Patrocinio Cultural con beneficio real para los promotores del País Vasco y Navarra
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Invertir en cultura no es solo una cuestión de imagen. Para muchas empresas, especialmente en Bilbao, Pamplona o Vitoria, se ha convertido en una estrategia fiscal eficiente y con impacto directo en la comunidad. Y para los promotores culturales, puede suponer una forma tangible de recuperar una parte relevante de los costes que asumen al sacar adelante sus proyectos.
¿Cómo funciona? Dos figuras, dos caminos distintos:
Financiador: rentabilidad y deducción fiscal
Hablamos de autónomos o empresas que destinan parte de su cuota del Impuesto de Sociedades a financiar cultura. Da igual si están en Madrid, Donostia o Las Palmas: el retorno es siempre del 120 % sobre lo aportado.
Ejemplo real:
Si una empresa aporta 10.000 €, la Hacienda correspondiente le permite deducir 12.000 €. Es decir, obtiene un ahorro fiscal neto de 2.000 €, con una rentabilidad del 20 %.
El proceso es transparente, legal y totalmente seguro, con respaldo administrativo validado.
Y un dato clave: la ubicación del promotor no afecta al beneficio fiscal del financiador. Lo importante es que el proyecto esté aprobado por Hacienda, no desde dónde se gestiona.
Promotor: recuperación directa de costes
Aquí sí entran las particularidades del territorio. Un promotor cultural no obtiene un beneficio fiscal, sino una recuperación económica directa gracias a la cesión de deducción.
¿Cuánto pueden recuperar según su ubicación?
- Territorio Común: entre el 12 % y 13 % de los costes del proyecto.
- País Vasco y Navarra: hasta un 19 %.
- Canarias: llega al 25 %.
Esto no es teoría. Un promotor con 100.000 € en gastos en Navarra o Euskadi puede recuperar legalmente 19.000 € mediante esta fórmula.
¿Cómo se traduce esto en la práctica?
El proceso se activa cuando el promotor cede su derecho a deducción a un financiador. Es una cesión regulada y controlada. A cambio, recibe la aportación económica correspondiente.
Ejemplo ilustrativo:
Un promotor con sede en Bilbao, con un proyecto validado y 100.000 € de costes, puede ceder 22.800 € en deducciones fiscales.
Un financiador aporta 19.000 € a ese proyecto.
Recibe a cambio una deducción de 22.800 €.
Para el financiador: 20 % de rentabilidad (120 % sobre lo aportado).
Para el promotor: 19.000 € líquidos recuperados, que equivalen al 19 % de sus costes.
¿Por qué centrarse en los promotores de Euskadi y Navarra?
Porque aquí se dan las condiciones más favorables. El financiador obtiene los mismos beneficios en todo el territorio, pero los promotores vascos y navarros pueden maximizar el retorno gracias al tipo de deducción cedida.
Por eso, cualquier contenido o comunicación dirigida al público de esta zona debe poner el foco en el papel activo del promotor, ya que es quien más valor diferencial puede obtener.
¿Y la gestión?
Aquí es donde entra en juego Proincentiva. Validación, trámites con Hacienda, documentación fiscal, certificados... Todo lo técnico lo gestionamos nosotros. Tú te concentras en lo tuyo: crear cultura. Nosotros nos encargamos del engranaje que lo hace viable.
Cierra la brecha entre cultura y rentabilidad
Si eres promotor cultural en Euskadi o Navarra y estás leyendo esto, tienes una oportunidad concreta de monetizar parte de tus costes sin perder independencia ni comprometer tu identidad.
No se trata de pedir subvenciones ni competir por fondos públicos: se trata de crear cultura con respaldo privado, en un modelo que funciona y está avalado por ley.
Contáctanos y te explicamos cómo adaptar este sistema a tu proyecto.
Invertir en cultura no es solo una cuestión de imagen. Para muchas empresas, especialmente en Bilbao, Pamplona o Vitoria, se ha convertido en una estrategia fiscal eficiente y con impacto directo en la comunidad. Y para los promotores culturales, puede suponer una forma tangible de recuperar una parte relevante de los costes que asumen al sacar adelante sus proyectos.
¿Cómo funciona? Dos figuras, dos caminos distintos:
Financiador: rentabilidad y deducción fiscal
Hablamos de autónomos o empresas que destinan parte de su cuota del Impuesto de Sociedades a financiar cultura. Da igual si están en Madrid, Donostia o Las Palmas: el retorno es siempre del 120 % sobre lo aportado.
Ejemplo real:
Si una empresa aporta 10.000 €, la Hacienda correspondiente le permite deducir 12.000 €. Es decir, obtiene un ahorro fiscal neto de 2.000 €, con una rentabilidad del 20 %.
El proceso es transparente, legal y totalmente seguro, con respaldo administrativo validado.
Y un dato clave: la ubicación del promotor no afecta al beneficio fiscal del financiador. Lo importante es que el proyecto esté aprobado por Hacienda, no desde dónde se gestiona.
Promotor: recuperación directa de costes
Aquí sí entran las particularidades del territorio. Un promotor cultural no obtiene un beneficio fiscal, sino una recuperación económica directa gracias a la cesión de deducción.
¿Cuánto pueden recuperar según su ubicación?
- Territorio Común: entre el 12 % y 13 % de los costes del proyecto.
- País Vasco y Navarra: hasta un 19 %.
- Canarias: llega al 25 %.
Esto no es teoría. Un promotor con 100.000 € en gastos en Navarra o Euskadi puede recuperar legalmente 19.000 € mediante esta fórmula.
¿Cómo se traduce esto en la práctica?
El proceso se activa cuando el promotor cede su derecho a deducción a un financiador. Es una cesión regulada y controlada. A cambio, recibe la aportación económica correspondiente.
Ejemplo ilustrativo:
Un promotor con sede en Bilbao, con un proyecto validado y 100.000 € de costes, puede ceder 22.800 € en deducciones fiscales.
Un financiador aporta 19.000 € a ese proyecto.
Recibe a cambio una deducción de 22.800 €.
Para el financiador: 20 % de rentabilidad (120 % sobre lo aportado).
Para el promotor: 19.000 € líquidos recuperados, que equivalen al 19 % de sus costes.
¿Por qué centrarse en los promotores de Euskadi y Navarra?
Porque aquí se dan las condiciones más favorables. El financiador obtiene los mismos beneficios en todo el territorio, pero los promotores vascos y navarros pueden maximizar el retorno gracias al tipo de deducción cedida.
Por eso, cualquier contenido o comunicación dirigida al público de esta zona debe poner el foco en el papel activo del promotor, ya que es quien más valor diferencial puede obtener.
¿Y la gestión?
Aquí es donde entra en juego Proincentiva. Validación, trámites con Hacienda, documentación fiscal, certificados... Todo lo técnico lo gestionamos nosotros. Tú te concentras en lo tuyo: crear cultura. Nosotros nos encargamos del engranaje que lo hace viable.
Cierra la brecha entre cultura y rentabilidad
Si eres promotor cultural en Euskadi o Navarra y estás leyendo esto, tienes una oportunidad concreta de monetizar parte de tus costes sin perder independencia ni comprometer tu identidad.
No se trata de pedir subvenciones ni competir por fondos públicos: se trata de crear cultura con respaldo privado, en un modelo que funciona y está avalado por ley.
Contáctanos y te explicamos cómo adaptar este sistema a tu proyecto.