Informe
Drones criminales, robots autónomos y el fin de la policía tal y como la conocemos: Europol alerta de una nueva era del delito
![[Img #29379]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/12_2025/4473_screenshot-2025-12-13-at-10-19-08-new-report-explores-use-of-robotics-and-unmanned-systems-in-the-fight-against-crime-europol-publishes-the-unmanned-futures-the-impact-of-robotics-and-unmanned-systems-on-law.png)
Europa se prepara para un futuro en el que el crimen no camina, vuela ni se esconde: se programa. Un nuevo informe de Europol advierte de que drones, robots terrestres y sistemas autónomos están transformando radicalmente el modo en que operan las organizaciones criminales y terroristas, obligando a las fuerzas de seguridad a replantear por completo cómo se protege una sociedad cada vez más automatizada.
El documento, elaborado por el Europol Innovation Lab bajo el título The Unmanned Future(s), dibuja un escenario inquietante: el paso acelerado hacia una criminalidad “a distancia”, en la que los delincuentes ya no necesitan estar físicamente presentes para vigilar, atacar, traficar o sabotear infraestructuras críticas.
“Estamos entrando en una era en la que el delito deja de ser bidimensional. La policía ya no solo tiene que vigilar calles y fronteras, sino también el aire, el subsuelo y el espacio digital-físico”, advierte el informe.
Nota: Los suscriptores de La Tribuna del País Vasco pueden solicitar una copia del estudio por los canales habituales: [email protected] o en el teléfono 650114502
Del crimen como servicio al crimen como sistema autónomo
Europol constata que drones comerciales baratos, robots modificados y plataformas autónomas están siendo utilizados para:
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Vigilancia de comisarías y movimientos policiales
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Contrabando de drogas y armas a través de fronteras rurales
-
Ataques con explosivos improvisados
-
Reconocimiento previo a atentados
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Operaciones de sabotaje encubiertas con difícil atribución
El salto cualitativo no está solo en el hardware, sino en el software. La integración de inteligencia artificial, navegación autónoma y coordinación en enjambre está permitiendo que un solo operador —o incluso ninguno— controle múltiples sistemas simultáneamente.
Europol habla ya sin ambages de un “ChatGPT moment” para la robótica criminal: máquinas capaces de aprender, adaptarse y ejecutar misiones complejas sin supervisión humana directa .
La guerra como laboratorio del crimen del futuro
Uno de los aspectos más alarmantes del informe es la transferencia directa de tácticas desde los conflictos armados a la delincuencia organizada.
La guerra en Ucrania está funcionando como un gigantesco campo de pruebas para drones baratos, resistentes a interferencias, fabricados en talleres improvisados y guiados incluso por fibra óptica, imposibles de neutralizar con sistemas tradicionales.
“Lo que antes requería tecnología militar ahora puede montarse en un garaje”, señala el documento.
Europol advierte de que estas capacidades ya están filtrándose al crimen europeo, reduciendo drásticamente los costes de la violencia y elevando su potencial destructivo.
Una policía superada por la velocidad tecnológica
Mientras los criminales innovan con agilidad, las fuerzas de seguridad avanzan lastradas por la fragmentación legal, la dependencia tecnológica y la falta de marcos claros para actuar.
El informe identifica tres vulnerabilidades críticas:
-
Dependencia de proveedores no europeos, especialmente en drones
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Vacíos regulatorios ante sistemas autónomos
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Déficit de capacidades para contrarrestar enjambres y operaciones automatizadas
El resultado es una peligrosa asimetría: el delito se automatiza más rápido que la seguridad.
¿Robocop europeo o pérdida de control?
Europol no propone una policía deshumanizada, pero sí advierte que sin una integración estratégica de sistemas no tripulados, la seguridad pública quedará obsoleta. El reto, subraya el informe, no es solo técnico, sino social y ético.
El despliegue de robots policiales y drones de vigilancia genera desconfianza ciudadana, miedo a la vigilancia masiva y tensiones entre seguridad y privacidad. Sin legitimidad social, advierte Europol, la tecnología puede volverse contra quienes intentan proteger.
El mensaje final: adaptarse o quedar atrás
The Unmanned Future(s) no es ciencia ficción ni una advertencia lejana. Es un diagnóstico urgente. La criminalidad del futuro —y en muchos casos, del presente— no se persigue con sirenas, sino con sensores; no se detiene con patrullas, sino con sistemas interoperables; y no se combate solo en el suelo, sino en tres dimensiones.
