Se compromete a que la memoria y el dolor de las víctimas "no queden relegados por una mirada al futuro que olvide el pasado"
El lehendakari reconoce con más de tres décadas de retraso que el Gobierno vasco debió reaccionar "antes y mejor" con las víctimas del terrorismo
(…) “Hasta principios de los años 90 se produjo un vacío con la causa de las víctimas. El Gobierno vasco quiere volver a pedir perdón por ello a todas las víctimas del terrorismo, especialmente a las producidas en las décadas de los 70, 80 y 90” (…) / (…) “Pedimos perdón por la desatención institucional que en ese momento padecieron las víctimas del terrorismo de las distintas ramas de ETA; así como también las víctimas del GAL, Batallón Vasco Español o grupos similares. Asumimos la autocrítica porque debimos reaccionar antes y hacerlo mejor (…)
El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha destacado que "el fin de la violencia" no puede suponer "pasar página sin clarificación, reconocimientos, ni crítica explicita sobre lo sucedido". Además, ha anunciado que el Gobierno vasco iniciará una "nueva etapa" en materia de víctimas y ha hecho "autocrítica" sobre el trato dado a las personas damnificadas por la violencia. También se ha comprometido a que la memoria y el dolor de las víctimas "no queden relegados por una mirada al futuro que olvide el pasado".
Urkullu ha pronunciado estas palabras en la inauguración de la jornada “Víctimas del Terrorismo y Sociedad”, donde ha destacado que el Ejecutivo vasco quiere iniciar "una nueva etapa en materia de víctimas", asentada sobre tres pilares: "una reflexión autocrítica, la determinación de defender un mínimo ético y la voluntad centrada en el objetivo de unir".
(Leer íntegramente el discurso del lehendakari al final de este texto)
En este sentido, ha abogado por compartir "un sentimiento de autocrítica" porque "debemos reconocer que llegamos tarde a la sensibilidad y respuesta que merecían las víctimas".
"Asumimos la autocrítica porque debimos reaccionar antes y hacerlo mejor porque, a partir de los años 90, ocurrió que la intensidad de la división política desdibujó la unidad en la solidaridad con las víctimas y el rechazo a la violencia, algo que de manera injusta e inaceptable hoy todavía sucede".
Por ello, se ha comprometido a que la memoria y el dolor de las víctimas "no queden relegados por una mirada al futuro que olvide el pasado".
"El fin de la violencia no puede suponer pasar página sin clarificación, reconocimientos ni crítica explícita sobre lo sucedido. El Gobierno vasco se opone y opondrá a cualquier historia justificadora de la violencia o de las vulneraciones de derechos humanos. Este es el mínimo ético indispensable para constituir el futuro”.
El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha destacado que "el fin de la violencia" no puede suponer "pasar página sin clarificación, reconocimientos, ni crítica explicita sobre lo sucedido". Además, ha anunciado que el Gobierno vasco iniciará una "nueva etapa" en materia de víctimas y ha hecho "autocrítica" sobre el trato dado a las personas damnificadas por la violencia. También se ha comprometido a que la memoria y el dolor de las víctimas "no queden relegados por una mirada al futuro que olvide el pasado".
Urkullu ha pronunciado estas palabras en la inauguración de la jornada “Víctimas del Terrorismo y Sociedad”, donde ha destacado que el Ejecutivo vasco quiere iniciar "una nueva etapa en materia de víctimas", asentada sobre tres pilares: "una reflexión autocrítica, la determinación de defender un mínimo ético y la voluntad centrada en el objetivo de unir".
(Leer íntegramente el discurso del lehendakari al final de este texto)
En este sentido, ha abogado por compartir "un sentimiento de autocrítica" porque "debemos reconocer que llegamos tarde a la sensibilidad y respuesta que merecían las víctimas".
"Asumimos la autocrítica porque debimos reaccionar antes y hacerlo mejor porque, a partir de los años 90, ocurrió que la intensidad de la división política desdibujó la unidad en la solidaridad con las víctimas y el rechazo a la violencia, algo que de manera injusta e inaceptable hoy todavía sucede".
Por ello, se ha comprometido a que la memoria y el dolor de las víctimas "no queden relegados por una mirada al futuro que olvide el pasado".
"El fin de la violencia no puede suponer pasar página sin clarificación, reconocimientos ni crítica explícita sobre lo sucedido. El Gobierno vasco se opone y opondrá a cualquier historia justificadora de la violencia o de las vulneraciones de derechos humanos. Este es el mínimo ético indispensable para constituir el futuro”.