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Viernes, 10 de Octubre de 2025 Tiempo de lectura:

Prevención de riesgos laborales en la carretera

[Img #29029]La seguridad vial no solo depende de las condiciones de la vía o del estado del vehículo, también está directamente relacionada con las decisiones que toman las personas al volante. Cada día, miles de profesionales conducen como parte de su jornada laboral, lo que los expone a riesgos que pueden afectar tanto a su salud como a la continuidad de la empresa. En este contexto, la prevención de riesgos en carretera se convierte en una herramienta fundamental para reducir accidentes y proteger la vida.

 

No basta con conocer las normas de tráfico o contar con experiencia acumulada; la verdadera clave está en adoptar conductas responsables y anticiparse a posibles situaciones de peligro. La cultura preventiva en carretera debe entenderse como un compromiso compartido, donde cada acción suma para lograr desplazamientos más seguros y sostenibles.

 

Riesgos habituales al circular por carretera

 

El tráfico diario concentra factores que aumentan la probabilidad de incidentes. El cansancio acumulado en jornadas extensas es uno de los principales detonantes de accidentes laborales en carretera, ya que reduce la capacidad de reacción. La fatiga puede manifestarse de manera sutil, pero con consecuencias graves en la atención al entorno.

 

Otro aspecto crítico es la distracción al volante, vinculada tanto al uso de dispositivos electrónicos como a la falta de concentración en trayectos rutinarios. Mirar una notificación o manipular el navegador supone segundos de descuido que bastan para provocar colisiones.

 

En paralelo, las condiciones meteorológicas adversas, como la lluvia intensa, la niebla o el hielo, incrementan la peligrosidad de la conducción. Estos factores externos, combinados con una velocidad inadecuada, multiplican el riesgo de pérdida de control del vehículo.

 

Además, no puede obviarse el peligro asociado al exceso de confianza en trayectos conocidos, donde se tiende a relajar la atención. Este comportamiento genera una falsa sensación de seguridad que, en caso de imprevisto, deja menos margen de maniobra.

 

La prevención también pasa por considerar el estado técnico del vehículo. Frenos, neumáticos o sistemas de iluminación en mal estado son responsables de numerosos siniestros evitables. El mantenimiento preventivo es tan esencial como la actitud del conductor.

 

Estrategias efectivas para evitar accidentes

 

Frente a estos riesgos, existen medidas que resultan altamente eficaces para minimizar la probabilidad de incidentes. Una de ellas es fomentar la planificación previa del trayecto, lo que implica calcular tiempos realistas, prever descansos y evitar la presión por cumplir horarios ajustados. Esta práctica reduce el estrés y ayuda a mantener un ritmo de conducción más estable.

 

La formación especializada representa otro pilar clave. Iniciativas como el curso de conducción eficiente aportan a los profesionales las habilidades necesarias para reconocer peligros, mejorar la técnica al volante y optimizar el consumo de combustible. Champions for Safety se ha posicionado como un referente en este ámbito, combinando la seguridad con la sostenibilidad.

 

También es fundamental aplicar técnicas de conducción defensiva, centradas en anticiparse a la conducta de los demás usuarios de la vía. Mantener la distancia de seguridad, observar constantemente el entorno y evitar maniobras bruscas son principios básicos que reducen notablemente los riesgos.

 

Por otra parte, el control del estado físico y mental del conductor no debe descuidarse. Dormir lo suficiente, mantener una correcta hidratación y evitar comidas copiosas antes de conducir son factores que influyen directamente en la capacidad de concentración.

 

En el ámbito empresarial, resulta efectivo establecer protocolos internos de seguridad vial. Estos pueden incluir programas de concienciación, revisiones periódicas de la flota y campañas de sensibilización sobre la importancia de la responsabilidad al volante. La implicación organizacional refuerza el compromiso de los empleados con la prevención.

 

La tecnología también aporta soluciones, desde sistemas de asistencia a la conducción hasta aplicaciones que monitorizan la fatiga o avisan de condiciones meteorológicas adversas. Integrar estas herramientas complementa la formación y refuerza la seguridad en carretera.

 

Finalmente, conviene recordar que la prevención de riesgos laborales en carretera no es un esfuerzo aislado, sino una estrategia integral que combina la actitud individual, la capacitación y el respaldo empresarial. Cada acción preventiva, por pequeña que parezca, puede marcar la diferencia entre un trayecto seguro y un accidente evitable.

 

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