puede ser útil a la causa una agresión propia de la kale borroka. Pero tiene que prepararse en Madrid. Es la manera de conjugar odio eterno a la Comunidad más española dónde gobierna el PP. Es un momento en el que se puede sumar a todos/as los feminicidas-comunistas socios en algún momento. Es la oportunidad para desencadenar una explosión callejera que se suma a la declaración de genocidio en Gaza con el enfrentamiento calculado con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado convenientemente amordazadas por el ministro mamporrero Marlasca. Y así que todo el mundo mundial entre a la discusión del evento, que dure tal follón aunque sea a costa del prestigio de la marca España, y que los asuntos pendientes pasen a no ser de máxima actualidad dando un respiro a la corrupción, a las relaciones de ZP con Venezuela, al entramado familiar de Sánchez y a los indicios razonables de financiación irregular del partido por las tramas que controlaban los tres hombres de confianza de Sánchez.

Ahí estaba a domingo de mediados de septiembre Sánchez provocando el acoso en las calles de Madrid para con la prueba reina del ciclismo en España y así ser portada en todos los medios de las capitales europeas.  Me recordaba lo de aquellas concentraciones en la plaza de Oriente para denunciar la conspiración judeo masónica contra el régimen del Caudillo.

No sólo es una victoria en cuanto a los objetivos, es una victoria en cuanto a quitarle protagonismo a las ex ministras de Podemos, a la bien peinada de Ferrol, a la preocupada ministra de hacienda y candidata a punto de pegársela en Andalucía, o al siempre mediático feliz inquilino del palacio de Waterloo.  Franco no lo hubiera hecho mejor entre las discusiones de los seguidores del Cordobés y los admiradores de la Saeta Rubia de don Santiago Bernabéu.