Activismo ideológico financiado con presupuesdtos públicos
La Universidad de León se inventa un “curso en pedagogía antifascista” para adoctrinar a futuros docentes
La Universidad de León ha lanzado una microcredencial universitaria en “Pedagogía Antifascista”, un curso de cuatro créditos ECTS promovido por el Vicerrectorado de Emprendimiento, Empleabilidad y Formación Permanente y dirigido por el profesor Enrique Javier Díez Gutiérrez, conocido por su militancia en causas de izquierda y su discurso abiertamente ideologizado en el ámbito educativo.
El programa —que se ofrece bajo el sello oficial de la universidad y cuesta 49,50 euros— promete “fortalecer y recualificar el papel del profesorado comprometido con una educación democrática e inclusiva”, aunque en la práctica plantea una visión sectaria y militante de la educación, donde los conceptos de “neofascismo” o “discurso de odio” se convierten en armas retóricas para estigmatizar cualquier pensamiento disidente del consenso progresista.
El temario incluye bloques como “Qué es el neofascismo”, “La penetración del neofascismo en la educación” o “Estrategias educativas frente al neofascismo”, evidenciando una intención más política que pedagógica. Los propios organizadores afirman que el objetivo es “dotar al profesorado de herramientas para trabajar una educación antifascista ante los discursos de odio”, una formulación ambigua que abre la puerta al adoctrinamiento ideológico en las aulas bajo la coartada de los “derechos humanos”.
Entre los docentes figuran, además del propio Díez Gutiérrez, nombres como Mauro Jarquín Ramírez, Luis Bonilla o Clara Martínez i Delgado, todos ellos vinculados a movimientos de izquierda radical o pedagogías “críticas” inspiradas en el marxismo cultural.
El curso, en modalidad online, se desarrollará entre el 15 de enero y el 15 de mayo y está especialmente orientado a futuros profesores, educadores sociales y trabajadores del ámbito comunitario. Resulta especialmente llamativo que se contemplen exenciones de matrícula para beneficiarios del Ingreso Mínimo Vital o víctimas de violencia de género, lo que refuerza el perfil ideológico y activista del proyecto.
Lo más grave no es tanto la existencia de un curso de estas características —que en el ámbito privado podría enmarcarse en la libertad de expresión—, sino que una universidad pública ampare, promueva y financie una iniciativa abiertamente política, en un contexto en el que se exige neutralidad y pluralidad ideológica a las instituciones académicas.
Con esta “microcredencial antifascista”, la Universidad de León no fortalece la educación, sino que degrada su función intelectual, convirtiéndola en un instrumento de ingeniería social al servicio de una corriente ideológica concreta. La universidad que debería enseñar a pensar se convierte, así, en una escuela de militancia disfrazada de formación pedagógica.
La Universidad de León ha lanzado una microcredencial universitaria en “Pedagogía Antifascista”, un curso de cuatro créditos ECTS promovido por el Vicerrectorado de Emprendimiento, Empleabilidad y Formación Permanente y dirigido por el profesor Enrique Javier Díez Gutiérrez, conocido por su militancia en causas de izquierda y su discurso abiertamente ideologizado en el ámbito educativo.
El programa —que se ofrece bajo el sello oficial de la universidad y cuesta 49,50 euros— promete “fortalecer y recualificar el papel del profesorado comprometido con una educación democrática e inclusiva”, aunque en la práctica plantea una visión sectaria y militante de la educación, donde los conceptos de “neofascismo” o “discurso de odio” se convierten en armas retóricas para estigmatizar cualquier pensamiento disidente del consenso progresista.
El temario incluye bloques como “Qué es el neofascismo”, “La penetración del neofascismo en la educación” o “Estrategias educativas frente al neofascismo”, evidenciando una intención más política que pedagógica. Los propios organizadores afirman que el objetivo es “dotar al profesorado de herramientas para trabajar una educación antifascista ante los discursos de odio”, una formulación ambigua que abre la puerta al adoctrinamiento ideológico en las aulas bajo la coartada de los “derechos humanos”.
Entre los docentes figuran, además del propio Díez Gutiérrez, nombres como Mauro Jarquín Ramírez, Luis Bonilla o Clara Martínez i Delgado, todos ellos vinculados a movimientos de izquierda radical o pedagogías “críticas” inspiradas en el marxismo cultural.
El curso, en modalidad online, se desarrollará entre el 15 de enero y el 15 de mayo y está especialmente orientado a futuros profesores, educadores sociales y trabajadores del ámbito comunitario. Resulta especialmente llamativo que se contemplen exenciones de matrícula para beneficiarios del Ingreso Mínimo Vital o víctimas de violencia de género, lo que refuerza el perfil ideológico y activista del proyecto.
Lo más grave no es tanto la existencia de un curso de estas características —que en el ámbito privado podría enmarcarse en la libertad de expresión—, sino que una universidad pública ampare, promueva y financie una iniciativa abiertamente política, en un contexto en el que se exige neutralidad y pluralidad ideológica a las instituciones académicas.
Con esta “microcredencial antifascista”, la Universidad de León no fortalece la educación, sino que degrada su función intelectual, convirtiéndola en un instrumento de ingeniería social al servicio de una corriente ideológica concreta. La universidad que debería enseñar a pensar se convierte, así, en una escuela de militancia disfrazada de formación pedagógica.




















