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Martes, 01 de Septiembre de 2015 Tiempo de lectura:
La obra de Jean Raspail anticipó hace casi medio siglo la irrupción de millones de emigrantes en Europa

“El desembarco”, la novela editada en 1973 que todo el mundo recuerda ahora, pero de la que nadie quiere hablar

[Img #6904]La novela titulada originalmente “El campamento de los santos”, en español también conocida como “El desembarco”, fue publicada por primera vez en París en 1973 y su autor, Jean Raspail, vio cómo, en pocos meses, un gran silencio fue levantándose a su alrededor.

 

“El desembarco” muestra un escenario que hoy nos es muy familiar cuando vemos lo que está sucediendo con los movimientos migratorios a lo largo y ancho de Europa. Pero, hace casi medio siglo, cuando Raspail comenzó a intuir lo que se avecinaba, la obra levantó, sobre todo, estupor, indiferencia y desprecio.

 

PDF. Capítulo 1 y Prólogo de Jean Raspail íntegros al final de esta información

 

La novela se abría con una escena cotidiana que, en su rotundidad, no dejaba indiferente a nadie. Un día como cualquier otro, amanece en Francia, pero lo que los ciudadanos ven es un mundo diferente, un mundo que ha cambiado: las primeras luces del día muestran cientos de barcos herrumbrosos en los que se apiñan un millón de personas que han viajado desde la India a la próspera Europa. A partir de esta escena se suceden los sentimientos (desconcierto, miedo, ira, compasión…) y las reacciones, entre las que la más común es la huida a… ninguna parte.

 

En su relato, Raspail presenta, efectivamente, una ácida crítica del mundo contemporáneo. Sus personajes han vivido hasta ese momento una existencia plácida, que queda rota ante la invasión de miles de pobres. Aparecen periodistas en busca de declaraciones impactantes, agitadores que odian a sus compatriotas y a su país hasta el punto de aprovechar a los recién llegados para intentar cambiar a la sociedad, burgueses que esperan todo del Gobierno sin poner nada de su parte, políticos desconcertados que se limitan a convocar comités de expertos. En su momento, la novela pareció una utopía usada para burlarse de una Europa ablandada por el bienestar y el confort, incapaz de compartir ni de defenderse ni de reproducirse. El paso de los años, ha convertido “El desembarco” en una dramática realidad que todo el mundo recuerdo, pero de la que nadie quiere hablar.

 

El periodista y escritor José Javier Esparza ha señalado que a este libro siempre le ha pasado lo mismo. “Es como un petardo en la terraza de un bar: todo el mundo se queda en silencio, mirando, sin valor para acercarse a él. Todo lo que Raspail cuenta en esta novela es exactamente lo que la gran mayoría de nuestros conciudadanos no desea oír. Primero: que ya no somos capaces de defender lo que somos. Segundo: que tampoco seremos capaces de defender lo que tenemos. Tercero: que no sabremos defender ni lo que somos ni lo que tenemos, porque muchos decenios de ideología de la culpa y del remordimiento nos han convencido de que somos malos y de que no nos merecemos nuestra prosperidad. Cuarto: que esto llevará inevitablemente a que un día, cualquier día, seamos nosotros mismos los que hundamos el edificio, porque el enemigo –“la bestia”, dice Raspail- no está fuera, sino dentro. Y en cada una de esas constataciones, un nutrido ramillete de reflexiones que nadie puede leer sin un estremecimiento, por su cruel capacidad para dar de lleno en el alma del Occidente contemporáneo”.

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