La Biblia del liberalismo económico recuerda el gran apoyo catalán a la Constitución española
La revista “Forbes” critica el independentismo de Artur Mas. “Si Cataluña se independiza, las multinacionales abandonarán la región”
España es una historia de éxito para la democracia y el desarrollo, y un contribuyente neto al orden liberal mundial durante las últimas cuatro décadas. Una de las razones para este éxito ha sido la capacidad de España para mantener la unidad nacional durante más de quinientos años a pesar de su diversidad étnica y lingüística. Un impulso a la independencia catalana, sin embargo, exige cuestionar esta unidad, pero hay que tener en cuenta que una ruptura potencial de España por Cataluña no interesa a Estados Unidos, ni a Europa, ni a España ni, en última instancia, a Cataluña.
Así comienza un reciente artículo que la prestigiosa revista norteamericana “Forbes”, una de las más importantes del mundo en el ámbito de la información económica y política, dedica a “Cataluña y los costes de la independencia”.
El texto, firmado por Daniel Runde, se ha publicado coincidiendo con la visita que Artur Mas ha realizado a Estados Unidos y en el mismo el autor señala que en un momento en el que Europa atraviesa una crisis política y financiera significativa, “la aspiración de Mas de crear un estado catalán independiente debe ser vista con gran escepticismo”.
El experto de “Forbes” añade que la realidad es que una Cataluña independiente se enfrentaría a un complicado divorcio de España. “Los catalanes tendrían que asumir una parte de la deuda de España y tendrían que encontrar una moneda distinta del euro, ya que España vetaría la pertenencia de Cataluña a la Unión Monetaria”. “Solamente por esa razón”, añade el autor, “habría un éxodo probable de las empresas multinacionales y españolas a otras regiones de España. Por las mismas razones, una Cataluña independiente tendría múltiples dificultades para conseguir su adhesión a la OTAN”.
Runde explica a sus lectores que España es un país que fue levantado a través de la fusión, sobre todo mediante el matrimonio, de reinos más pequeños con una larga y distinta historia. “Varias de estas regiones tienen prácticas culturales con una larga historia, dialectos e, incluso, idiomas propios”.
“Forbes” recuerda que, a pesar de ello, nunca ha habido un reino catalán, ya que Cataluña fue parte del reino más grande de Aragón, “pero el catalán como lengua y como identidad ha existido durante cientos de años”.
El autor considera que uno de los debates históricos en España ha consistido en definir qué nivel de independencia deben tener las regiones y explica cómo, tras la muerte de Franco, España celebró un referéndum constitucional en 1978 como parte de la transición a la democracia bajo el rey Juan Carlos. “Cataluña tuvo una fuerte participación de los votantes (67%) y otorgó un apoyo aún mayor (91%) para la nueva Constitución española. Entre otras cosas, la Constitución consagró un alto grado de autonomía regional y, como resultado de ello, España tiene cuatro lenguas con estatus cooficial: castellano, catalán, euskera y gallego”.
España es una historia de éxito para la democracia y el desarrollo, y un contribuyente neto al orden liberal mundial durante las últimas cuatro décadas. Una de las razones para este éxito ha sido la capacidad de España para mantener la unidad nacional durante más de quinientos años a pesar de su diversidad étnica y lingüística. Un impulso a la independencia catalana, sin embargo, exige cuestionar esta unidad, pero hay que tener en cuenta que una ruptura potencial de España por Cataluña no interesa a Estados Unidos, ni a Europa, ni a España ni, en última instancia, a Cataluña.
Así comienza un reciente artículo que la prestigiosa revista norteamericana “Forbes”, una de las más importantes del mundo en el ámbito de la información económica y política, dedica a “Cataluña y los costes de la independencia”.
El texto, firmado por Daniel Runde, se ha publicado coincidiendo con la visita que Artur Mas ha realizado a Estados Unidos y en el mismo el autor señala que en un momento en el que Europa atraviesa una crisis política y financiera significativa, “la aspiración de Mas de crear un estado catalán independiente debe ser vista con gran escepticismo”.
El experto de “Forbes” añade que la realidad es que una Cataluña independiente se enfrentaría a un complicado divorcio de España. “Los catalanes tendrían que asumir una parte de la deuda de España y tendrían que encontrar una moneda distinta del euro, ya que España vetaría la pertenencia de Cataluña a la Unión Monetaria”. “Solamente por esa razón”, añade el autor, “habría un éxodo probable de las empresas multinacionales y españolas a otras regiones de España. Por las mismas razones, una Cataluña independiente tendría múltiples dificultades para conseguir su adhesión a la OTAN”.
Runde explica a sus lectores que España es un país que fue levantado a través de la fusión, sobre todo mediante el matrimonio, de reinos más pequeños con una larga y distinta historia. “Varias de estas regiones tienen prácticas culturales con una larga historia, dialectos e, incluso, idiomas propios”.
“Forbes” recuerda que, a pesar de ello, nunca ha habido un reino catalán, ya que Cataluña fue parte del reino más grande de Aragón, “pero el catalán como lengua y como identidad ha existido durante cientos de años”.
El autor considera que uno de los debates históricos en España ha consistido en definir qué nivel de independencia deben tener las regiones y explica cómo, tras la muerte de Franco, España celebró un referéndum constitucional en 1978 como parte de la transición a la democracia bajo el rey Juan Carlos. “Cataluña tuvo una fuerte participación de los votantes (67%) y otorgó un apoyo aún mayor (91%) para la nueva Constitución española. Entre otras cosas, la Constitución consagró un alto grado de autonomía regional y, como resultado de ello, España tiene cuatro lenguas con estatus cooficial: castellano, catalán, euskera y gallego”.