Estudio en "Journal of Modern Physics"
Científicos documentan posibles “formas de vida” en la atmósfera terrestre: estructuras de plasma que se comportan como organismos
![[Img #29192]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/11_2025/3413_screenshot-2025-11-10-at-10-28-52-extraterrestrial-life-in-the-thermosphere-plasmas-uap-pre-life-fourth-state-of-matter.png)
Por primera vez, un estudio internacional sugiere que ciertas formaciones luminosas detectadas por misiones espaciales de la NASA podrían representar una forma de “vida no biológica” en el límite entre la materia y la biología.
Un equipo internacional de astrobiólogos y físicos —procedentes de instituciones como la Universidad de Arizona, Harvard-Smithsonian, la Universidad de Siena y la Universidad de California— ha publicado un estudio que podría redefinir el concepto mismo de vida. El trabajo, aparecido en Journal of Modern Physics (febrero de 2024), documenta estructuras de plasma autoiluminadas, de hasta un kilómetro de tamaño, filmadas en más de diez misiones del transbordador espacial de la NASA orbitando a unos 320 kilómetros de la Tierra.
Estas entidades —descritas como “plasmas electromagnéticos con comportamiento biológico”— fueron captadas acercándose a los transbordadores, interactuando con satélites activos, descendiendo hacia tormentas eléctricas y mostrando patrones de vuelo complejos: giros de 45 a 180 grados, aceleraciones bruscas, agrupaciones en enjambre e incluso un comportamiento descrito como “depredador-cazador”.
Nota: Los suscriptores de La Tribuna del País Vasco pueden solicitar una copia del estudio por los canales habituales: [email protected] o en el teléfono 650114502
“Se comportan como organismos vivos: crecen, se replican, se atraen, colisionan, se persiguen y dejan tras de sí rastros energéticos de kilómetros de longitud”, explica el investigador principal, R. Joseph, del Astrobiology Research Center de California.
El estudio propone que estos plasmas polvorientos, compuestos por partículas cargadas y fragmentos de meteoritos ricos en carbono (condritas carbonáceas), podrían autorganizarse y formar estructuras con propiedades similares al ADN o al ARN primitivo, generando un posible “mundo de ARN” en el espacio. Según los autores, podrían constituir una forma de “pre-vida” extraterrestre, un estadio intermedio entre la materia y la biología.
El Nobel de Física Hannes Alfvén, citado en el trabajo, ya teorizó hace décadas que el universo podría estar lleno de “ambiplasmas” con estructura celular, capaces de transferir energía y organizarse de forma autónoma. Las nuevas observaciones parecen confirmar esa hipótesis.
Los investigadores no afirman que estas entidades sean seres vivos en el sentido biológico, pero admiten la posibilidad de que representen un “cuarto dominio de la vida”, distinto de lo orgánico, alimentado por energía electromagnética. En la baja atmósfera, sugieren, estos plasmas podrían confundirse fácilmente con los llamados UAP o fenómenos aéreos no identificados, conocidos popularmente como ovnis.
“Si estas estructuras realmente existen como formas de vida basadas en plasma”, concluye el estudio, “estaríamos ante la primera evidencia de una biología no basada en carbono: organismos hechos de luz, polvo y electricidad”.
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Por primera vez, un estudio internacional sugiere que ciertas formaciones luminosas detectadas por misiones espaciales de la NASA podrían representar una forma de “vida no biológica” en el límite entre la materia y la biología.
Un equipo internacional de astrobiólogos y físicos —procedentes de instituciones como la Universidad de Arizona, Harvard-Smithsonian, la Universidad de Siena y la Universidad de California— ha publicado un estudio que podría redefinir el concepto mismo de vida. El trabajo, aparecido en Journal of Modern Physics (febrero de 2024), documenta estructuras de plasma autoiluminadas, de hasta un kilómetro de tamaño, filmadas en más de diez misiones del transbordador espacial de la NASA orbitando a unos 320 kilómetros de la Tierra.
Estas entidades —descritas como “plasmas electromagnéticos con comportamiento biológico”— fueron captadas acercándose a los transbordadores, interactuando con satélites activos, descendiendo hacia tormentas eléctricas y mostrando patrones de vuelo complejos: giros de 45 a 180 grados, aceleraciones bruscas, agrupaciones en enjambre e incluso un comportamiento descrito como “depredador-cazador”.
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“Se comportan como organismos vivos: crecen, se replican, se atraen, colisionan, se persiguen y dejan tras de sí rastros energéticos de kilómetros de longitud”, explica el investigador principal, R. Joseph, del Astrobiology Research Center de California.
El estudio propone que estos plasmas polvorientos, compuestos por partículas cargadas y fragmentos de meteoritos ricos en carbono (condritas carbonáceas), podrían autorganizarse y formar estructuras con propiedades similares al ADN o al ARN primitivo, generando un posible “mundo de ARN” en el espacio. Según los autores, podrían constituir una forma de “pre-vida” extraterrestre, un estadio intermedio entre la materia y la biología.
El Nobel de Física Hannes Alfvén, citado en el trabajo, ya teorizó hace décadas que el universo podría estar lleno de “ambiplasmas” con estructura celular, capaces de transferir energía y organizarse de forma autónoma. Las nuevas observaciones parecen confirmar esa hipótesis.
Los investigadores no afirman que estas entidades sean seres vivos en el sentido biológico, pero admiten la posibilidad de que representen un “cuarto dominio de la vida”, distinto de lo orgánico, alimentado por energía electromagnética. En la baja atmósfera, sugieren, estos plasmas podrían confundirse fácilmente con los llamados UAP o fenómenos aéreos no identificados, conocidos popularmente como ovnis.
“Si estas estructuras realmente existen como formas de vida basadas en plasma”, concluye el estudio, “estaríamos ante la primera evidencia de una biología no basada en carbono: organismos hechos de luz, polvo y electricidad”.