“Vigilar una sociedad automatizada exige una policía igualmente preparada para ese mundo”, concluye Europol.
La pregunta ya no es si Europa debe adaptarse, sino cuánto tiempo puede permitirse no hacerlo.
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Europa se prepara para un futuro en el que el crimen no camina, vuela ni se esconde: se programa. Un nuevo informe de Europol advierte de que drones, robots terrestres y sistemas autónomos están transformando radicalmente el modo en que operan las organizaciones criminales y terroristas, obligando a las fuerzas de seguridad a replantear por completo cómo se protege una sociedad cada vez más automatizada.
El documento, elaborado por el Europol Innovation Lab bajo el título The Unmanned Future(s), dibuja un escenario inquietante: el paso acelerado hacia una criminalidad “a distancia”, en la que los delincuentes ya no necesitan estar físicamente presentes para vigilar, atacar, traficar o sabotear infraestructuras críticas.
“Estamos entrando en una era en la que el delito deja de ser bidimensional. La policía ya no solo tiene que vigilar calles y fronteras, sino también el aire, el subsuelo y el espacio digital-físico”, advierte el informe.
Nota: Los suscriptores de La Tribuna del País Vasco pueden solicitar una copia del estudio por los canales habituales: [email protected] o en el teléfono 650114502
Del crimen como servicio al crimen como sistema autónomo
Europol constata que drones comerciales baratos, robots modificados y plataformas autónomas están siendo utilizados para:
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Vigilancia de comisarías y movimientos policiales
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Contrabando de drogas y armas a través de fronteras rurales
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Ataques con explosivos improvisados
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Reconocimiento previo a atentados
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Operaciones de sabotaje encubiertas con difícil atribución
El salto cualitativo no está solo en el hardware, sino en el software. La integración de inteligencia artificial, navegación autónoma y coordinación en enjambre está permitiendo que un solo operador —o incluso ninguno— controle múltiples sistemas simultáneamente.
Europol habla ya sin ambages de un “ChatGPT moment” para la robótica criminal: máquinas capaces de aprender, adaptarse y ejecutar misiones complejas sin supervisión humana directa .
La guerra como laboratorio del crimen del futuro
Uno de los aspectos más alarmantes del informe es la transferencia directa de tácticas desde los conflictos armados a la delincuencia organizada.
La guerra en Ucrania está funcionando como un gigantesco campo de pruebas para drones baratos, resistentes a interferencias, fabricados en talleres improvisados y guiados incluso por fibra óptica, imposibles de neutralizar con sistemas tradicionales.
“Lo que antes requería tecnología militar ahora puede montarse en un garaje”, señala el documento.
Europol advierte de que estas capacidades ya están filtrándose al crimen europeo, reduciendo drásticamente los costes de la violencia y elevando su potencial destructivo.
Una policía superada por la velocidad tecnológica
Mientras los criminales innovan con agilidad, las fuerzas de seguridad avanzan lastradas por la fragmentación legal, la dependencia tecnológica y la falta de marcos claros para actuar.
El informe identifica tres vulnerabilidades críticas:
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Dependencia de proveedores no europeos, especialmente en drones
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Vacíos regulatorios ante sistemas autónomos
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Déficit de capacidades para contrarrestar enjambres y operaciones automatizadas
El resultado es una peligrosa asimetría: el delito se automatiza más rápido que la seguridad.
¿Robocop europeo o pérdida de control?
Europol no propone una policía deshumanizada, pero sí advierte que sin una integración estratégica de sistemas no tripulados, la seguridad pública quedará obsoleta. El reto, subraya el informe, no es solo técnico, sino social y ético.
El despliegue de robots policiales y drones de vigilancia genera desconfianza ciudadana, miedo a la vigilancia masiva y tensiones entre seguridad y privacidad. Sin legitimidad social, advierte Europol, la tecnología puede volverse contra quienes intentan proteger.
El mensaje final: adaptarse o quedar atrás
The Unmanned Future(s) no es ciencia ficción ni una advertencia lejana. Es un diagnóstico urgente. La criminalidad del futuro —y en muchos casos, del presente— no se persigue con sirenas, sino con sensores; no se detiene con patrullas, sino con sistemas interoperables; y no se combate solo en el suelo, sino en tres dimensiones.
“Vigilar una sociedad automatizada exige una policía igualmente preparada para ese mundo”, concluye Europol.
La pregunta ya no es si Europa debe adaptarse, sino cuánto tiempo puede permitirse no hacerlo.












