Así afecta el fútbol femenino a la fertilidad de las deportistas
El reciente triunfo de la selección española femenina de fútbol en la Nations League ha vuelto a situar al fútbol femenino en la primera línea del deporte mundial y ha confirmado que España vive una generación dorada de futbolistas. Un éxito que refleja talento, sacrificio y profesionalización, pero que también invita a mirar más allá del marcador para abordar realidades menos visibles en el deporte de élite, como el impacto que una carrera deportiva de máxima exigencia puede tener en la salud y, en particular, en la fertilidad de las jugadoras.
El contexto de la fertilidad europea es dramático, especialmente en el caso de España. Las mujeres, incluidas las deportistas, retrasan cada día más su maternidad por factores personales y económicos. Este retraso afecta directamente a su fertilidad ya que, según se van cumpliendo años, las posibilidades de conseguir embarazos disminuyen. En España los nacimientos con madres de 35 años o más (edad donde los expertos trazan la barrera de la fertilidad femenina) ya representan el 39,7% del total.
Este paradigma se agudiza con las atletas de élite. El ritmo extremo que mantienen para preparar las competiciones, sumado a sus variaciones de peso y sus alteraciones hormonales puede dificultar las opciones de tener un hijo. A pesar de ello, los expertos en medicina reproductiva de Instituto Bernabeu son claros: es posible conciliar una carrera deportiva de alto nivel con el deseo de ser madre.
La victoria de esta semana frente a Alemania confirma que la selección española femenina vive el mejor momento de su historia. Superar a una de las grandes potencias del fútbol mundial ha reforzado la ilusión y ha puesto en valor el enorme esfuerzo personal y profesional que realizan estas jugadoras para mantenerse en la élite. Detrás de cada entrenamiento y de cada partido decisivo hay años de trabajo físico y mental, una disciplina extrema y una dedicación absoluta que, aunque se traduce en títulos y reconocimiento, también exige un desgaste que va mucho más allá del talento deportivo.
Los riesgos que la preparación para la Nations League implica en la maternidad
El entrenamiento intensivo, necesario para competir al más alto nivel, puede causar un desequilibrio hormonal que afecta a la menstruación. “Inicialmente las mujeres deportistas conservan sus ciclos menstruales y su capacidad ovulatoria, pero presentan una disminución de la secreción de progesterona durante la segunda fase del ciclo menstrual. La importancia de ello radica en que la fertilidad puede verse comprometida por esa deficiencia de progesterona que es la hormona responsable de una buena implantación del embrión. Así pues, podemos encontrar mujeres deportistas con fallos de implantación o abortos precoces. En los casos más graves, las mujeres deportistas pierden sus ciclos menstruales y no pueden quedar embarazadas por ausencia de ovulación”, explica la Dra. Pino Navarro, directora del departamento de endocrinología de Instituto Bernabeu.
Esta amenaza pende sobre toda aquella mujer que sobrepasa los niveles sanos de ejercicio físico, independientemente de su disciplina. “El incremento rápido e intenso del ejercicio, como el que realizan las atletas al prepararse para una competición, puede llevar a que, en los casos más graves, las mujeres deportistas pueden tener imposibilidades de quedarse embarazadas”, señala Navarro.
En esta línea, la doctora apunta que “cada vez más recibimos en nuestras consultas a deportistas de alto rendimiento o profesionales que quieren saber cómo pueden planificar su futuro reproductivo o que vienen a realizarse revisiones específicas”. Las actividades deportivas que suelen asociarse con bajo peso corporal (ej. ballet) y los deportes en los cuales la puntuación es subjetiva (ej. patinaje artístico o gimnasia rítmica) se asocian con una mayor incidencia de amenorrea frente a otras actividades deportivas. Recientemente la incorporación de la mujer a deportes con alto nivel competitivo que implican entrenamiento muy intenso (corredoras de maratón…), está aumentando las consultas para preservación de fertilidad.
La infertilidad entre los atletas masculinos de élite
La infertilidad no solo afecta a las mujeres. Los hombres que se enfrentan a una intensa preparación para competiciones de alto nivel con programas de entrenamientos de alta intensidad y de aumento o disminución de volumen corporal, pueden sufrir una caída de la calidad del semen, según un estudio de la Universidad de Córdoba. Aunque el número de espermatozoides no se reduce significativamente, su velocidad, morfología y la integridad del ADN pueden verse comprometidas. Además, el estrés de la competición y la autoexigencia de resultados aumentan los niveles de cortisol, la principal hormona relacionada con el estrés y que afecta negativamente a la fertilidad.
