Con cordura y honestidad
Sr. Director
Que los representantes políticos nacionalistas de las diferentes familias son artistas en rizar el rizo, está comprobado.
Tiempo ha proponían un Plan para la Paz, entendimiento y convivencia. Seguido, Jonan Fernandez, secretario de Paz y Convivencia, con credencial batasuno, un Proceso de Reencuentro. Recientemente, el mismo secretario, un Foro Social para impulsar el Proceso de Paz.
Un plan de paz, entendimiento y convivencia no se podrá conseguir con triquiñuelas, ocultando lo que se pretende, como se viene haciendo desde que los etarras comenzaran de asesinar hasta el día de hoy. No será posible conseguirlo con los persistentes mantras de: “Estado asociado libre”, “ámbito vasco de decisión”, “país asociado”, “relación amable”, “trato preferencial”, “dar la palabra al pueblo”, “diálogo hasta el amanecer”, “derecho a decidir”. Tampoco un Proceso de Reencuentro, manejando la ETB, valorando excesivamente el conocimiento del euskera y valorándolo en detrimento de una formación integral, pretendiendo el soberanismo, pidiendo un nuevo Estatuto, Estado propio, autonomía política, proclamando que somos nación o que se vayan las FSE, porque ello, sencillamente, eriza, divide y enfrenta.
No se puede impulsar un “Proceso de Paz” si desde algunas instituciones se está más cerca de los victimarios que de las víctimas, si se sigue apoyando a radicales y no se exige la desaparición de ETA, si se permite el enaltecimiento del terrorismo y los terroristas, y presos continúan orgullosos y desafiantes, si no piden perdón por el daño y sufrimiento causado y se dice que el Presidente del Gobierno es un obstáculo para la paz.
Dejémonos de frivolidades. En España hay libertad para exigir democráticamente la autodeterminación, secesión, independencia o la Luna. Por ello, si no fuera porque durante los últimos 50 años han muerto mil inocentes, las escenificaciones nacionalistas se pudieran catalogar como la puesta en escena de una comedia bufa. Es hora de gobernar con cordura y honestidad, prioritariamente, para devolver la dignidad a los 173.200 parados del País Vasco; para conseguir trabajo, seguridad, igualdad, libertad, educación, sanidad, jubilaciones dignas; paz, entendimiento y convivencia.
Sr. Director
Que los representantes políticos nacionalistas de las diferentes familias son artistas en rizar el rizo, está comprobado.
Tiempo ha proponían un Plan para la Paz, entendimiento y convivencia. Seguido, Jonan Fernandez, secretario de Paz y Convivencia, con credencial batasuno, un Proceso de Reencuentro. Recientemente, el mismo secretario, un Foro Social para impulsar el Proceso de Paz.
Un plan de paz, entendimiento y convivencia no se podrá conseguir con triquiñuelas, ocultando lo que se pretende, como se viene haciendo desde que los etarras comenzaran de asesinar hasta el día de hoy. No será posible conseguirlo con los persistentes mantras de: “Estado asociado libre”, “ámbito vasco de decisión”, “país asociado”, “relación amable”, “trato preferencial”, “dar la palabra al pueblo”, “diálogo hasta el amanecer”, “derecho a decidir”. Tampoco un Proceso de Reencuentro, manejando la ETB, valorando excesivamente el conocimiento del euskera y valorándolo en detrimento de una formación integral, pretendiendo el soberanismo, pidiendo un nuevo Estatuto, Estado propio, autonomía política, proclamando que somos nación o que se vayan las FSE, porque ello, sencillamente, eriza, divide y enfrenta.
No se puede impulsar un “Proceso de Paz” si desde algunas instituciones se está más cerca de los victimarios que de las víctimas, si se sigue apoyando a radicales y no se exige la desaparición de ETA, si se permite el enaltecimiento del terrorismo y los terroristas, y presos continúan orgullosos y desafiantes, si no piden perdón por el daño y sufrimiento causado y se dice que el Presidente del Gobierno es un obstáculo para la paz.
Dejémonos de frivolidades. En España hay libertad para exigir democráticamente la autodeterminación, secesión, independencia o la Luna. Por ello, si no fuera porque durante los últimos 50 años han muerto mil inocentes, las escenificaciones nacionalistas se pudieran catalogar como la puesta en escena de una comedia bufa. Es hora de gobernar con cordura y honestidad, prioritariamente, para devolver la dignidad a los 173.200 parados del País Vasco; para conseguir trabajo, seguridad, igualdad, libertad, educación, sanidad, jubilaciones dignas; paz, entendimiento y convivencia.