“La inflación es el gran mal que nos ha carcomido por dentro”
Mauricio Macri: “Estamos ansiosos por ver el estado de las cuentas del país, por saber qué son los acuerdos con China y qué son los acuerdos con Rusia”
En su primer día como presidente electo de Argentina, Mauricio Macri, ha concedido una amplia entrevista al diario La Nación. Estos son algunos extractos de la misma:
En 17 días asume la presidencia, ¿ya resolvió cuál será su primera medida de gobierno?
Habrá muchas para poner el país en marcha y reabrir el diálogo en la Argentina. El 11 de diciembre espero poder estar con los gobernadores, con los que fueron candidatos a presidente, y decirles a todos: vamos por un país con pobreza cero, vamos para enfrentar y derrotar al narcotráfico, que está dañándonos tanto, vamos por una mejora en la calidad institucional.
Los primeros 100 días de un nuevo gobierno suelen estar signados por decisiones estructurales. ¿Cuál será para usted el principal desafío específico de esos primeros 100 días?
Restablecer la confianza, que es ese elemento vital que mueve a una sociedad. Lamentablemente, el Gobierno (anterior), empecinado en sostener un relato que chocaba con la realidad, fue redoblando la apuesta de la mentira. Eso generó una ruptura que se tradujo en un país que no crece hace cuatro años. Que no genera trabajo. Que va generando cada vez más tensiones en sus relaciones internas y con el mundo. Por eso, anoche [por anteanoche] dije que no solo quiero unir a los argentinos, sino a los hermanos latinoamericanos y al mundo, porque queremos volver a tener relaciones fluidas, confiables, previsibles.
El país viene de una gran división y el resultado electoral parece cristalizarla. Eso va a requerir gran habilidad política para construir consenso, ¿cómo lo va a hacer?
La sustentabilidad la da el apoyo recibido de los argentinos: ellos han hecho posible lo imposible. Hace no mucho tiempo, muchos decían que esto era imposible. Que el Gobierno era imbatible. No sucedió. Y no sucedió en la provincia de Buenos Aires, que era el bastión más fuerte que tenía el Gobierno. Entonces permítanme ser optimista, sentir que hoy somos una enorme mayoría. Se vencieron la resignación y los miedos. Somos una mayoría que dijimos «vamos por el cambio». No existe una Argentina que ocupe ese lugar que hablábamos antes si cada argentino no se desarrolla con todos sus talentos, poniéndonos de acuerdo en un esquema de reglas que nos permita sumar.
¿Qué le va a pedir a la Presidenta hoy para estos 18 días de transición? ¿Qué espera que haga la Presidenta en estos días que faltan para el 10 de diciembre?
Espero, frente a su buena actitud de llamarme, felicitarme y convocarme, que me diga lo normal, ¿no?, que abra las puertas de todos los ministerios, que las personas que designemos puedan ir a transcurrir la transición informándose, teniendo en claro un punto de partida. Porque en la Argentina tenemos un bajísimo nivel de información. Eso hace que estemos ansiosos por ver cuál es el estado de las cuentas, cuántas son las reservas del Banco Central, qué son los acuerdos con China, qué son los acuerdos con Rusia. Hay muchas cosas que queremos saber para ver en qué dirección rumbeamos a partir de diciembre. Les he pedido a los argentinos paciencia, porque milagros no soy capaz de hacer. Pero tengo plena conciencia de que el tiempo cuenta. Hay mucha gente en la pobreza, nacen niños todos los días que no tienen la correcta estimulación, como nos enseñó Abel Albino a todos. El tiempo cuenta y hay que darle dinámica y hacer las cosas lo mejor y más rápido posible.
¿Cuál es la principal urgencia económica?
Tener un plan que reduzca la inflación, el gran mal que nos ha carcomido por dentro. Es una estafa de un mal gobierno. Desde siempre. Hay que bajarla.
¿Qué medida va a tomar para que la gente perciba que se avanza en la lucha contra el narcotráfico y la inseguridad?
Espero que las medidas que tomemos todos los días vayan percibiéndose como un avance. Vamos a crear instrumentos de largo plazo, como la Agencia Nacional de Lucha contra el Crimen Organizado, que es una organización humana que requiere tiempo, tomar decisiones concretas y contundentes para tomar control del territorio (…) Es un proceso. Pero lo importante es cambiar la tendencia, porque hoy lo que uno siente es que cada día estamos un poco peor.