La crisis del esperma causa estragos entre todos los hombres, con independencia de su profesión. Tanto la calidad como la concentración de esperma se han reducido drásticamente en un 51% a nivel mundial y su ritmo de descenso alarma a los expertos al alcanzar el 2,64% anual.
La solución de la vitrificación de óvulos
Ante este escenario, la vitrificación de ovocitos se presenta como una solución efectiva. Esta técnica, comúnmente conocida como congelación de óvulos, permite a las mujeres preservar sus ovocitos con la calidad del momento en que se congelan, ofreciendo la posibilidad de formar una familia durante o después de su carrera deportiva e incluso de posponer la edad a la que se escoge ser madre. La vitrificación de óvulos es cada vez más común entre las atletas que enfrentan entrenamientos intensivos prolongados para evitar los riesgos sobre su calidad ovárica que ocasionen las alteraciones menstruales debido a la intensidad del ejercicio, las variaciones de peso y el estrés asociado a la competición.
“El consejo médico a una mujer con brillante carrera deportiva por delante y con deseo de maternidad en el futuro es claro: vitrificar ovocitos cuando la mujer es joven (buena calidad ovocitaria), vivir su carrera deportiva de alto rendimiento y cuando se plantee ser madre, bajar el ritmo de los entrenamientos, aumentar la ingesta y buscar la gestación en condiciones óptimas de receptividad endometrial”, puntualiza la doctora de Instituto Bernabeu.
“Para mitigar los efectos negativos del ejercicio extremo sobre la fertilidad es fundamental un adecuado aporte nutricional acorde al gasto calórico que implica la actividad deportiva. Aumentar la ingesta calórica, descansar adecuadamente y reducir el ejercicio físico puede ayudar a restablecer los ciclos menstruales normales. En algunos casos, la inducción de la ovulación con fármacos puede ser efectiva, pero se recomienda como una segunda línea de tratamiento tras asegurar una nutrición adecuada”, explica Navarro.
Otro desafío al que se enfrentan muchas jugadoras de élite es el de compaginar su vida profesional con la crianza de un recién nacido. La recuperación física tras el parto y el regreso a los entrenamientos intensivos requieren un esfuerzo añadido al tener que cumplir con la atención constante demandada por los bebés. Sin embargo, la evolución de la ciencia reproductiva y el mayor conocimiento sobre los límites del cuerpo humano cada vez facilita más que cualquier atleta pueda compartir su sueño deportivo con el sueño de ser madre.
El reciente triunfo de la selección española femenina de fútbol en la Nations League ha vuelto a situar al fútbol femenino en la primera línea del deporte mundial y ha confirmado que España vive una generación dorada de futbolistas. Un éxito que refleja talento, sacrificio y profesionalización, pero que también invita a mirar más allá del marcador para abordar realidades menos visibles en el deporte de élite, como el impacto que una carrera deportiva de máxima exigencia puede tener en la salud y, en particular, en la fertilidad de las jugadoras. El contexto de la fertilidad europea es dramático, especialmente en el caso de España. Las mujeres, incluidas las deportistas, retrasan cada día más su maternidad por factores personales y económicos. Este retraso afecta directamente a su fertilidad ya que, según se van cumpliendo años, las posibilidades de conseguir embarazos disminuyen. En España los nacimientos con madres de 35 años o más (edad donde los expertos trazan la barrera de la fertilidad femenina) ya representan el 39,7% del total.
Este paradigma se agudiza con las atletas de élite. El ritmo extremo que mantienen para preparar las competiciones, sumado a sus variaciones de peso y sus alteraciones hormonales puede dificultar las opciones de tener un hijo. A pesar de ello, los expertos en medicina reproductiva de Instituto Bernabeu son claros: es posible conciliar una carrera deportiva de alto nivel con el deseo de ser madre.
La victoria de esta semana frente a Alemania confirma que la selección española femenina vive el mejor momento de su historia. Superar a una de las grandes potencias del fútbol mundial ha reforzado la ilusión y ha puesto en valor el enorme esfuerzo personal y profesional que realizan estas jugadoras para mantenerse en la élite. Detrás de cada entrenamiento y de cada partido decisivo hay años de trabajo físico y mental, una disciplina extrema y una dedicación absoluta que, aunque se traduce en títulos y reconocimiento, también exige un desgaste que va mucho más allá del talento deportivo.
