La hipocresía no mata
    
   
	    
	
    
        
    
    
        
          
		
    
        			        			        			        			        			        			        
    
    
    
	
	
        
        
        			        			        			        			        			        			        
        
                
        
        ![[Img #7693]](upload/img/periodico/img_7693.jpg) Es admirable como quienes apenas ganan 900 euros al mes por jugarse la vida allá donde nuestros gobiernos se lo reclaman, la entregan en silencio, ante la pasividad de media España, la pretendida ocultación política electoral, el desprecio de los leninistas y la abstinencia de casi todos. Ni siquiera vimos un #JeSuisParis.
Es admirable como quienes apenas ganan 900 euros al mes por jugarse la vida allá donde nuestros gobiernos se lo reclaman, la entregan en silencio, ante la pasividad de media España, la pretendida ocultación política electoral, el desprecio de los leninistas y la abstinencia de casi todos. Ni siquiera vimos un #JeSuisParis.
 
Hasta hace semanas, nuestras fuerzas de seguridad del Estado pagaban de su propio bolsillo los chalecos antibalas con que proteger sus vidas. No es coña, es una realidad. Dudo aun hoy de que nuestros protectores estén dotados de tan vital herramienta, aunque desde hace unos meses parece que ya hay una dotación presupuestaria a tal fin.
 
El funeral comienza tarde, no es de Estado, solo quiere parecerlo. Es sobrio, espartano, como es la milicia, como son ellos. Yo estaba en casa, serían las cuatro de la tarde y se me saltaban las lágrimas. Eran durísimos momentos los que trasmitían las imágenes. 
 
Se cuela una imagen fugaz de Albert Rivera de luto riguroso. Contrasta a su izquierda la presencia de Pablo iglesias, a quien también han invitado. Le veo sonreír. Presumo se felicita como cuando apalean a un policía. Errejón, su íntimo amigo y brazo derecho, los llama bastardos en Twitter, donde pide negarles los chalecos antibalas y su arma reglamentaria. Podemos, su partido leninista, se ha negado a condenar semejantes disparates. Su indumentaria, un 3/4 impermeable para tan solemne acto, donde van a rendir homenaje a quienes sin preguntar quién eres ni qué piensas, siempre están ahí. 
 
La familia, en frente, soporta el momento seria, entera, sin lágrimas. Dudo quieran darle ese gusto. Aparecen de riguroso luto, arropados y rodeados por una nutrida formación de policías y militares, sobria, marcial. Los Reyes y parte del gobierno también están, todos de riguroso luto. Permanecen a su frente. 
 
El día es frío, como el responso, de funeral. Suena "la muerte no es el final". Para ellos es la gloria. Don Felipe, terminado el acto y el cristiano servicio del obispo castrense, avanza y saluda a los policías que estaban en el traidor ataque terrorista de Kabul, defendiendo la embajada, suelo Español, con sus vidas. Después, lo hace Cosido, su más directo superior, que se desmorona en el abrazo a sus jóvenes “soldados”.
 
Pero antes, minutos antes, tras terminar el responso cristiano, y previo a la descarga de la fusilaría de un pelotón, se escuchan tres impactantes descargas que salen de las gargantas de aquella apretada formación de héroes españoles:
 
- ¡Viva España!
 
- ¡Viva el Rey!
 
- ¡Viva la Policía!
 
Responden tres sólidos “vivas” atronadores.  Después, la descarga de los fusiles del pelotón de honor…  y el silencio.
 
No sé si Pablo, como cuenta en un vídeo, sufrió arcadas. Pero vienen tiempos duros, los más duros; tiempos de guerra.
 
Acostúmbrate, ¡estás en España!
 
        
        
    
       
            
    
        
        
	
    
                                    	
                                        
                                                                                                                                                                        
    
    
	
    
![[Img #7693]](upload/img/periodico/img_7693.jpg) Es admirable como quienes apenas ganan 900 euros al mes por jugarse la vida allá donde nuestros gobiernos se lo reclaman, la entregan en silencio, ante la pasividad de media España, la pretendida ocultación política electoral, el desprecio de los leninistas y la abstinencia de casi todos. Ni siquiera vimos un #JeSuisParis.
Es admirable como quienes apenas ganan 900 euros al mes por jugarse la vida allá donde nuestros gobiernos se lo reclaman, la entregan en silencio, ante la pasividad de media España, la pretendida ocultación política electoral, el desprecio de los leninistas y la abstinencia de casi todos. Ni siquiera vimos un #JeSuisParis.
Hasta hace semanas, nuestras fuerzas de seguridad del Estado pagaban de su propio bolsillo los chalecos antibalas con que proteger sus vidas. No es coña, es una realidad. Dudo aun hoy de que nuestros protectores estén dotados de tan vital herramienta, aunque desde hace unos meses parece que ya hay una dotación presupuestaria a tal fin.
El funeral comienza tarde, no es de Estado, solo quiere parecerlo. Es sobrio, espartano, como es la milicia, como son ellos. Yo estaba en casa, serían las cuatro de la tarde y se me saltaban las lágrimas. Eran durísimos momentos los que trasmitían las imágenes.
Se cuela una imagen fugaz de Albert Rivera de luto riguroso. Contrasta a su izquierda la presencia de Pablo iglesias, a quien también han invitado. Le veo sonreír. Presumo se felicita como cuando apalean a un policía. Errejón, su íntimo amigo y brazo derecho, los llama bastardos en Twitter, donde pide negarles los chalecos antibalas y su arma reglamentaria. Podemos, su partido leninista, se ha negado a condenar semejantes disparates. Su indumentaria, un 3/4 impermeable para tan solemne acto, donde van a rendir homenaje a quienes sin preguntar quién eres ni qué piensas, siempre están ahí.
La familia, en frente, soporta el momento seria, entera, sin lágrimas. Dudo quieran darle ese gusto. Aparecen de riguroso luto, arropados y rodeados por una nutrida formación de policías y militares, sobria, marcial. Los Reyes y parte del gobierno también están, todos de riguroso luto. Permanecen a su frente.
El día es frío, como el responso, de funeral. Suena "la muerte no es el final". Para ellos es la gloria. Don Felipe, terminado el acto y el cristiano servicio del obispo castrense, avanza y saluda a los policías que estaban en el traidor ataque terrorista de Kabul, defendiendo la embajada, suelo Español, con sus vidas. Después, lo hace Cosido, su más directo superior, que se desmorona en el abrazo a sus jóvenes “soldados”.
Pero antes, minutos antes, tras terminar el responso cristiano, y previo a la descarga de la fusilaría de un pelotón, se escuchan tres impactantes descargas que salen de las gargantas de aquella apretada formación de héroes españoles:
- ¡Viva España!
- ¡Viva el Rey!
- ¡Viva la Policía!
Responden tres sólidos “vivas” atronadores. Después, la descarga de los fusiles del pelotón de honor… y el silencio.
No sé si Pablo, como cuenta en un vídeo, sufrió arcadas. Pero vienen tiempos duros, los más duros; tiempos de guerra.
Acostúmbrate, ¡estás en España!