A fin de año crecen las demandas sociales, más para un gobierno nuevo. ¿Qué va a hacer para evitar esa conflictividad?
Estamos trabajando en el tema. Y confiamos en que vamos a sortear la Navidad? ésta es una Navidad distinta. Es una etapa nueva, de mucha alegría y mucho entusiasmo. Mucho más allá de una elección, todos sentimos que estamos frente a una nueva oportunidad y ese clima va a condicionar mucho a aquellos que quieran jugar a la extorsión, a las avivadas, porque muy pocas de esas cosas fueron espontáneas.
¿Qué va a hacer con los subsidios?
Cuidarlos para aquellos que los necesitan. Me comprometí a un sistema de tarifas justo y equilibrado. Iremos en esa dirección. Ahí vamos a encontrar la solución también al problema de la falta de inversión que hace que los servicios se vayan deteriorando día tras día. Estamos en diciembre, todos sabemos que si la temperatura sube van a volver los cortes. Lo que es más grave aún, todos sabemos que en la mayoría de las provincias la expansión económica está limitada por la falta de energía. Necesitamos crecer, necesitamos generar trabajo. Y la Argentina no tiene una oferta energética segura y diversa. Producto de la mala política energética que tuvo este gobierno. Pésima. Los ex secretarios de Energía se juntaron alrededor de una mesa, aún sin llevarse bien entre ellos, para prender las alarmas. Hace cinco o seis años. Y el Gobierno no escuchó. Y llegamos a este nivel, ¿no? Maximizando la exportación, teniendo severos problemas de suministros.
En la campaña mencionó que la pobreza sería una prioridad en su gobierno. Hoy, los planes sociales enfrentan ese problema. ¿Qué decisiones va a tomar al respecto?
Van a continuar. Como lo dije. No cambié porque pasaron 24 horas. Claramente. Pero también sabemos que toda esa gente está esperando una oportunidad para volver a trabajar. Mi compromiso con ellos va mucho más allá, es que ellos y sus hijos van a tener un futuro distinto.
¿Le preocupa la ansiedad que hay por las soluciones? La mitad de un país le pide una solución y la otra mitad, que no cambie nada.
No, yo creo que la mayoría pide una solución ya. Todos saben que así no podemos seguir. Pero, bueno, habrá que administrar la ansiedad. Lo entiendo. Soluciones milagrosas no hay para nuestros problemas, no hay ningún ser infalible que todo lo sepa. Yo les dije: no me voten si pensaban que era el infalible porque no lo era. Lo que sí creo es que todos los días podemos estar un poco mejor. A eso me comprometí: a que cada día vamos a ir progresando.
¿Qué cambió de ayer, cuando se confirmó que había triunfado, a hoy, que es el presidente electo?
No sé. Está todo cambiando dentro mío, desde mi persona. Pero intento que la esencia sea la misma, porque entiendo que hay un rol, que hay como una cosa simbólica, pero yo necesito estar acá con los pies sobre la tierra para tomar las decisiones correctas y no fallarles a las personas que confiaron. Intento que todo esto que les pasa también a ustedes no me afecte a mí en mi capacidad de conducir y estar atento a todo lo que pasa. Iremos acostumbrándonos a este nuevo rol porque, claramente, no hay una universidad para ser presidente. Yo siento que me preparé como pocos en la vida, porque hice muchas cosas a lo largo de mi vida y no llegué, como pude haber llegado, en 2003 por casualidad. Me acuerdo de que fui a Olivos, llevado por mi amigo Ramón Puerta, a una reunión con Duhalde, y Duhalde me ofreció ser su candidato a presidente. Justo antes, el penúltimo, después vino Néstor. Le dije que no porque yo creía como ingeniero que uno tiene que prepararse para las cosas. Que había que entender que había un sistema, cómo funcionaba, que tenía la vocación para ser el alcalde en una de las ciudades más lindas del mundo. Y la verdad que nunca me arrepentí. Muchas veces me preguntaron: "¿No te arrepentiste?". Y no, porque si esto tiene que ser, tiene que ser por causalidad, no casualidad. Suenan igual, pero son muy distintas, muy distintas.
