Ada Colau y los demás
El pasado día 12 se celebró la festividad de la Hispanidad, que es muy especial para la Guardia Civil porque la Virgen del Pilar es su patrona, y además es la fiesta más importante que se celebra en Zaragoza a lo largo del año. En Madrid se llevó a cabo la tradicional parada militar, con participación del Ejército, de la Guardia Civil y con una representación institucional como corresponde a uno de los actos institucionales más importantes que se celebran anualmente. Es un acto de homenaje a nuestras Fuerzas Armadas y a la Guardia Civil; y cabe recordar que no es cuestión baladí que estas dos instituciones sean, encuesta tras encuesta, las mejor valoradas por la mayoría de los españoles, independientemente de quién gobierne o de dónde sople el viento.
El día 12 hubo significativas ausencias, algunas ya se habían producido en anteriores ocasiones y otras son nuevas. Que Urkullu o Barcos no acudiesen tiene un pase desde una lógica estrictamente táctico-política, y teniendo en cuenta que estamos inmersos en una dura pre-campaña electoral que nos ha de llevar a la celebración de unas elecciones legislativas el día 20 de diciembre, que sin duda van a ser las más importantes de la actual democracia (con excepción de las primeras); si Urkullu o Barcos hubiesen acudido habría ocurrido que tanto en la Comunidad Autónoma Vasca como en la Comunidad Foral Navarra les hubiesen caído "chuzos de punta", y hubiesen perdido votos en las próximas legislativas. No comparto el gesto, pero puedo entenderlo desde esta perspectiva. Pura táctica política.
Que Pablo Iglesias no acudiese esgrimiendo argumentos muy peculiares y muy frecuentes en su discurso, es bastante importante. Que Iglesias no acuda a uno de los actos institucionales más importantes del país que aspira a presidir resulta, como mínimo, curioso. Sr. Iglesias: ¿Si usted un día es Presidente del Gobierno no acudirá al acto? ¿Lo eliminará? ¿Disolverá el Ministerio de Defensa como en su día insinuó el líder del PSOE? Porque estas preguntas están en el aire, usted no acudió al acto argumentando algo así como que tenía tareas más importantes que desarrollar, pero... ¿Y si un día es Presidente? Presidente de un país integrado plenamente en Europa y en la OTAN, con un Ejército reconocido internacionalmente por sus múltiples actividades en países de varios continentes, y con una Guardia Civil que está super-valorada por los españoles y también por la comunidad internacional.
Que Ada Colau no asistiese me parece incluso adecuado, porque su sola presencia hubiese deslucido el acto, pero que hiciese las declaraciones que hizo raya la comisión de un delito. Sra. Colau, ¿A qué genocidio se refiere? ¿Podría explicarse un poco mejor?, porque da la sensación de que su nivel cultural, y concretamente en lo que respecta al conocimiento de la historia moderna y contemporánea de España, es bastante precario, no obstante cabe reconocer que son declaraciones conformes a la línea intelectual que lleva desde antes de ser alcaldesa, y después de serlo. Fíjense que han pasado más de 100 días de gobierno en Barcelona y es raro que pase una semana sin que nos ofrezca algún disparate. En este caso, el disparate es demasiado fuerte. En Alemania, las cuestiones relacionadas con el término "genocidio" están jurídicamente muy tasadas, y penadas en varios casos. Sra. Colau, si tan poco le gusta España, ¿por qué no se va con Lluis Llach?, parece ser que le gusta África más que España.
En cualquier caso, y como siempre, ocurre que estos cuatro personajes tiene en común un elemento vital: ocupan los cargos que ocupan gracias a estar en un sistema democrático que se articula en base a la constitución de 1978 y que territorialmente lo hace en forma de comunidades autónomas, provincias y municipios. Denostan y critican el sistema que les permite existir políticamente, tener derechos y representatividad, manejar dinero público (el de todos) y poner en práctica ideas.
Hay que tener "jeta".