Los riesgos que la preparación para la Nations League implica en la maternidad
El entrenamiento intensivo, necesario para competir al más alto nivel, puede causar un desequilibrio hormonal que afecta a la menstruación. “Inicialmente las mujeres deportistas conservan sus ciclos menstruales y su capacidad ovulatoria, pero presentan una disminución de la secreción de progesterona durante la segunda fase del ciclo menstrual. La importancia de ello radica en que la fertilidad puede verse comprometida por esa deficiencia de progesterona que es la hormona responsable de una buena implantación del embrión. Así pues, podemos encontrar mujeres deportistas con fallos de implantación o abortos precoces. En los casos más graves, las mujeres deportistas pierden sus ciclos menstruales y no pueden quedar embarazadas por ausencia de ovulación”, explica la Dra. Pino Navarro, directora del departamento de endocrinología de Instituto Bernabeu.
Esta amenaza pende sobre toda aquella mujer que sobrepasa los niveles sanos de ejercicio físico, independientemente de su disciplina. “El incremento rápido e intenso del ejercicio, como el que realizan las atletas al prepararse para una competición, puede llevar a que, en los casos más graves, las mujeres deportistas pueden tener imposibilidades de quedarse embarazadas”, señala Navarro.
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En esta línea, la doctora apunta que “cada vez más recibimos en nuestras consultas a deportistas de alto rendimiento o profesionales que quieren saber cómo pueden planificar su futuro reproductivo o que vienen a realizarse revisiones específicas”. Las actividades deportivas que suelen asociarse con bajo peso corporal (ej. ballet) y los deportes en los cuales la puntuación es subjetiva (ej. patinaje artístico o gimnasia rítmica) se asocian con una mayor incidencia de amenorrea frente a otras actividades deportivas. Recientemente la incorporación de la mujer a deportes con alto nivel competitivo que implican entrenamiento muy intenso (corredoras de maratón…), está aumentando las consultas para preservación de fertilidad.
La infertilidad entre los atletas masculinos de élite
La infertilidad no solo afecta a las mujeres. Los hombres que se enfrentan a una intensa preparación para competiciones de alto nivel con programas de entrenamientos de alta intensidad y de aumento o disminución de volumen corporal, pueden sufrir una caída de la calidad del semen, según un estudio de la Universidad de Córdoba. Aunque el número de espermatozoides no se reduce significativamente, su velocidad, morfología y la integridad del ADN pueden verse comprometidas. Además, el estrés de la competición y la autoexigencia de resultados aumentan los niveles de cortisol, la principal hormona relacionada con el estrés y que afecta negativamente a la fertilidad.
La crisis del esperma causa estragos entre todos los hombres, con independencia de su profesión. Tanto la calidad como la concentración de esperma se han reducido drásticamente en un 51% a nivel mundial y su ritmo de descenso alarma a los expertos al alcanzar el 2,64% anual.
La solución de la vitrificación de óvulos
Ante este escenario, la vitrificación de ovocitos se presenta como una solución efectiva. Esta técnica, comúnmente conocida como congelación de óvulos, permite a las mujeres preservar sus ovocitos con la calidad del momento en que se congelan, ofreciendo la posibilidad de formar una familia durante o después de su carrera deportiva e incluso de posponer la edad a la que se escoge ser madre. La vitrificación de óvulos es cada vez más común entre las atletas que enfrentan entrenamientos intensivos prolongados para evitar los riesgos sobre su calidad ovárica que ocasionen las alteraciones menstruales debido a la intensidad del ejercicio, las variaciones de peso y el estrés asociado a la competición.
“El consejo médico a una mujer con brillante carrera deportiva por delante y con deseo de maternidad en el futuro es claro: vitrificar ovocitos cuando la mujer es joven (buena calidad ovocitaria), vivir su carrera deportiva de alto rendimiento y cuando se plantee ser madre, bajar el ritmo de los entrenamientos, aumentar la ingesta y buscar la gestación en condiciones óptimas de receptividad endometrial”, puntualiza la doctora de Instituto Bernabeu.
“Para mitigar los efectos negativos del ejercicio extremo sobre la fertilidad es fundamental un adecuado aporte nutricional acorde al gasto calórico que implica la actividad deportiva. Aumentar la ingesta calórica, descansar adecuadamente y reducir el ejercicio físico puede ayudar a restablecer los ciclos menstruales normales. En algunos casos, la inducción de la ovulación con fármacos puede ser efectiva, pero se recomienda como una segunda línea de tratamiento tras asegurar una nutrición adecuada”, explica Navarro.
Otro desafío al que se enfrentan muchas jugadoras de élite es el de compaginar su vida profesional con la crianza de un recién nacido. La recuperación física tras el parto y el regreso a los entrenamientos intensivos requieren un esfuerzo añadido al tener que cumplir con la atención constante demandada por los bebés. Sin embargo, la evolución de la ciencia reproductiva y el mayor conocimiento sobre los límites del cuerpo humano cada vez facilita más que cualquier atleta pueda compartir su sueño deportivo con el sueño de ser madre.
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