En su primer día como presidente electo de Argentina, Mauricio Macri, ha concedido una amplia entrevista al diario La Nación. Estos son algunos extractos de la misma:
En 17 días asume la presidencia, ¿ya resolvió cuál será su primera medida de gobierno?
Habrá muchas para poner el país en marcha y reabrir el diálogo en la Argentina. El 11 de diciembre espero poder estar con los gobernadores, con los que fueron candidatos a presidente, y decirles a todos: vamos por un país con pobreza cero, vamos para enfrentar y derrotar al narcotráfico, que está dañándonos tanto, vamos por una mejora en la calidad institucional.
Los primeros 100 días de un nuevo gobierno suelen estar signados por decisiones estructurales. ¿Cuál será para usted el principal desafío específico de esos primeros 100 días?
Restablecer la confianza, que es ese elemento vital que mueve a una sociedad. Lamentablemente, el Gobierno (anterior), empecinado en sostener un relato que chocaba con la realidad, fue redoblando la apuesta de la mentira. Eso generó una ruptura que se tradujo en un país que no crece hace cuatro años. Que no genera trabajo. Que va generando cada vez más tensiones en sus relaciones internas y con el mundo. Por eso, anoche [por anteanoche] dije que no solo quiero unir a los argentinos, sino a los hermanos latinoamericanos y al mundo, porque queremos volver a tener relaciones fluidas, confiables, previsibles.
El país viene de una gran división y el resultado electoral parece cristalizarla. Eso va a requerir gran habilidad política para construir consenso, ¿cómo lo va a hacer?
La sustentabilidad la da el apoyo recibido de los argentinos: ellos han hecho posible lo imposible. Hace no mucho tiempo, muchos decían que esto era imposible. Que el Gobierno era imbatible. No sucedió. Y no sucedió en la provincia de Buenos Aires, que era el bastión más fuerte que tenía el Gobierno. Entonces permítanme ser optimista, sentir que hoy somos una enorme mayoría. Se vencieron la resignación y los miedos. Somos una mayoría que dijimos «vamos por el cambio». No existe una Argentina que ocupe ese lugar que hablábamos antes si cada argentino no se desarrolla con todos sus talentos, poniéndonos de acuerdo en un esquema de reglas que nos permita sumar.
¿Qué le va a pedir a la Presidenta hoy para estos 18 días de transición? ¿Qué espera que haga la Presidenta en estos días que faltan para el 10 de diciembre?
Espero, frente a su buena actitud de llamarme, felicitarme y convocarme, que me diga lo normal, ¿no?, que abra las puertas de todos los ministerios, que las personas que designemos puedan ir a transcurrir la transición informándose, teniendo en claro un punto de partida. Porque en la Argentina tenemos un bajísimo nivel de información. Eso hace que estemos ansiosos por ver cuál es el estado de las cuentas, cuántas son las reservas del Banco Central, qué son los acuerdos con China, qué son los acuerdos con Rusia. Hay muchas cosas que queremos saber para ver en qué dirección rumbeamos a partir de diciembre. Les he pedido a los argentinos paciencia, porque milagros no soy capaz de hacer. Pero tengo plena conciencia de que el tiempo cuenta. Hay mucha gente en la pobreza, nacen niños todos los días que no tienen la correcta estimulación, como nos enseñó Abel Albino a todos. El tiempo cuenta y hay que darle dinámica y hacer las cosas lo mejor y más rápido posible.
¿Cuál es la principal urgencia económica?
Tener un plan que reduzca la inflación, el gran mal que nos ha carcomido por dentro. Es una estafa de un mal gobierno. Desde siempre. Hay que bajarla.
¿Qué medida va a tomar para que la gente perciba que se avanza en la lucha contra el narcotráfico y la inseguridad?
Espero que las medidas que tomemos todos los días vayan percibiéndose como un avance. Vamos a crear instrumentos de largo plazo, como la Agencia Nacional de Lucha contra el Crimen Organizado, que es una organización humana que requiere tiempo, tomar decisiones concretas y contundentes para tomar control del territorio (…) Es un proceso. Pero lo importante es cambiar la tendencia, porque hoy lo que uno siente es que cada día estamos un poco peor.
