Sindicato Si.P.E.
Denuncian "un nuevo desastre organizativo" y exigen "dimisiones inmediatas" en la Ertzaintza
El Si.P.E. (Sindicato Profesional de la Ertzaintza) ha emitido un comunicado de prensa en el que se señala que "hemos vuelto a asistir a otro nuevo desastre organizativo en la Ertzaintza, otro episodio más que pone en evidencia la incapacidad de la dirección del Departamento de Seguridad y de quienes deberían garantizar el correcto funcionamiento operativo de la Ertzaintza. Nada cambia, todo se repite, y lo más grave: aquí sigue sin haber responsables".
La nota, que hace referencia a los sucesos acaecidos ayer en Vitoria cuando decenas de proetarras buscaron dinamitar un acto organizado por Falange Española, denuncia que "los agentes de la Ertzaintza se vieron completamente desbordados". Y añade que "la falta de efectivos, la escasa previsión y una coordinación deficiente provocaron situaciones de auténtico caos operativo, donde las unidades desplegadas no pudieron garantizar su propia seguridad ni la de los ciudadanos. Varios grupos radicales actuaron con violencia ante la pasividad impuesta desde la cadena de mando, dejando a los ertzainas expuestos, superados y sin capacidad de respuesta".
Según los testimonios recabados por el Si.P.E., el propio jefe de Brigada dio la orden de no intervenir con la contundencia necesaria, a pesar de que la situación lo exigía de manera evidente. Esa decisión política, no técnica, puso en grave riesgo la integridad física y la seguridad de los agentes, que se vieron obligados a aguantar agresiones y situaciones límite sin poder actuar para protegerse o controlar el orden público. Una orden injustificable, que una vez más demuestra que quienes mandan desde los despachos anteponen la imagen mediática a la seguridad de sus propios compañeros".
"Desde el Si.P.E. (Sindicato Profesional de la Ertzaintza) llevamos tiempo denunciando una situación insostenible: falta de personal, medios insuficientes y ausencia total de planificación ante eventos perfectamente previsibles. Lo ocurrido en Vitoria no es un accidente ni una sorpresa, sino la consecuencia directa de una gestión nefasta, descoordinada y alejada de la realidad del día a día policial. Los ertzainas se ven obligados a trabajar en condiciones inaceptables, mientras los responsables políticos y los altos mandos miran hacia otro lado".
A todo ello se suma un hecho especialmente grave: "desde el Si.P.E. denunciamos que el propio jefe de Brigada fue quien impidió que los agentes actuaran con la contundencia necesaria que exigía la situación, poniendo en grave riesgo la integridad física y la seguridad de los propios ertzainas. Esa decisión, completamente alejada de la realidad operativa y del criterio profesional de los agentes sobre el terreno, no solo compromete la eficacia policial, sino que pone en peligro la vida de quienes cumplen con su deber".
"No es la primera vez que se adoptan decisiones desde los despachos que contradicen las necesidades operativas reales. Esta forma de mandar desde la distancia, sin asumir los riesgos ni las consecuencias, es una muestra más del desprecio de algunos mandos hacia los propios agentes. Se prioriza la imagen política sobre la seguridad, se evita la firmeza por miedo a la crítica mediática, y quienes pagan las consecuencias son siempre los mismos: los ertzainas que están en primera línea".
"Resulta especialmente indignante comprobar cómo, una vez más, la dirección de la Ertzaintza se escuda en el silencio y la opacidad". Desde el Si.P.E. denuncian que la Unidad Disciplinaria, con la complicidad del Viceconsejero de Seguridad, "sigue negándose a abrir investigaciones disciplinarias contra mandos que cometen errores organizativos graves. Lo hemos visto antes, como en el dispositivo de la Vuelta a España, y lo volveremos a ver ahora: ningún responsable asumirá su culpa, no habrá transparencia, y la impunidad volverá a imponerse".
"Este patrón de conducta no solo demuestra una falta absoluta de respeto hacia los ertzainas, sino también el desprecio por la seguridad de los propios agentes y de la ciudadanía. La Ertzaintza no puede seguir siendo rehén de intereses políticos ni de la incompetencia de quienes dirigen desde los despachos".
Desde el Si.P.E. se exige que se depuren responsabilidades de inmediato. "Que se asuma la realidad del déficit de personal y de medios, y que se dote de una vez por todas a los ertzainas de los recursos humanos y materiales necesarios para afrontar con garantías dispositivos de este tipo. Y lo decimos alto y claro: si quienes mandan no saben o no quieren hacerlo, que se vayan. Que dimitan y dejen paso a personas que sí crean en la Ertzaintza, en sus agentes y en el servicio público que representan. La seguridad de los ertzainas y de la sociedad vasca merece respeto, medios y responsabilidad".