El pasado día 12 se celebró la festividad de la Hispanidad, que es muy especial para la Guardia Civil porque la Virgen del Pilar es su patrona, y además es la fiesta más importante que se celebra en Zaragoza a lo largo del año. En Madrid se llevó a cabo la tradicional parada militar, con participación del Ejército, de la Guardia Civil y con una representación institucional como corresponde a uno de los actos institucionales más importantes que se celebran anualmente. Es un acto de homenaje a nuestras Fuerzas Armadas y a la Guardia Civil; y cabe recordar que no es cuestión baladí que estas dos instituciones sean, encuesta tras encuesta, las mejor valoradas por la mayoría de los españoles, independientemente de quién gobierne o de dónde sople el viento.
El día 12 hubo significativas ausencias, algunas ya se habían producido en anteriores ocasiones y otras son nuevas. Que Urkullu o Barcos no acudiesen tiene un pase desde una lógica estrictamente táctico-política, y teniendo en cuenta que estamos inmersos en una dura pre-campaña electoral que nos ha de llevar a la celebración de unas elecciones legislativas el día 20 de diciembre, que sin duda van a ser las más importantes de la actual democracia (con excepción de las primeras); si Urkullu o Barcos hubiesen acudido habría ocurrido que tanto en la Comunidad Autónoma Vasca como en la Comunidad Foral Navarra les hubiesen caído "chuzos de punta", y hubiesen perdido votos en las próximas legislativas. No comparto el gesto, pero puedo entenderlo desde esta perspectiva. Pura táctica política.
Que Pablo Iglesias no acudiese esgrimiendo argumentos muy peculiares y muy frecuentes en su discurso, es bastante importante. Que Iglesias no acuda a uno de los actos institucionales más importantes del país que aspira a presidir resulta, como mínimo, curioso. Sr. Iglesias: ¿Si usted un día es Presidente del Gobierno no acudirá al acto? ¿Lo eliminará? ¿Disolverá el Ministerio de Defensa como en su día insinuó el líder del PSOE? Porque estas preguntas están en el aire, usted no acudió al acto argumentando algo así como que tenía tareas más importantes que desarrollar, pero... ¿Y si un día es Presidente? Presidente de un país integrado plenamente en Europa y en la OTAN, con un Ejército reconocido internacionalmente por sus múltiples actividades en países de varios continentes, y con una Guardia Civil que está super-valorada por los españoles y también por la comunidad internacional.
Que Ada Colau no asistiese me parece incluso adecuado, porque su sola presencia hubiese deslucido el acto, pero que hiciese las declaraciones que hizo raya la comisión de un delito. Sra. Colau, ¿A qué genocidio se refiere? ¿Podría explicarse un poco mejor?, porque da la sensación de que su nivel cultural, y concretamente en lo que respecta al conocimiento de la historia moderna y contemporánea de España, es bastante precario, no obstante cabe reconocer que son declaraciones conformes a la línea intelectual que lleva desde antes de ser alcaldesa, y después de serlo. Fíjense que han pasado más de 100 días de gobierno en Barcelona y es raro que pase una semana sin que nos ofrezca algún disparate. En este caso, el disparate es demasiado fuerte. En Alemania, las cuestiones relacionadas con el término "genocidio" están jurídicamente muy tasadas, y penadas en varios casos. Sra. Colau, si tan poco le gusta España, ¿por qué no se va con Lluis Llach?, parece ser que le gusta África más que España.
En cualquier caso, y como siempre, ocurre que estos cuatro personajes tiene en común un elemento vital: ocupan los cargos que ocupan gracias a estar en un sistema democrático que se articula en base a la constitución de 1978 y que territorialmente lo hace en forma de comunidades autónomas, provincias y municipios. Denostan y critican el sistema que les permite existir políticamente, tener derechos y representatividad, manejar dinero público (el de todos) y poner en práctica ideas.
Hay que tener "jeta".