A fin de año crecen las demandas sociales, más para un gobierno nuevo. ¿Qué va a hacer para evitar esa conflictividad?
Estamos trabajando en el tema. Y confiamos en que vamos a sortear la Navidad? ésta es una Navidad distinta. Es una etapa nueva, de mucha alegría y mucho entusiasmo. Mucho más allá de una elección, todos sentimos que estamos frente a una nueva oportunidad y ese clima va a condicionar mucho a aquellos que quieran jugar a la extorsión, a las avivadas, porque muy pocas de esas cosas fueron espontáneas.
¿Qué va a hacer con los subsidios?
Cuidarlos para aquellos que los necesitan. Me comprometí a un sistema de tarifas justo y equilibrado. Iremos en esa dirección. Ahí vamos a encontrar la solución también al problema de la falta de inversión que hace que los servicios se vayan deteriorando día tras día. Estamos en diciembre, todos sabemos que si la temperatura sube van a volver los cortes. Lo que es más grave aún, todos sabemos que en la mayoría de las provincias la expansión económica está limitada por la falta de energía. Necesitamos crecer, necesitamos generar trabajo. Y la Argentina no tiene una oferta energética segura y diversa. Producto de la mala política energética que tuvo este gobierno. Pésima. Los ex secretarios de Energía se juntaron alrededor de una mesa, aún sin llevarse bien entre ellos, para prender las alarmas. Hace cinco o seis años. Y el Gobierno no escuchó. Y llegamos a este nivel, ¿no? Maximizando la exportación, teniendo severos problemas de suministros.
En la campaña mencionó que la pobreza sería una prioridad en su gobierno. Hoy, los planes sociales enfrentan ese problema. ¿Qué decisiones va a tomar al respecto?
Van a continuar. Como lo dije. No cambié porque pasaron 24 horas. Claramente. Pero también sabemos que toda esa gente está esperando una oportunidad para volver a trabajar. Mi compromiso con ellos va mucho más allá, es que ellos y sus hijos van a tener un futuro distinto.
¿Le preocupa la ansiedad que hay por las soluciones? La mitad de un país le pide una solución y la otra mitad, que no cambie nada.
No, yo creo que la mayoría pide una solución ya. Todos saben que así no podemos seguir. Pero, bueno, habrá que administrar la ansiedad. Lo entiendo. Soluciones milagrosas no hay para nuestros problemas, no hay ningún ser infalible que todo lo sepa. Yo les dije: no me voten si pensaban que era el infalible porque no lo era. Lo que sí creo es que todos los días podemos estar un poco mejor. A eso me comprometí: a que cada día vamos a ir progresando.
¿Qué cambió de ayer, cuando se confirmó que había triunfado, a hoy, que es el presidente electo?
No sé. Está todo cambiando dentro mío, desde mi persona. Pero intento que la esencia sea la misma, porque entiendo que hay un rol, que hay como una cosa simbólica, pero yo necesito estar acá con los pies sobre la tierra para tomar las decisiones correctas y no fallarles a las personas que confiaron. Intento que todo esto que les pasa también a ustedes no me afecte a mí en mi capacidad de conducir y estar atento a todo lo que pasa. Iremos acostumbrándonos a este nuevo rol porque, claramente, no hay una universidad para ser presidente. Yo siento que me preparé como pocos en la vida, porque hice muchas cosas a lo largo de mi vida y no llegué, como pude haber llegado, en 2003 por casualidad. Me acuerdo de que fui a Olivos, llevado por mi amigo Ramón Puerta, a una reunión con Duhalde, y Duhalde me ofreció ser su candidato a presidente. Justo antes, el penúltimo, después vino Néstor. Le dije que no porque yo creía como ingeniero que uno tiene que prepararse para las cosas. Que había que entender que había un sistema, cómo funcionaba, que tenía la vocación para ser el alcalde en una de las ciudades más lindas del mundo. Y la verdad que nunca me arrepentí. Muchas veces me preguntaron: "¿No te arrepentiste?". Y no, porque si esto tiene que ser, tiene que ser por causalidad, no casualidad. Suenan igual, pero son muy distintas, muy distintas.