Con el fin de "poner orden" en el sistema de acogida de refugiados, el Gobierno sueco ha anunciado que ha restablecido los controles fronterizos en el país durante diez días, una medida anunciada anoche apelando a la necesidad de poner orden en el sistema de acogida de refugiados.

Los esfuerzos se centrarán en el sur y oeste del país, regiones a las que llegan la mayoría de los solicitantes de asilo, y afectarán al puente del estrecho del Sund, que une Copenhague con la ciudad sueca de Malmoe, y al tráfico marítimo con Dinamarca y Alemania. "No vamos a controlar a todos, habrá una selección, que se hará, sobre todo, al azar", ha explicado en Estocolmo Patrik Engström, jefe de sección de la policía fronteriza.

A partir de ahora, para viajar a Suecia será necesario tener permiso de residencia allí o ser ciudadanos de algún país del área Schengen o que no necesite visado para entrar en el país; en caso contrario se podrá solicitar asilo político, han informado las autoridades suecas.