Redescubrir San Sebastián en otoño: un experiencia única en el Hotel Arbaso
Entre tradición vasca y diseño contemporáneo, Arbaso ofrece una inmersión sensorial que conecta al huésped con la esencia y cultura de Donostia en pleno mes de octubre.
![[Img #29045]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/10_2025/8732_img-20251013-wa0004.jpg)
En pleno corazón de San Sebastián, bajo la imponente sombra de la Catedral del Buen Pastor, se encuentra el Hotel Arbaso, un espacio que rinde homenaje contemporáneo a la tradición vasca.
Su nombre, que significa "ancestro" en euskera, revela el alma del hotel: un vínculo entre la memoria familiar y las nuevas generaciones, donde los valores autóctonos se abrazan con una visión cosmopolita, ideal para descubrir en octubre la esencia única de Donostia.
El edificio, con más de un siglo de historia, conserva un elegante estilo neoclásico que se fusiona con una intervención arquitectónica sin perder su esencia. Madera, piedra, acero y textiles nobles como el cuero y el lino crean atmósferas acogedoras que conectan al huésped con la cultura vasca desde el primer instante. La recepción, concebida sin el tradicional mostrador, ofrece una bienvenida cálida y personalizada que marca el tono de la experiencia.
El diseño interior, firmado por Fiark Arquitectura, realiza un diálogo fluido entre la modernidad y la artesanía local. Destacan elementos como la chimenea del hall, revestida con una obra de Aitor Ortiz, y las mesillas inspiradas en los harrijasotzailes, los levantadores de piedras tradicionales vascos. Las habitaciones y suites, que llevan nombres en euskera como Ilargia, Olatu o Sustrai, evocan sensaciones que refuerzan la conexión entre el espacio y el territorio vasco.
Desde dúplex con chimenea y vistas a la catedral hasta suites con techos altos y muebles artesanales en nogal, cada habitación representa un homenaje al buen vivir donostiarra, con diseño exclusivo de figuras como Norman Foster y Moneo. Su insonorización permite al huésped olvidarse del bullicio urbano para sumergirse en un ambiente de calma.
Una joya del hotel es la Basalore Suite, que a solo 20 minutos de la ciudad ofrece un refugio elegante y luminoso en medio de exuberantes jardines. Aquí la elegancia rústica se combina con la comodidad más exclusiva, proporcionando un espacio ideal para quienes quieran vivir la autenticidad del campo vasco con total privacidad.
La propuesta gastronómica del Hotel Arbaso se materializa en su restaurante Narru, dirigido por el chef Iñigo Peña. Este espacio es un referente para amantes de la cocina vasca donde la tradición y la innovación se funden en platos elaborados con productos locales y de temporada.
Narru no solo es un lugar para degustar, sino un punto de encuentro cultural entre visitantes y donostiarras, donde cada plato cuenta una historia que conecta con la identidad del territorio. Octubre invita a prolongar esta experiencia a través de maridajes, catas y desayunos que completan una inmersión sensorial total.
Visitar el Hotel Arbaso en octubre es elegir un destino boutique que ofrece una combinación única de elegancia donostiarra, lujo sostenible y hospitalidad vasca. Es una invitación a redescubrir San Sebastián desde una perspectiva que une raíces y modernidad, en un espacio que transmite calidez ancestral y cuidado por el detalle. El hotel es mucho más que un alojamiento: es un relato vivo de historia, cultura y experiencia sensorial, delicadamente tejido para quien busca vivir un otoño inolvidable en la capital guipuzcoana.
En pleno corazón de San Sebastián, bajo la imponente sombra de la Catedral del Buen Pastor, se encuentra el Hotel Arbaso, un espacio que rinde homenaje contemporáneo a la tradición vasca.
Su nombre, que significa "ancestro" en euskera, revela el alma del hotel: un vínculo entre la memoria familiar y las nuevas generaciones, donde los valores autóctonos se abrazan con una visión cosmopolita, ideal para descubrir en octubre la esencia única de Donostia.
El edificio, con más de un siglo de historia, conserva un elegante estilo neoclásico que se fusiona con una intervención arquitectónica sin perder su esencia. Madera, piedra, acero y textiles nobles como el cuero y el lino crean atmósferas acogedoras que conectan al huésped con la cultura vasca desde el primer instante. La recepción, concebida sin el tradicional mostrador, ofrece una bienvenida cálida y personalizada que marca el tono de la experiencia.
El diseño interior, firmado por Fiark Arquitectura, realiza un diálogo fluido entre la modernidad y la artesanía local. Destacan elementos como la chimenea del hall, revestida con una obra de Aitor Ortiz, y las mesillas inspiradas en los harrijasotzailes, los levantadores de piedras tradicionales vascos. Las habitaciones y suites, que llevan nombres en euskera como Ilargia, Olatu o Sustrai, evocan sensaciones que refuerzan la conexión entre el espacio y el territorio vasco.
Desde dúplex con chimenea y vistas a la catedral hasta suites con techos altos y muebles artesanales en nogal, cada habitación representa un homenaje al buen vivir donostiarra, con diseño exclusivo de figuras como Norman Foster y Moneo. Su insonorización permite al huésped olvidarse del bullicio urbano para sumergirse en un ambiente de calma.
Una joya del hotel es la Basalore Suite, que a solo 20 minutos de la ciudad ofrece un refugio elegante y luminoso en medio de exuberantes jardines. Aquí la elegancia rústica se combina con la comodidad más exclusiva, proporcionando un espacio ideal para quienes quieran vivir la autenticidad del campo vasco con total privacidad.
La propuesta gastronómica del Hotel Arbaso se materializa en su restaurante Narru, dirigido por el chef Iñigo Peña. Este espacio es un referente para amantes de la cocina vasca donde la tradición y la innovación se funden en platos elaborados con productos locales y de temporada.
Narru no solo es un lugar para degustar, sino un punto de encuentro cultural entre visitantes y donostiarras, donde cada plato cuenta una historia que conecta con la identidad del territorio. Octubre invita a prolongar esta experiencia a través de maridajes, catas y desayunos que completan una inmersión sensorial total.
Visitar el Hotel Arbaso en octubre es elegir un destino boutique que ofrece una combinación única de elegancia donostiarra, lujo sostenible y hospitalidad vasca. Es una invitación a redescubrir San Sebastián desde una perspectiva que une raíces y modernidad, en un espacio que transmite calidez ancestral y cuidado por el detalle. El hotel es mucho más que un alojamiento: es un relato vivo de historia, cultura y experiencia sensorial, delicadamente tejido para quien busca vivir un otoño inolvidable en la capital guipuzcoana.