Según revela un estudio del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación
Emilio Botín utilizó sociedades en las Islas Vírgenes y Panamá para ocultar su dinero
La filial suiza del banco británico HSBC permitió a sus clientes más ricos evitar los impuestos europeos y, en connivencia con algunos, ocultar las cuentas no declaradas a las autoridades fiscales de sus respectivos países, según revela una investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés) publicada por varios medios de comunicación, como el rotativo británico The Guardian, la cadena pública de Reino Unido BBC, el diario israelí Haaretz, el argentino La Nación, el francés Le Monde, el alemán Süddeustche Zeitung y el español El Confidencial.
Según el ICJ, el sistema del HSBC sirvió a "regímenes como los del expresidente de Egipto Hosni Mubarak, el expresidente de Túnez Ben Ali o el actual presidente de Siria, Bachar Al Asad", así como a numerosos políticos y personalidades del mundo del cine o el deporte, entre los que figuran el piloto español Fernando Alonso, el empresario italiano Flavio Briatore, el futbolista uruguayo Diego Forlán, Mohamed VI de Marruecos, Abdalá II de Jordania, los actores estadounidenses Christian Slater y Joan Collins, el músico Phil Collins, el tenista ruso Marat Safin, el fotógrafo australiano Helmut Newton y el banquero español Emilio Botín, estos dos últimos ya fallecidos.
La familia Botín no sólo tenía su fortuna oculta en el HSBC de Suiza (unos 2.000 millones, según las estimaciones más precisas), sino que, según el ICIJ, utilizó un entramado de sociedades opacas en Panamá y las Islas Vírgenes con numerosos testaferros para esconder quién estaba detrás de sus cuentas. Así se desprende de la documentación de la famosa "lista Falciani" a la que ha tenido acceso “El Confidencial”. Tal y como señala este periódico, “a pesar de esta clara voluntad de ocultación, ni Hacienda ni el juez Fernando Andreu consideraron que existiera delito fiscal después de que los Botín regularizaran su situación con el pago de 211 millones”.
La investigación incluye 60.000 ficheros con información sobre más de 106.000 clientes de 203 países a los que la filial suiza administró más de 100.000 millones de dólares en capital (unos 88.200 millones de euros).
España ocupa el puesto 29 entre los países con más titulares de presuntas cuentas fraudulentas en Suiza, con 2.694 clientes relacionados con este país, tenedores de 3.237 cuentas, 2.163 de ellas abiertas entre 1966 y 2006. La máxima cantidad de dinero asociada a un cliente español es 125,6 millones de dólares, según el ICIJ.
La filial suiza del banco británico HSBC permitió a sus clientes más ricos evitar los impuestos europeos y, en connivencia con algunos, ocultar las cuentas no declaradas a las autoridades fiscales de sus respectivos países, según revela una investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés) publicada por varios medios de comunicación, como el rotativo británico The Guardian, la cadena pública de Reino Unido BBC, el diario israelí Haaretz, el argentino La Nación, el francés Le Monde, el alemán Süddeustche Zeitung y el español El Confidencial.
Según el ICJ, el sistema del HSBC sirvió a "regímenes como los del expresidente de Egipto Hosni Mubarak, el expresidente de Túnez Ben Ali o el actual presidente de Siria, Bachar Al Asad", así como a numerosos políticos y personalidades del mundo del cine o el deporte, entre los que figuran el piloto español Fernando Alonso, el empresario italiano Flavio Briatore, el futbolista uruguayo Diego Forlán, Mohamed VI de Marruecos, Abdalá II de Jordania, los actores estadounidenses Christian Slater y Joan Collins, el músico Phil Collins, el tenista ruso Marat Safin, el fotógrafo australiano Helmut Newton y el banquero español Emilio Botín, estos dos últimos ya fallecidos.
La familia Botín no sólo tenía su fortuna oculta en el HSBC de Suiza (unos 2.000 millones, según las estimaciones más precisas), sino que, según el ICIJ, utilizó un entramado de sociedades opacas en Panamá y las Islas Vírgenes con numerosos testaferros para esconder quién estaba detrás de sus cuentas. Así se desprende de la documentación de la famosa "lista Falciani" a la que ha tenido acceso “El Confidencial”. Tal y como señala este periódico, “a pesar de esta clara voluntad de ocultación, ni Hacienda ni el juez Fernando Andreu consideraron que existiera delito fiscal después de que los Botín regularizaran su situación con el pago de 211 millones”.
La investigación incluye 60.000 ficheros con información sobre más de 106.000 clientes de 203 países a los que la filial suiza administró más de 100.000 millones de dólares en capital (unos 88.200 millones de euros).
España ocupa el puesto 29 entre los países con más titulares de presuntas cuentas fraudulentas en Suiza, con 2.694 clientes relacionados con este país, tenedores de 3.237 cuentas, 2.163 de ellas abiertas entre 1966 y 2006. La máxima cantidad de dinero asociada a un cliente español es 125,6 millones de dólares, según el ICIJ.