El documento señalaba el liderazgo del "cerebro" del atentado, Abdelhamid Abaaoud
Estados Unidos tenía en su poder desde mayo un informe de inteligencia que advertía de un gran atentado del Estado Islámico en Francia organizado desde Bélgica
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El pasado 13 de mayo, el Gobierno de Barack Obama tenía ya en su poder un informe de sus servicios de inteligencia que advertía de la elevada posibilidad de que se produjera en Europa un ataque terrorista del autodenominado Estado Islámico llevado a cabo por “un gran número de terroristas”.
PDF. Leer documento íntegro al final de esta información
El informe, titulado “Future ISIL Operations in the West Could Resemble Disrupted Belgian Plot” y elaborado por la Oficina de Inteligencia y el Departamento de Análisis de Seguridad Nacional de EE.UU., en cooperación con el FBI y el Centro Nacional Antiterrorista, advertía de un modo tristemente premonitorio de casi todo el horror que hace unos días se ha vivido en París: el papel desempeñado por el "cerebro" del atentado, Abdelhamid Abaaoud; la formación de redes yihadistas; el armamento que podrían utilizar los terroristas; el incremento exponencial del riesgo en países como Francia y Bélgica, y los vínculos de los islamistas con Siria a través de Grecia, entre otros muchos elementos.
La investigación de los servicios de inteligencia, que se basaba en las lecciones extraídas después de la desarticulación el pasado mes de enero de una célula terrorista islamista diseminada por varias ciudades en Bélgica, explicaba que el autodenominado Estado Islámico “ha desarrollado la capacidad de lanzar operaciones más complejas en Occidente," probablemente "planificadas de Bélgica". Se trataría, advertían los expertos norteamericanos, de un drástico cambio de escala en comparación con las acciones terroristas anteriores, que eran "más simples y basadas solamente en el potencial de una persona en concreto”.
El informe de Estados Unidos señalaba específicamente el peligroso papel que podían desempeñar los yihadistas regresados de Siria, “combatientes retornados que tienen medios para movilizar a los extremistas más violentos de su propio país". Varios de los terroristas implicados en los atentados de París responden a este perfil.
El pasado 13 de mayo, el Gobierno de Barack Obama tenía ya en su poder un informe de sus servicios de inteligencia que advertía de la elevada posibilidad de que se produjera en Europa un ataque terrorista del autodenominado Estado Islámico llevado a cabo por “un gran número de terroristas”.
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El informe, titulado “Future ISIL Operations in the West Could Resemble Disrupted Belgian Plot” y elaborado por la Oficina de Inteligencia y el Departamento de Análisis de Seguridad Nacional de EE.UU., en cooperación con el FBI y el Centro Nacional Antiterrorista, advertía de un modo tristemente premonitorio de casi todo el horror que hace unos días se ha vivido en París: el papel desempeñado por el "cerebro" del atentado, Abdelhamid Abaaoud; la formación de redes yihadistas; el armamento que podrían utilizar los terroristas; el incremento exponencial del riesgo en países como Francia y Bélgica, y los vínculos de los islamistas con Siria a través de Grecia, entre otros muchos elementos.
La investigación de los servicios de inteligencia, que se basaba en las lecciones extraídas después de la desarticulación el pasado mes de enero de una célula terrorista islamista diseminada por varias ciudades en Bélgica, explicaba que el autodenominado Estado Islámico “ha desarrollado la capacidad de lanzar operaciones más complejas en Occidente," probablemente "planificadas de Bélgica". Se trataría, advertían los expertos norteamericanos, de un drástico cambio de escala en comparación con las acciones terroristas anteriores, que eran "más simples y basadas solamente en el potencial de una persona en concreto”.
El informe de Estados Unidos señalaba específicamente el peligroso papel que podían desempeñar los yihadistas regresados de Siria, “combatientes retornados que tienen medios para movilizar a los extremistas más violentos de su propio país". Varios de los terroristas implicados en los atentados de París responden a este perfil.