Experimento pionero
La NASA capta misteriosos sonidos a 36 kilómetros por encima de la superficie de la Tierra
La NASA ha captado mediante micrófonos de infrasonido unos misteriosos silbidos en el borde del espacio, aproximadamente a unos 36 kilómetros por encima de la superficie terrestre.
La grabación ha sido posible gracias al experimento de un estudiante de la Universidad de Carolina del Norte, Daniel Bowman, que diseñó y fabricó un equipo capaz de captar las ondas de sonido en frecuencias inferiores a 20 hertzios.
El infrasonido se encuentra por debajo del rango auditivo del ser humano, pero la aceleración de la reproducción en las muestras grabadas lo convierte en audible. “Suena un poco como Expediente X”, ha afirmado Bowman en declaraciones a la revista web “Live Science”.
Los sensores de infrasonido colgaban de un globo aerostático de helio lanzado el 9 de agosto de 2014, que voló sobre Nuevo México y Arizona. Los expertos han explicado que ningún experimento de infrasonido había llegado antes a semejantes altitudes. A medida de que el globo iba ascendiendo, los sensores de infrasonido recogieron una mezcla de señales que ahora los científicos están con la ardua tarea de ir tratando de descifrar e interpretar. Bowman, como el protagonista de la novela “2001” de Arthur C. Clarke, informó el pasado 23 de abril, en la reunión anual de la Sociedad Sismológica de América, que “nunca habían escuchado antes tantas señales estratosféricas”. Los científicos se han mostrado bastante sorprendidos por la gran “complejidad de la señal”.
Tras el éxito de este envío, NASA pretende apoyar un segundo proyecto para grabar más de estos ruidos extraños a finales de este año. “Seguramente, si ponemos instrumentos por encima de la estratosfera encontraremos cosas que no hemos visto antes. No se había hecho nada así en 50 años”, ha recordado el científico.
La NASA ha captado mediante micrófonos de infrasonido unos misteriosos silbidos en el borde del espacio, aproximadamente a unos 36 kilómetros por encima de la superficie terrestre.
La grabación ha sido posible gracias al experimento de un estudiante de la Universidad de Carolina del Norte, Daniel Bowman, que diseñó y fabricó un equipo capaz de captar las ondas de sonido en frecuencias inferiores a 20 hertzios.
El infrasonido se encuentra por debajo del rango auditivo del ser humano, pero la aceleración de la reproducción en las muestras grabadas lo convierte en audible. “Suena un poco como Expediente X”, ha afirmado Bowman en declaraciones a la revista web “Live Science”.
Los sensores de infrasonido colgaban de un globo aerostático de helio lanzado el 9 de agosto de 2014, que voló sobre Nuevo México y Arizona. Los expertos han explicado que ningún experimento de infrasonido había llegado antes a semejantes altitudes. A medida de que el globo iba ascendiendo, los sensores de infrasonido recogieron una mezcla de señales que ahora los científicos están con la ardua tarea de ir tratando de descifrar e interpretar. Bowman, como el protagonista de la novela “2001” de Arthur C. Clarke, informó el pasado 23 de abril, en la reunión anual de la Sociedad Sismológica de América, que “nunca habían escuchado antes tantas señales estratosféricas”. Los científicos se han mostrado bastante sorprendidos por la gran “complejidad de la señal”.
Tras el éxito de este envío, NASA pretende apoyar un segundo proyecto para grabar más de estos ruidos extraños a finales de este año. “Seguramente, si ponemos instrumentos por encima de la estratosfera encontraremos cosas que no hemos visto antes. No se había hecho nada así en 50 años”, ha recordado el científico.