Que sigan las FSE
Señor Director:
ETA, ante el control por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado (FSE), la presión política y ciudadana, la colaboración internacional y las medidas tomadas por la Justicia, dejó de asesinar, pero sigue viva en pos de su proyecto independentista. Sigue sin entregar las armas y como se aprecia un día sí y al siguiente también, con una estructura bien organizada: mandos que trasmiten órdenes en la cúpula, subalternos demócratas en las instituciones (por rendición del anterior Gobierno y cobardía del actual) para recibirlas y actuar, tesoreros para repartir, letrados que informan y coordinan, y presos subyugados y afines adoctrinados para presionar.
Consumado el vergonzoso acuerdo por el que los abertzales están en las instituciones, ahora, desde ellas, altaneros y amedrentando, pretenden conseguir lo que no pudieron lograr mediante el terror, exigiendo lo que ya hicieron con el pacto de Estella: la exclusión de los constitucionalistas y la retirada de las FSE del País Vasco, salvaguardas de quienes aún no gozamos de plena libertad. Califican al Gobierno español de Estado terrorista y a través de Asier Arraiz, presidente del entramado batasuno, piden al pueblo vasco “dar jaque mate” a la Guardia Civil.
Pues no, señores de Herrira, EH Bildu, Amaiur y Sortu, el pueblo vasco no habla, lo hacen las personas, y la mayoría pedimos que la Guardia Civil y todas las FSE continúen aquí, porque más de 350 de entre ellos dieron su vida por defender la libertad. Que sigan aquí salvando vidas en la montaña, el mar y en los incendios, incluso poniendo en riesgo las suyas. Que sigan aquí para dar entre todos “jaque mate” a los terroristas. Que sigan y que el PP y PSOE, como lo han hecho con el acuerdo sobre la lucha contra el yihadismo, acuerden también el compromiso para que la Fiscalía de la Audiencia Nacional actúe contra la estrategia de los radicales y saque de las instituciones a quienes no condenan los asesinatos; contra quienes se muestran orgullosos de la “lucha armada” y para acabar con el enaltecimiento, el entramado y con el terrorismo etarra.
Señor Director:
ETA, ante el control por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado (FSE), la presión política y ciudadana, la colaboración internacional y las medidas tomadas por la Justicia, dejó de asesinar, pero sigue viva en pos de su proyecto independentista. Sigue sin entregar las armas y como se aprecia un día sí y al siguiente también, con una estructura bien organizada: mandos que trasmiten órdenes en la cúpula, subalternos demócratas en las instituciones (por rendición del anterior Gobierno y cobardía del actual) para recibirlas y actuar, tesoreros para repartir, letrados que informan y coordinan, y presos subyugados y afines adoctrinados para presionar.
Consumado el vergonzoso acuerdo por el que los abertzales están en las instituciones, ahora, desde ellas, altaneros y amedrentando, pretenden conseguir lo que no pudieron lograr mediante el terror, exigiendo lo que ya hicieron con el pacto de Estella: la exclusión de los constitucionalistas y la retirada de las FSE del País Vasco, salvaguardas de quienes aún no gozamos de plena libertad. Califican al Gobierno español de Estado terrorista y a través de Asier Arraiz, presidente del entramado batasuno, piden al pueblo vasco “dar jaque mate” a la Guardia Civil.
Pues no, señores de Herrira, EH Bildu, Amaiur y Sortu, el pueblo vasco no habla, lo hacen las personas, y la mayoría pedimos que la Guardia Civil y todas las FSE continúen aquí, porque más de 350 de entre ellos dieron su vida por defender la libertad. Que sigan aquí salvando vidas en la montaña, el mar y en los incendios, incluso poniendo en riesgo las suyas. Que sigan aquí para dar entre todos “jaque mate” a los terroristas. Que sigan y que el PP y PSOE, como lo han hecho con el acuerdo sobre la lucha contra el yihadismo, acuerden también el compromiso para que la Fiscalía de la Audiencia Nacional actúe contra la estrategia de los radicales y saque de las instituciones a quienes no condenan los asesinatos; contra quienes se muestran orgullosos de la “lucha armada” y para acabar con el enaltecimiento, el entramado y con el terrorismo etarra.