Duro ataque a los grandes periódicos españoles
El “New York Times” dice que los medios de comunicación españoles están sometidos al control de los políticos y de sus acreedores
“Los medios de información españoles, bajo la opresión del gobierno y de la deuda”. Con este titular, el diario estadounidense “The New York Times”, referente intelectual de la izquierda norteamericana y europea, publicaba un duro artículo sobre los medios de comunicación en España, destacando con contundencia la falta de independencia de los grandes periódicos españoles, como “El País” o “El Mundo”, sometidos, según el diario neoyosquino, a la injerencia política y al control de los acreedores.
El periódico explica la “tormenta perfecta” que ha sufrido en España la industria de la información, acosada por grandes deudas que han provocado una rápida reestructuración financiera que ha llevado a la pérdida de su puesto de trabajo a 11.000 periodistas en siete años y a la pérdida de libertad de los editores para decidir qué noticias ofrecer o cómo, favoreciendo a las entidades a las que deben enormes cantidades de dinero.
El “New York Times” repasa las presiones políticas que, en su opinión, acechan a los medios españoles para, a continuación, explicar que son las presiones menos evidentes las que han incrementado la preocupación sobre la libertad de expresión en España. “Muchos en el sector señalan que la formidable combinación del Gobierno y de las presiones financieras han anulado su capacidad para cubrir noticias en las que se da un conflicto de intereses con las grandes empresas y los políticos, en un momento en el que se multiplican los escándalos financieros y políticos que han surgido a raíz de la crisis de la deuda española”.
El artículo, escrito por el periodista Raphael Minder, recoge los testimonios de diversos profesionales de la información y ejemplos de casos en los que esta manipulación se ha dado en los medios de prensa españoles.
El “New York Times” explica que, por ejemplo, como el diario El País, según denuncias de los periodistas del propio periódico, eliminó o modificacó artículos en su web, como los que hacían referencia a Qatar en un momento en el que el grupo Prisa negociaba con una empresa qatarí para que invirtiera en su grupo empresarial. O también artículos críticos con Telefónica, incluida en el grupo Prisa, que fueron alterados en la publicación del diario, motivo por el cual dos periodistas de su redacción decidieron dimitir recientemente.
Con respecto a El Mundo, el diario estadounidense adjunta la versión de su antiguo director, Pedro J. Ramírez, quien afirma que su salida del periódico se debió no a las pérdidas financieras en las que se escudaba el periódico sino a la publicación de los famosos SMS de Mariano Rajoy al extesorero del PP Luis Bárcenas. “Los periódicos ya no están dirigidos por los editores sino por jefes ejecutivos preocupados por las cuentas y que tratan de mantener buenas relaciones con quienes están en el poder”, asegura Ramírez a The New York Times.
Casimiro García-Abadillo, quien sucedió brevemente a Ramírez al frente de El Mundo, también se expresa en este sentido, denunciando “la falta de libertad de maniobra” de los editores: “hay multitud de casos en los que las noticias críticas sobre grandes instituciones o no son publicadas o son publicadas de una manera amistosa”.
“Los medios de información españoles, bajo la opresión del gobierno y de la deuda”. Con este titular, el diario estadounidense “The New York Times”, referente intelectual de la izquierda norteamericana y europea, publicaba un duro artículo sobre los medios de comunicación en España, destacando con contundencia la falta de independencia de los grandes periódicos españoles, como “El País” o “El Mundo”, sometidos, según el diario neoyosquino, a la injerencia política y al control de los acreedores.
El periódico explica la “tormenta perfecta” que ha sufrido en España la industria de la información, acosada por grandes deudas que han provocado una rápida reestructuración financiera que ha llevado a la pérdida de su puesto de trabajo a 11.000 periodistas en siete años y a la pérdida de libertad de los editores para decidir qué noticias ofrecer o cómo, favoreciendo a las entidades a las que deben enormes cantidades de dinero.
El “New York Times” repasa las presiones políticas que, en su opinión, acechan a los medios españoles para, a continuación, explicar que son las presiones menos evidentes las que han incrementado la preocupación sobre la libertad de expresión en España. “Muchos en el sector señalan que la formidable combinación del Gobierno y de las presiones financieras han anulado su capacidad para cubrir noticias en las que se da un conflicto de intereses con las grandes empresas y los políticos, en un momento en el que se multiplican los escándalos financieros y políticos que han surgido a raíz de la crisis de la deuda española”.
El artículo, escrito por el periodista Raphael Minder, recoge los testimonios de diversos profesionales de la información y ejemplos de casos en los que esta manipulación se ha dado en los medios de prensa españoles.
El “New York Times” explica que, por ejemplo, como el diario El País, según denuncias de los periodistas del propio periódico, eliminó o modificacó artículos en su web, como los que hacían referencia a Qatar en un momento en el que el grupo Prisa negociaba con una empresa qatarí para que invirtiera en su grupo empresarial. O también artículos críticos con Telefónica, incluida en el grupo Prisa, que fueron alterados en la publicación del diario, motivo por el cual dos periodistas de su redacción decidieron dimitir recientemente.
Con respecto a El Mundo, el diario estadounidense adjunta la versión de su antiguo director, Pedro J. Ramírez, quien afirma que su salida del periódico se debió no a las pérdidas financieras en las que se escudaba el periódico sino a la publicación de los famosos SMS de Mariano Rajoy al extesorero del PP Luis Bárcenas. “Los periódicos ya no están dirigidos por los editores sino por jefes ejecutivos preocupados por las cuentas y que tratan de mantener buenas relaciones con quienes están en el poder”, asegura Ramírez a The New York Times.
Casimiro García-Abadillo, quien sucedió brevemente a Ramírez al frente de El Mundo, también se expresa en este sentido, denunciando “la falta de libertad de maniobra” de los editores: “hay multitud de casos en los que las noticias críticas sobre grandes instituciones o no son publicadas o son publicadas de una manera amistosa”.











