El Premio Nobel de Literatura recibe la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid
“Madrid es un ejemplo de coexistencia en la paz y en la libertad"
El Premio Nobel Mario Vargas Llosa ha recibido la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid de manos del presidente de esta institución, Ignacio González, en una ceremonia en la que el escritor peruano pidió a los galardonados que sigan haciendo de Madrid una ciudad "libre, culta, democrática y abierta".
Con motivo de la celebración del Día de Madrid, González ha impuesto la Medalla de Oro y la Gran Cruz de la Comunidad a personas o instituciones que han destacado en sus trayectorias por su trabajo para los madrileños, por contribuir a la buena imagen de la región o por su vinculación con la misma. Así, el escritor peruano y Premio Nobel de literatura (que reside en la capital varios meses al año) recibió la Medalla de Oro por su contribución a la cultura y por el "vínculo" que siente con Madrid, donde nació su vocación literaria.
Vargas Llosa, que recibió la medalla con todo el público puesto en pie, expresó en nombre de todos los premiados "el profundo sentimiento de gratitud y emoción".
El escritor ha recordado cómo llegó a Madrid en 1958 conociendo entonces una ciudad provinciana, muy cortada al mundo, donde se podía ver el campo al alcance de la mano. "Descubrí un Madrid literario, que seguí muy de cerca y vi la transformación de Madrid. Fue la experiencia social y política más impresionante que me ha tocado vivir.
Tras ello, Llosa ha rememorado cómo España pasó de estar sometida a una dictadura a ser un país democrático y libre. Y cómo pasó de tener una vida cultural controlada a ser un país libre de verdadera coexistencia en la diversidad. "El emblema y signo de esta transformación lo representa Madrid. Hoy es una gran ciudad rica en vida cultural, contra lo que dicen algunos pesimistas. No es pobre, la oferta cultural es una de las más ricas de Europa y el mundo".
El autor de “Conversación en la catedral” ha reiterado la idea de que Madrid es "una ciudad abierta que no conoce la visión mezquita de los nacionalismos; tiene vocación internacional y es un lugar cosmopolita que se abre a los brazos de todos. "Nos sentimos madrileños todos los que queremos serlo, aunque no hayamos nacido en Madrid", ha explicado, agregando que por eso tienen la obligación moral de que sea siendo esa ciudad "libre, democrática y abierta a los cuatro vientos del mundo". "Un ejemplo de coexistencia en la paz y en la libertad".
El Premio Nobel Mario Vargas Llosa ha recibido la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid de manos del presidente de esta institución, Ignacio González, en una ceremonia en la que el escritor peruano pidió a los galardonados que sigan haciendo de Madrid una ciudad "libre, culta, democrática y abierta".
Con motivo de la celebración del Día de Madrid, González ha impuesto la Medalla de Oro y la Gran Cruz de la Comunidad a personas o instituciones que han destacado en sus trayectorias por su trabajo para los madrileños, por contribuir a la buena imagen de la región o por su vinculación con la misma. Así, el escritor peruano y Premio Nobel de literatura (que reside en la capital varios meses al año) recibió la Medalla de Oro por su contribución a la cultura y por el "vínculo" que siente con Madrid, donde nació su vocación literaria.
Vargas Llosa, que recibió la medalla con todo el público puesto en pie, expresó en nombre de todos los premiados "el profundo sentimiento de gratitud y emoción".
El escritor ha recordado cómo llegó a Madrid en 1958 conociendo entonces una ciudad provinciana, muy cortada al mundo, donde se podía ver el campo al alcance de la mano. "Descubrí un Madrid literario, que seguí muy de cerca y vi la transformación de Madrid. Fue la experiencia social y política más impresionante que me ha tocado vivir.
Tras ello, Llosa ha rememorado cómo España pasó de estar sometida a una dictadura a ser un país democrático y libre. Y cómo pasó de tener una vida cultural controlada a ser un país libre de verdadera coexistencia en la diversidad. "El emblema y signo de esta transformación lo representa Madrid. Hoy es una gran ciudad rica en vida cultural, contra lo que dicen algunos pesimistas. No es pobre, la oferta cultural es una de las más ricas de Europa y el mundo".
El autor de “Conversación en la catedral” ha reiterado la idea de que Madrid es "una ciudad abierta que no conoce la visión mezquita de los nacionalismos; tiene vocación internacional y es un lugar cosmopolita que se abre a los brazos de todos. "Nos sentimos madrileños todos los que queremos serlo, aunque no hayamos nacido en Madrid", ha explicado, agregando que por eso tienen la obligación moral de que sea siendo esa ciudad "libre, democrática y abierta a los cuatro vientos del mundo". "Un ejemplo de coexistencia en la paz y en la libertad".