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Martes, 11 de Agosto de 2015 Tiempo de lectura:
Los hijos de Arana y sus relaciones con los nazis

Mario Salegui, el nacionalista vasco que combatió por Hitler en Berlín (3)

[Img #6799]"Aunque sea irónico, Patxi -si lo dijese en público, muchos patriotas me llamarían fascista-, la conquista de nuestra soberanía nacional está más cerca bajo la Europa de los mil años del Reich, que bajo gobiernos democráticos".

 

Así de claro y conciso se mostró Mario Salegui en un escrito dirigido a una de sus amistades nacionalistas. Salegui –autor de la novela histórica Operación Carlomagno- era un militante del PNV que, junto a otros compañeros de la formación fundada por Sabino Arana, decidieron unirse a los nacionalsocialistas alemanes.

 

Según explica, alrededor de 1940 y bajo la dirección del dirigente jeltzale guipuzcoano Luís Álava, se fue creando en San Sebastián un grupo de más de medio centenar de nacionalistas que habían penado su “no adhesión” al Alzamiento en la cárcel o en batallones de trabajadores. En palabras del propio autor, “un buen día nos dijeron que íbamos a comenzar a entrenar con explosivos y armas para preparar sabotajes y atentados contra políticos y militares”. Miembros destacados del PNV explicaron al grupo que actuaría en el caso de que los alemanes y Franco firmaran una alianza militar que provocara la entrada de España en la II Guerra Mundial.

 

Salegui continúa explicando que “cuando ya parecía que no íbamos a actuar, apareció por San Sebastián un militar alemán. Pertenecía al Servicio de Inteligencia del VII Cuerpo de Ejército de la Wehrmacht, acantonado en Burdeos”. En opinión de Mario Salegui, los vascongados no tenían ninguna posibilidad de liberación nacional, por lo que necesitan la ayuda de Alemania. Además, explica que recibió indicaciones en el sentido de que el plan de los alemanes estaba avalado por mismísimo Vicelehendakari Xabier Landaburu y que, este –a pesar de que los nacionalsocialistas habían ocupado Francia, continuaba viviendo sin problemas en París. El autor de Operación Carlomagno consideró, entonces, que “los alemanes nos ofrecían el reconocimiento y unidad de un estado vasco independiente en el nuevo orden europeo y que la ocupación nazi de España era la única garantía que teníamos de derrocar al franquismo con la posibilidad de crear la nación vasca”.

 

Asimismo, relata que, entre muchos militantes del PNV, anidaba –que aún perdura- la idea de lograr que España –como estado nacional- se disolviese. No pocos de ellos creyeron hallar en los nacionalsocialistas un poderoso aliado. Empero, la realidad dista mucho de los deseos. Los contactos –que, innegablemente, se produjeron- entre los hombres de Adolf Hitler y los jeltzales fueron de low profile y no cristalizaron en nada concreto. Brest, Toepfer y otros oficiales de las SS tantearon, simplemente, las posibilidades que ofrecía una posible alianza con los nacionalistas vascongados. Como la realidad histórica ha evidenciado, en ningún momento los alemanes consideraron seriamente esta opción.

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