Algunos ya llevábamos un tiempo advirtiéndolo. Nos tachaban de traidores y de perder nuestros principios por no dar la razón a quienes decían que había que castigar al Partido Popular porque explicábamos que la única solución para que España estuviera unida y creciera era el PP.

Ahora, después de la resaca electoral, nos encontramos ante la posibilidad que algunos ya vaticinábamos en esta campaña electoral y que era la posibilidad real de que el candidato socialista Pedro Sánchez se eche en brazos de Podemos, a no ser que lo impida la gente de su partido.

He de recordar al candidato del PSOE Sánchez que el Partido Popular, por el bien de España y para ganar la libertad en mi tierra vasca, apoyó sin ningún tipo de peticiones de silla a Patxi López para que los socialistas gobernaran la Comunidad Autónoma Vasca y quitar así al nacionalismo gobernante que tanto estaba impidiendo la conquista de la libertad y la derrota de la banda terrorista ETA en mi tierra y en el resto de España.

Pues bien, ahora vivimos un momento difícil y complicado, en el que está en juego el futuro de nuestro país, España, y ahora como se nos presentó a nosotros, el PP, en el pasado en el País Vasco, le toca a Sánchez mover ficha y demostrar su sentido de Estado y su amor a España, impidiendo que nuestro país se rompa en pedazos con los independistas y los que les apoyan como los Podemitas.

Algunos ya dijimos que la única garantía de la unidad de España y el crecimiento era el Partido Popular, y nos tomaban por locos.

Ahora está en el tejado de Sánchez que España avance y ayude a la investidura de Rajoy y a la gobernabilidad de España.

Ahora toca que Sánchez demuestre sentido de Estado o que, por el contrario, le pueda el ansia de gobernar en un pacto de perdedores.

Nosotros, en el PP, ya tuvimos sentido de Estado. ¿Lo tendrá Pedro Sánchez?