Los ataques fascistas a una carpa de Vox se saldan con seis ertzainas heridos y solo un terrorista callejero detenido
Solamente una persona fue detenida este viernes en el barrio donostiarra de Inchaurrondo tras los altercados que se produjeron después de que decenas de fascistas proetarras trataran de atacar una carpa informativa de Vox. Tras los enfrentamientos, y tal y como confirma el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco, seis ertzainas resultaron contusionadas por los objetos contundentes y bengalas que los terroristas callejeros concentrados contra el partido de Santiago Abascal les lanzaron.
Ante estos hechos vergonzosos, el Sindicato Profesional de la Ertzaintza (Si.P.E.) ha denunciado con total contundencia “el lamentable dispositivo desplegado este 28 de noviembre en Intxaurrondo, donde una vez más se volvió a poner en evidencia la falta de previsión, la ausencia de criterios técnicos y la presión política que condiciona peligrosamente la actuación policial”.
Si.P.E denuncia que “la escena se ha repetido: un operativo mal dimensionado, directrices confusas y agentes expuestos sin respaldo ni medios suficientes, en un contexto de tensión que cualquier mando profesional habría anticipado. Lejos de un dispositivo pensado para proteger tanto a la ciudadanía como a los propios ertzainas, lo que se vivió fue una cadena de despropósitos que responde a un patrón que ya denunciamos el pasado 12 de octubre. Por encima de la seguridad del operativo se impusieron decisiones dictadas desde despachos que no conocen, o no quieren conocer, la realidad del orden público en la calle.
El Si.P.E. considera de extrema gravedad que fuera el jefe de Instituciones quien ordenó de forma expresa que no se cargara. Se emitieron órdenes para no sacar las escopetas de FOAM, no colocarse los cascos y mantener una actitud meramente pasiva mientras los agentes eran atacados con todo tipo de objetos contundentes.
“El resultado de estas decisiones fue humillante y extremadamente peligroso: ertzainas obligados a correr, a replegarse y a ocultarse dentro de las furgonetas para evitar lesiones, ante la imposibilidad de actuar profesionalmente. No se trata de un fallo puntual, sino de una dinámica que ya forma parte de un modo de dirigir los dispositivos desde parámetros políticos y no técnicos. Este episodio constituye, sin lugar a dudas, otro dispositivo de vergüenza, impropio de un cuerpo policial que merece dignidad, respaldo y recursos adecuados”.
El Si.P.E. exige la depuración inmediata de responsabilidades en la cadena de mando que ordenó una no intervención suicida, la implantación de criterios operativos basados en profesionalidad, no en cálculos políticos ni en miedos mediáticos y una dotación real de medios, formación y equipamiento, acorde con los estándares de cualquier cuerpo policial moderno.
“Del mismo modo reclamamos que de una vez por todas se establezca un respeto institucional hacia quienes arriesgan su integridad en primera línea y transparencia total sobre los proyectiles FOAM retirados, su alcance y las medidas adoptadas para garantizar la seguridad del material en uso. Los ertzainas no son escudos humanos ni herramientas de propaganda. Son profesionales que merecen medios adecuados, apoyo real y decisiones fundamentadas en la seguridad, no en la imagen pública. La ciudadanía merece una policía eficaz. Los agentes merecen la verdad”.
Solamente una persona fue detenida este viernes en el barrio donostiarra de Inchaurrondo tras los altercados que se produjeron después de que decenas de fascistas proetarras trataran de atacar una carpa informativa de Vox. Tras los enfrentamientos, y tal y como confirma el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco, seis ertzainas resultaron contusionadas por los objetos contundentes y bengalas que los terroristas callejeros concentrados contra el partido de Santiago Abascal les lanzaron.
Ante estos hechos vergonzosos, el Sindicato Profesional de la Ertzaintza (Si.P.E.) ha denunciado con total contundencia “el lamentable dispositivo desplegado este 28 de noviembre en Intxaurrondo, donde una vez más se volvió a poner en evidencia la falta de previsión, la ausencia de criterios técnicos y la presión política que condiciona peligrosamente la actuación policial”.
Si.P.E denuncia que “la escena se ha repetido: un operativo mal dimensionado, directrices confusas y agentes expuestos sin respaldo ni medios suficientes, en un contexto de tensión que cualquier mando profesional habría anticipado. Lejos de un dispositivo pensado para proteger tanto a la ciudadanía como a los propios ertzainas, lo que se vivió fue una cadena de despropósitos que responde a un patrón que ya denunciamos el pasado 12 de octubre. Por encima de la seguridad del operativo se impusieron decisiones dictadas desde despachos que no conocen, o no quieren conocer, la realidad del orden público en la calle.
El Si.P.E. considera de extrema gravedad que fuera el jefe de Instituciones quien ordenó de forma expresa que no se cargara. Se emitieron órdenes para no sacar las escopetas de FOAM, no colocarse los cascos y mantener una actitud meramente pasiva mientras los agentes eran atacados con todo tipo de objetos contundentes.
“El resultado de estas decisiones fue humillante y extremadamente peligroso: ertzainas obligados a correr, a replegarse y a ocultarse dentro de las furgonetas para evitar lesiones, ante la imposibilidad de actuar profesionalmente. No se trata de un fallo puntual, sino de una dinámica que ya forma parte de un modo de dirigir los dispositivos desde parámetros políticos y no técnicos. Este episodio constituye, sin lugar a dudas, otro dispositivo de vergüenza, impropio de un cuerpo policial que merece dignidad, respaldo y recursos adecuados”.
El Si.P.E. exige la depuración inmediata de responsabilidades en la cadena de mando que ordenó una no intervención suicida, la implantación de criterios operativos basados en profesionalidad, no en cálculos políticos ni en miedos mediáticos y una dotación real de medios, formación y equipamiento, acorde con los estándares de cualquier cuerpo policial moderno.
“Del mismo modo reclamamos que de una vez por todas se establezca un respeto institucional hacia quienes arriesgan su integridad en primera línea y transparencia total sobre los proyectiles FOAM retirados, su alcance y las medidas adoptadas para garantizar la seguridad del material en uso. Los ertzainas no son escudos humanos ni herramientas de propaganda. Son profesionales que merecen medios adecuados, apoyo real y decisiones fundamentadas en la seguridad, no en la imagen pública. La ciudadanía merece una policía eficaz. Los agentes merecen la verdad”.










