Navarra: una derrota del nacionalismo… ma non troppo
En Navarra, escrutado el voto de este 20D al Congreso, UPN-PP (en coalición) y Podemos obtienen 2 diputados cada uno y el PSOE-PSN logra sólo un diputado. UPN-PP supera el 28 por ciento de los votos, y es seguido por Podemos con el 23 por ciento. La coalición de centroderecha pierde unos 40.000 votos respecto a las generales de 2011 y desciendo sobre las autonómicas, pero conserva la representación que obtuvo en 2011. Los socialistas, que entonces fueron segunda fuerza hoy pierden unos 30.000 votos, son tercera y se quedan con el 15%. Y un solo diputado.
La victoria, al menos aparente, está en la extrema izquierda de Podemos, con dos inesperados diputados electos en Navarra. Y los derrotados, morales y reales, son los nacionalistas vascos. La presidenta Uxue Barkos y su PNV-Geroa Bai quedan nítidamente fuera del Parlamento, y del mismo modo Bildu-Batasuna, inesperadamente, no obtiene en Navarra ninguno de esos dos únicos diputados que consigue en total.
El voto nacionalista radical ha descendido, y parece claro que su destino natural ha sido la extrema izquierda. Todo lo que sube Pablo Iglesias respecto a lo esperado es lo que los abertzales han perdido sobre lo deseado. No es casualidad: Podemos es más moderno y atractivo, y es afín al nacionalismo sin comprometerse con él. La derrota de los antiguos etarras no les ha hecho ninguna gracia, pero no aleja el proyecto de la anexión de Navarra ni el de la independencia.
¿Y UPN-PP? La lección es sencilla: presentarse como centrista y economicista ha dejado en su casa a la derecha patriota y de valores. Ahora que es posible incluso una repetición de las elecciones, sus líderes tendrán que saber qué hacen.
En Navarra, escrutado el voto de este 20D al Congreso, UPN-PP (en coalición) y Podemos obtienen 2 diputados cada uno y el PSOE-PSN logra sólo un diputado. UPN-PP supera el 28 por ciento de los votos, y es seguido por Podemos con el 23 por ciento. La coalición de centroderecha pierde unos 40.000 votos respecto a las generales de 2011 y desciendo sobre las autonómicas, pero conserva la representación que obtuvo en 2011. Los socialistas, que entonces fueron segunda fuerza hoy pierden unos 30.000 votos, son tercera y se quedan con el 15%. Y un solo diputado.
La victoria, al menos aparente, está en la extrema izquierda de Podemos, con dos inesperados diputados electos en Navarra. Y los derrotados, morales y reales, son los nacionalistas vascos. La presidenta Uxue Barkos y su PNV-Geroa Bai quedan nítidamente fuera del Parlamento, y del mismo modo Bildu-Batasuna, inesperadamente, no obtiene en Navarra ninguno de esos dos únicos diputados que consigue en total.
El voto nacionalista radical ha descendido, y parece claro que su destino natural ha sido la extrema izquierda. Todo lo que sube Pablo Iglesias respecto a lo esperado es lo que los abertzales han perdido sobre lo deseado. No es casualidad: Podemos es más moderno y atractivo, y es afín al nacionalismo sin comprometerse con él. La derrota de los antiguos etarras no les ha hecho ninguna gracia, pero no aleja el proyecto de la anexión de Navarra ni el de la independencia.
¿Y UPN-PP? La lección es sencilla: presentarse como centrista y economicista ha dejado en su casa a la derecha patriota y de valores. Ahora que es posible incluso una repetición de las elecciones, sus líderes tendrán que saber qué hacen.
