Informe policial confidencial
Las fuerzas de seguridad francesas alertan de una escalada de ataques islamistas contra los cristianos en Europa
La tercera agresión islamista registrada en Francia en lo que va de 2025 ha encendido todas las alarmas en los servicios de inteligencia galos. El ataque del 10 de septiembre en Lyon contra Ashur Sarnaya, un cristiano iraquí en silla de ruedas, no es un hecho aislado, sino —según un informe confidencial de la Dirección General de Seguridad Interior (DGSI)— una pieza más en una campaña sistemática del terrorismo islamista contra las comunidades cristianas en Europa y en el mundo.
La nota, hecha pública por Le Figaro, concluye que la obsesión anti-cristiana está en el centro de la propaganda yihadista desde hace más de treinta años, y muestra cómo grupos como Al-Qaida y el Estado Islámico han construido una ideología basada en la figura del “cruzado” como enemigo absoluto.
Narrativa de odio
De acuerdo con la documentación analizada por la DGSI, la retórica yihadista ha evolucionado desde la fatwa global de Osama bin Laden de 1998 —en la que llamó a la guerra contra “judíos y cruzados”— hasta los discursos más recientes del Estado Islámico, que en 2014 proclamó: “Conquistaremos vuestra Roma, romperemos vuestras cruces y reduciremos a vuestras mujeres a la esclavitud.”
Esta visión apocalíptica, alimentada por décadas de propaganda, mezcla sin distinción las Cruzadas medievales, la colonización europea y las intervenciones occidentales en Afganistán, Irak o Mali, construyendo la idea de que el islam vive bajo una “presión cristiana” permanente. A ello se suma una estrategia deliberada: atacar comunidades cristianas para provocar reacciones sociales que radicalicen a musulmanes europeos, una táctica ya formulada en 2005 por el ideólogo yihadista Abou Moussab al-Suri.
Europa, en el punto de mira: treinta años de sangre
La lista de atentados citados en la nota interna es extensa. Desde el asesinato de 19 religiosos en Argelia en los años noventa hasta la ejecución de 21 cristianos coptos en Libia en 2015, la violencia anti-cristiana sigue un patrón global que, en Europa, ha dejado imágenes de horror imborrables. En 2016, el asesinato del padre Jacques Hamel en Saint-Étienne-du-Rouvray marcó un punto de inflexión: los asaltantes gritaron “Alá es grande”, proclamaron enemigos a los cristianos y degollaron al sacerdote ante el altar.
Desde entonces, Francia ha sufrido una sucesión de ataques y planes de atentados: el intento de explosión de Notre-Dame (2016), el atentado en la basílica de Niza (2020), o la desarticulación de complots contra iglesias en Villejuif y Béziers.
La reciente agresión de Lyon confirma lo que señala la DGSI: los cristianos continúan siendo un objetivo islamista preferente, no por casualidad, sino por estrategia.
Un riesgo que no disminuye
La DGSI advierte de que la campaña del Estado Islámico titulada “Tuez-les où que vous les trouviez”, lanzada en enero de 2024 y dirigida contra judíos y cristianos, refleja un salto cualitativo: el terrorismo ya no llama a atacar símbolos del Estado, sino lugares de culto y fieles, especialmente en momentos de gran afluencia.
Los servicios de inteligencia temen que esta dinámica se agrave:
-
por la polarización social en Europa,
-
por el eco de los conflictos internacionales,
-
y por la capacidad de los grupos islamistas para incitar a “lobos solitarios” que no requieren estructuras complejas para actuar.
Una amenaza abierta
Mientras Francia refuerza la vigilancia en templos y festividades religiosas, la DGSI reconoce que la amenaza es “difusa, persistente y difícil de anticipar”. Las conclusiones de la nota son contundentes: los cristianos, equiparados sistemáticamente a “Occidente”, seguirán siendo un blanco simbólico, ideológico y operativo del terrorismo islamista.
La tercera agresión islamista registrada en Francia en lo que va de 2025 ha encendido todas las alarmas en los servicios de inteligencia galos. El ataque del 10 de septiembre en Lyon contra Ashur Sarnaya, un cristiano iraquí en silla de ruedas, no es un hecho aislado, sino —según un informe confidencial de la Dirección General de Seguridad Interior (DGSI)— una pieza más en una campaña sistemática del terrorismo islamista contra las comunidades cristianas en Europa y en el mundo.
La nota, hecha pública por Le Figaro, concluye que la obsesión anti-cristiana está en el centro de la propaganda yihadista desde hace más de treinta años, y muestra cómo grupos como Al-Qaida y el Estado Islámico han construido una ideología basada en la figura del “cruzado” como enemigo absoluto.
Narrativa de odio
De acuerdo con la documentación analizada por la DGSI, la retórica yihadista ha evolucionado desde la fatwa global de Osama bin Laden de 1998 —en la que llamó a la guerra contra “judíos y cruzados”— hasta los discursos más recientes del Estado Islámico, que en 2014 proclamó: “Conquistaremos vuestra Roma, romperemos vuestras cruces y reduciremos a vuestras mujeres a la esclavitud.”
Esta visión apocalíptica, alimentada por décadas de propaganda, mezcla sin distinción las Cruzadas medievales, la colonización europea y las intervenciones occidentales en Afganistán, Irak o Mali, construyendo la idea de que el islam vive bajo una “presión cristiana” permanente. A ello se suma una estrategia deliberada: atacar comunidades cristianas para provocar reacciones sociales que radicalicen a musulmanes europeos, una táctica ya formulada en 2005 por el ideólogo yihadista Abou Moussab al-Suri.
Europa, en el punto de mira: treinta años de sangre
La lista de atentados citados en la nota interna es extensa. Desde el asesinato de 19 religiosos en Argelia en los años noventa hasta la ejecución de 21 cristianos coptos en Libia en 2015, la violencia anti-cristiana sigue un patrón global que, en Europa, ha dejado imágenes de horror imborrables. En 2016, el asesinato del padre Jacques Hamel en Saint-Étienne-du-Rouvray marcó un punto de inflexión: los asaltantes gritaron “Alá es grande”, proclamaron enemigos a los cristianos y degollaron al sacerdote ante el altar.
Desde entonces, Francia ha sufrido una sucesión de ataques y planes de atentados: el intento de explosión de Notre-Dame (2016), el atentado en la basílica de Niza (2020), o la desarticulación de complots contra iglesias en Villejuif y Béziers.
La reciente agresión de Lyon confirma lo que señala la DGSI: los cristianos continúan siendo un objetivo islamista preferente, no por casualidad, sino por estrategia.
Un riesgo que no disminuye
La DGSI advierte de que la campaña del Estado Islámico titulada “Tuez-les où que vous les trouviez”, lanzada en enero de 2024 y dirigida contra judíos y cristianos, refleja un salto cualitativo: el terrorismo ya no llama a atacar símbolos del Estado, sino lugares de culto y fieles, especialmente en momentos de gran afluencia.
Los servicios de inteligencia temen que esta dinámica se agrave:
-
por la polarización social en Europa,
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por el eco de los conflictos internacionales,
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y por la capacidad de los grupos islamistas para incitar a “lobos solitarios” que no requieren estructuras complejas para actuar.
Una amenaza abierta
Mientras Francia refuerza la vigilancia en templos y festividades religiosas, la DGSI reconoce que la amenaza es “difusa, persistente y difícil de anticipar”. Las conclusiones de la nota son contundentes: los cristianos, equiparados sistemáticamente a “Occidente”, seguirán siendo un blanco simbólico, ideológico y operativo del terrorismo islamista.











