Más de lo mismo con Mas
Tenemos nueva movida. El mundo del secesionismo necesita adrenalina constante, pero sentirán nuestro aliento en su nuca: ¡les vamos a la zaga!
Si a principio de semana se vaticinaba el suicidio político de Mas, en una maniobra desesperada, el martes se anuncia la convocatoria de elecciones anticipadas, sin lista única, pero consensuadas entre CiU y ERC. Ya han conseguido de nuevo el protagonismo en la prensa: que si no van a ser las definitivas, que si deben ganarse por mayoría absoluta y hay que provocar 18 meses de actos de soberanía, que la ANC sí quiere que sean las definitivas, que vayamos preparándonos para una lluvia de ‘estructuras de estado’…
Al decir de José García Domínguez, no va a ocurrir nada de nada, todo es guiñol. Es posible que este cuento haya llegado a su fin, que la política catalana pase del vodevil al sainete y, ahora, al esperpento, que el ‘Masías’ haya perdido los últimos restos de cordura, que no se trate de un adelanto electoral, sino más bien un retraso, pero el caso es que nos sitúa ante las urnas, y que la pelota queda en el tejado de la ‘mayoría no independentista’ y que los convocantes –si sus diferencias no lo impiden- disponen de ocho meses para ganar base. Lo mismo da que esta convocatoria represente un triunfo de Esquerra o que el ganador sea Mas, el caso es que nos espera otro año más de desgobierno.
El nuevo trabajo de investigación de CCC ha llegado a la prensa por caminos insospechados. Se habla de la necesidad de revisar nuestra semántica para evitar la contaminación nacionalista. Hay ciertos movimientos (minoritarios) esperanzadores en la izquierda. Nacho Martín Blanco se sorprende de que triunfe un ‘relato’ de los hechos conscientemente falso. Manuel Cruz se niega a dejar de calificar como nazis a quienes lo son. Y hay quien se quita la venda de los ojos y quien escribe un artículo ‘ejemplarmente’ equidistante.
Llegados al ‘nacional-sociolingüismo’, hay que reseñar que, en opinión del Delegado del Gobierno en la CAV, el Plan del Euskera relega al castellano y que otro tanto hace la práctica de ciertos ayuntamientos. La otra cara de la nacionalización lingüística, el adoctrinamiento, tiene esta semana muestras en la CAV, en Baleares, en Galicia y en Cataluña, cómo no. El Punt/Avui editorializa, sin embargo, sobre la necesidad de extender el uso social del catalán (esto es, de que los hispanohablantes abandonen su lengua), tal como lo describe este excelente artículo. La Generalitat recibe su primera condena económica por saltarse las sentencias lingüísticas y, están tan ansiosos por ganar algo, que publican bulos.
Semana ésta de publicidad periodística gratuita para los proetarras. La detención de un puñado de abogados de los presos, bien remunerados en B, ha molestado a Sortu y ha provocado una manifestación y, colateralmente, el aplazamiento del ‘último gran juicio’ contra Batasuna. Siguió el acuerdo del Supremo de no descontar a los etarras las penas cumplidas en Francia, un alivio que puede no durar mucho. Santiago González volvía a preguntarse a qué venían las prisas de la Audiencia, cuyos miembros probablemente ven el acuerdo del Supremo como un revés, tanto, que lo van a llevar a la UE. El otro hito fue la manifestación por los presos. Y, cuando la fiscalía había hecho pública su petición de pena para Bolinaga en el juicio que tenía pendiente, fallece y su funeral se convierte en otro aquelarre proetarra. Con mucha mayor discreción, se conmemora el aniversario del asesinato de Gregorio Ordóñez.
Los recientes atentados en París, han dado lugar a extraordinarias piezas de opinión. La semana pasada ya dimos cuenta de algunas. Hoy hay que resaltar estas cuatro: Antonio Robles, Arcadi Espada, Fernando Savater y Teo Uriarte. Escalofriante es este otro comentario de Ignacio Camacho e interesantes, por distintos motivos, los de Jesús Laínz y Francesc de Carreras. Y hay otras lecturas locales referidas al País Vasco y a Cataluña.
¡Ufff! ¡Y aún hay Mas!
