Con el 100% de los votos escrutados, el Likud, el partido del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha obtenido 30 escaños en el Parlamento judío, seis por encima de los 24 conseguidos por su más directo seguidor, la Unión Sionista, que se ha quedado con 24 representantes. La lista árabe unida ha quedado en tercer lugar, con 14 diputados.

Con estos resultados, Netanyahu necesitará el apoyo de otros partidos para formar una coalición de gobierno. En este sentido, el primer ministro ha explicado que ya ha hablado con los líderes de otras formaciones de centro o derecha sobre posibles acuerdos. Tras conocer los resultados, Isaac Herzog, el líder de la formación de izquierdas Unión Sionista, no ha rechazado que su formación pueda unirse a un gobierno liderado por Netanyahu.

En un discurso ante sus partidarios que ha tenido lugar en Tel Aviv, Netanyahu ha celebrado la "gran victoria" del Likud, que indudablemente ha obtenido un resultado mucho mejor de lo esperado. Los sondeos, en el mejor de los casos, le atribuían un empate con la Unión Sionista. Netanyahu ha prometido que no permitirá la creación de un estado palestino, mientras que la Unión Sionista había mostrado su apoyo a una solución de “dos Estados” y había prometido reparar las relaciones con los palestinos y la comunidad internacional.