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Lunes, 23 de Marzo de 2015 Tiempo de lectura:
Según un estudio empírico sobre “Las víctimas del terrorismo en el discurso de los partidos políticos vascos: una aproximación cuantitativa (1980-2011)”

Todos los partidos nacionalistas han hablado más de los presos de ETA que de las víctimas del terrorismo a lo largo de los últimos treinta años

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Rafael Leonisio, profesor de la Universidad del País Vasco, ha elaborado una completa investigación sobre “Las víctimas del terrorismo en el discurso de los partidos políticos vascos: una aproximación cuantitativa (1980-2011)”. El trabajo, que puede consultarse íntegramente en este enlace, explica que, en el País Vasco, cuando se habla de las víctimas del terrorismo de ETA, hay, en general, un cierto consenso en torno a una cuestión: “fueron las grandes olvidadas de la democracia en Euskadi hasta que empezaron a movilizarse y a ganar terreno en la opinión pública a finales de los años 90”.

 

Leonisio explica que “las víctimas fueron invisibles en el discurso público hasta una determinada fecha, habiendo tan solo discrepancia en este último punto, es decir, el momento a partir del cual éstas se hicieron presentes. Mientras que unos señalan el asesinato de Gregorio Ordóñez (1995), otros apuntan al de Miguel Ángel Blanco (1997) mientras que para otros no hay una fecha concreta y se habla simplemente del cambio de siglo, coincidiendo con el inicio de la movilización de los movimientos cívicos contra ETA y críticos con el nacionalismo (Foro de Ermua, Basta Ya…) y de las propias asociaciones y fundaciones de víctimas, tanto de nuevo cuño (Fundación Miguel Ángel Blanco, COVITE), como anteriormente existentes (AVT)”.

 

En “Las víctimas del terrorismo en el discurso de los partidos políticos vascos: una aproximación cuantitativa (1980-2011)”, Leonisio trata de comprobar de un modo empírico si efectivamente en torno a finales de los años noventa del pasado siglo las víctimas pasaron a tener cierto protagonismo en el discurso político y saber la fecha a partir de la cual esto se produjo. Por otro lado, el autor explica que no solamente ha estudiado el discurso  político general sino que ha seguido la evolución de cada partido para ver si efectivamente todos siguieron la misma pauta: ignorancia primero, cierto protagonismo después, además de comprobar el peso que las víctimas han tenido en su discurso. Y lo más importante: “Hemos comparado el peso de las víctimas en el discurso con el que han tenido los presos de la banda terrorista (tanto en general como de cada partido político en concreto) para ver cuál de los dos colectivos ha sido tenido más en cuenta por las diferentes fuerzas políticas lo largo de los últimos 30 años”.

 

Las conclusiones del estudio realizado por el profesor Leonisio, son varias y rotundas:

 

“En primer lugar, y respondiendo a nuestra principal pregunta de investigación, hemos podido comprobar cómo las víctimas de ETA comienzan a cobrar cierto protagonismo en el discurso político vasco a partir de la segunda mitad de la década de los 90. La escasez de datos no nos ha permitido establecer una fecha concreta, pero sí hemos apuntado unas hipótesis que deberían ser testadas en futuros trabajos con mayor disponibilidad de datos. En cualquier caso, de los nuestros se ha podido extraer que a  partir de 1995 las víctimas llegan al discurso de los partidos ‘para quedarse’, ya que con anterioridad a esa fecha su presencia era siempre intermitente. También que a partir de 1997 y, sobre todo, 1999, los partidos les dedican más atención, aunque desde 2002 disminuye su presencia pero sin volver a la discontinuidad anterior”.

 

“Además, hemos podido ver cómo la aparición de las víctimas antes de 1995 tenía que ver con un asesinato o un secuestro de ETA en el momento de celebrarse la sesión parlamentaria, cuestión que cambia a partir de esa fecha (o por lo menos a partir de 1999), cuando las víctimas empiezan a aparecer de manera más homogénea y además como colectivo de damnificados y no como personas concretas que han sufrido un atentado. Por otro lado hemos comprobado que la adscripción ideológica de los partidos tiene mucho que ver con el trato a las víctimas del terrorismo. Así, y prácticamente sin excepción (siendo éstas además de partidos poco importantes desde el punto de vista del voto y la presencia parlamentaria), los partidos no nacionalistas han dedicado más tiempo que los nacionalistas a los damnificados por ETA. Además los primeros han hablado más de las víctimas que de los presos. Por otro lado, los nacionalistas han hecho justamente lo contrario. No sólo han hablado más de los presos que los no nacionalistas sino que han hablado más de éstos que de las víctimas, no habiendo en el caso nacionalista ninguna excepción”.

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