El Si.P.E. (Sindicato Profesional de la Ertzaintza) ha emitido un comunicado de prensa en el que se señala que "hemos vuelto a asistir a otro nuevo desastre organizativo en la Ertzaintza, otro episodio más que pone en evidencia la incapacidad de la dirección del Departamento de Seguridad y de quienes deberían garantizar el correcto funcionamiento operativo de la Ertzaintza. Nada cambia, todo se repite, y lo más grave: aquí sigue sin haber responsables".
La nota, que hace referencia a los sucesos acaecidos ayer en Vitoria cuando decenas de proetarras buscaron dinamitar un acto organizado por Falange Española, denuncia que "los agentes de la Ertzaintza se vieron completamente desbordados". Y añade que "la falta de efectivos, la escasa previsión y una coordinación deficiente provocaron situaciones de auténtico caos operativo, donde las unidades desplegadas no pudieron garantizar su propia seguridad ni la de los ciudadanos. Varios grupos radicales actuaron con violencia ante la pasividad impuesta desde la cadena de mando, dejando a los ertzainas expuestos, superados y sin capacidad de respuesta".
Según los testimonios recabados por el Si.P.E., el propio jefe de Brigada dio la orden de no intervenir con la contundencia necesaria, a pesar de que la situación lo exigía de manera evidente. Esa decisión política, no técnica, puso en grave riesgo la integridad física y la seguridad de los agentes, que se vieron obligados a aguantar agresiones y situaciones límite sin poder actuar para protegerse o controlar el orden público. Una orden injustificable, que una vez más demuestra que quienes mandan desde los despachos anteponen la imagen mediática a la seguridad de sus propios compañeros".
"Desde el Si.P.E. (Sindicato Profesional de la Ertzaintza) llevamos tiempo denunciando una situación insostenible: falta de personal, medios insuficientes y ausencia total de planificación ante eventos perfectamente previsibles. Lo ocurrido en Vitoria no es un accidente ni una sorpresa, sino la consecuencia directa de una gestión nefasta, descoordinada y alejada de la realidad del día a día policial. Los ertzainas se ven obligados a trabajar en condiciones inaceptables, mientras los responsables políticos y los altos mandos miran hacia otro lado".
A todo ello se suma un hecho especialmente grave: "desde el Si.P.E. denunciamos que el propio jefe de Brigada fue quien impidió que los agentes actuaran con la contundencia necesaria que exigía la situación, poniendo en grave riesgo la integridad física y la seguridad de los propios ertzainas. Esa decisión, completamente alejada de la realidad operativa y del criterio profesional de los agentes sobre el terreno, no solo compromete la eficacia policial, sino que pone en peligro la vida de quienes cumplen con su deber".
"No es la primera vez que se adoptan decisiones desde los despachos que contradicen las necesidades operativas reales. Esta forma de mandar desde la distancia, sin asumir los riesgos ni las consecuencias, es una muestra más del desprecio de algunos mandos hacia los propios agentes. Se prioriza la imagen política sobre la seguridad, se evita la firmeza por miedo a la crítica mediática, y quienes pagan las consecuencias son siempre los mismos: los ertzainas que están en primera línea".
"Resulta especialmente indignante comprobar cómo, una vez más, la dirección de la Ertzaintza se escuda en el silencio y la opacidad". Desde el Si.P.E. denuncian que la Unidad Disciplinaria, con la complicidad del Viceconsejero de Seguridad, "sigue negándose a abrir investigaciones disciplinarias contra mandos que cometen errores organizativos graves. Lo hemos visto antes, como en el dispositivo de la Vuelta a España, y lo volveremos a ver ahora: ningún responsable asumirá su culpa, no habrá transparencia, y la impunidad volverá a imponerse".
"Este patrón de conducta no solo demuestra una falta absoluta de respeto hacia los ertzainas, sino también el desprecio por la seguridad de los propios agentes y de la ciudadanía. La Ertzaintza no puede seguir siendo rehén de intereses políticos ni de la incompetencia de quienes dirigen desde los despachos".
Desde el Si.P.E. se exige que se depuren responsabilidades de inmediato. "Que se asuma la realidad del déficit de personal y de medios, y que se dote de una vez por todas a los ertzainas de los recursos humanos y materiales necesarios para afrontar con garantías dispositivos de este tipo. Y lo decimos alto y claro: si quienes mandan no saben o no quieren hacerlo, que se vayan. Que dimitan y dejen paso a personas que sí crean en la Ertzaintza, en sus agentes y en el servicio público que representan. La seguridad de los ertzainas y de la sociedad vasca merece respeto, medios y responsabilidad".