Tenemos nueva movida. El mundo del secesionismo necesita adrenalina constante, pero sentirán nuestro aliento en su nuca: ¡les vamos a la zaga!
Si a principio de semana se vaticinaba el suicidio político de Mas, en una maniobra desesperada, el martes se anuncia la convocatoria de elecciones anticipadas, sin lista única, pero consensuadas entre CiU y ERC. Ya han conseguido de nuevo el protagonismo en la prensa: que si no van a ser las definitivas, que si deben ganarse por mayoría absoluta y hay que provocar 18 meses de actos de soberanía, que la ANC sí quiere que sean las definitivas, que vayamos preparándonos para una lluvia de ‘estructuras de estado’…
Al decir de José García Domínguez, no va a ocurrir nada de nada, todo es guiñol. Es posible que este cuento haya llegado a su fin, que la política catalana pase del vodevil al sainete y, ahora, al esperpento, que el ‘Masías’ haya perdido los últimos restos de cordura, que no se trate de un adelanto electoral, sino más bien un retraso, pero el caso es que nos sitúa ante las urnas, y que la pelota queda en el tejado de la ‘mayoría no independentista’ y que los convocantes –si sus diferencias no lo impiden- disponen de ocho meses para ganar base. Lo mismo da que esta convocatoria represente un triunfo de Esquerra o que el ganador sea Mas, el caso es que nos espera otro año más de desgobierno.
El nuevo trabajo de investigación de CCC ha llegado a la prensa por caminos insospechados. Se habla de la necesidad de revisar nuestra semántica para evitar la contaminación nacionalista. Hay ciertos movimientos (minoritarios) esperanzadores en la izquierda. Nacho Martín Blanco se sorprende de que triunfe un ‘relato’ de los hechos conscientemente falso. Manuel Cruz se niega a dejar de calificar como nazis a quienes lo son. Y hay quien se quita la venda de los ojos y quien escribe un artículo ‘ejemplarmente’ equidistante.
Llegados al ‘nacional-sociolingüismo’, hay que reseñar que, en opinión del Delegado del Gobierno en la CAV, el Plan del Euskera relega al castellano y que otro tanto hace la práctica de ciertos ayuntamientos. La otra cara de la nacionalización lingüística, el adoctrinamiento, tiene esta semana muestras en la CAV, en Baleares, en Galicia y en Cataluña, cómo no. El Punt/Avui editorializa, sin embargo, sobre la necesidad de extender el uso social del catalán (esto es, de que los hispanohablantes abandonen su lengua), tal como lo describe este excelente artículo. La Generalitat recibe su primera condena económica por saltarse las sentencias lingüísticas y, están tan ansiosos por ganar algo, que publican bulos.
Semana ésta de publicidad periodística gratuita para los proetarras. La detención de un puñado de abogados de los presos, bien remunerados en B, ha molestado a Sortu y ha provocado una manifestación y, colateralmente, el aplazamiento del ‘último gran juicio’ contra Batasuna. Siguió el acuerdo del Supremo de no descontar a los etarras las penas cumplidas en Francia, un alivio que puede no durar mucho. Santiago González volvía a preguntarse a qué venían las prisas de la Audiencia, cuyos miembros probablemente ven el acuerdo del Supremo como un revés, tanto, que lo van a llevar a la UE. El otro hito fue la manifestación por los presos. Y, cuando la fiscalía había hecho pública su petición de pena para Bolinaga en el juicio que tenía pendiente, fallece y su funeral se convierte en otro aquelarre proetarra. Con mucha mayor discreción, se conmemora el aniversario del asesinato de Gregorio Ordóñez.
Los recientes atentados en París, han dado lugar a extraordinarias piezas de opinión. La semana pasada ya dimos cuenta de algunas. Hoy hay que resaltar estas cuatro: Antonio Robles, Arcadi Espada, Fernando Savater y Teo Uriarte. Escalofriante es este otro comentario de Ignacio Camacho e interesantes, por distintos motivos, los de Jesús Laínz y Francesc de Carreras. Y hay otras lecturas locales referidas al País Vasco y a Cataluña.
¡Ufff! ¡Y aún hay Mas!











