El laboratorio guipuzcoano
Voy a comentar los resultados de las elecciones generales desde una perspectiva localista, guipuzcoana, y referida a la “izquierda abertzale”, porque el análisis de esos resultados en la totalidad del País Vasco ya lo ha realziado magistralmente Francisco J. Llera, director del Euskobarómetro, en un reciente artículo publicado en “el Diario Vasco” (24.12.15 - Pág Nº 22).
Hace años, la “izquierda abertzale”, controlada férreamente por el MLNV (Movimiento Liberación Nacional Vasco) y su máximo órgano KAS (que actuaba de enlace con la banda terrorista ETA), denominaban en sus comunicaciones secretas a la población de Hernani como "El laboratorio"; desde la cúpula de ETA en el sur de Francia legaban directrices de intervención social al margen de la actividad estrictamente terrorista, pero con una perversa coordinación, y esas directrices que llegaban al País Vasco eran cumplimentadas por las estructuras del MLNV, asumidas y obedecidas por Herri Batasuna, y ejecutadas por personas encuadradas en Jarrai (juventudes de Herri Batasuna) y otras organizaciones.
Practicaban nuevas formas de amenaza y de obtención de dinero, pero también practicaban nuevas formas de someter a la población y de conseguir más adeptos y menos enemigos. ¿Recuerdan la ponencia “Oldartzen” y la teorización de "la socialización del sufrimiento"?.
"El laboratorio" era un experimento real, pero también era un tópico, porque esas prácticas se extendían a muchas poblaciones de Guipúzcoa y más allá; en realidad "El laboratorio" eran sus feudos. Pero los experimentos se realizaban con más intensidad allí donde podían ejercer su siniestro ministerio del terror con más eficacia.
Un análisis detallado de los resultados de estas últimas elecciones generales en los pueblos de Guipúzcoa nos vuelve a deparar sorpresas, especialmente en esos “laboratorios”, los feudos más tradicionales y consistentes de la “izquierda abertzale”, que siempre han sido los pueblos del interior (salvo alguna excepción). Observo una correlación estadística directa entre el nivel de abstención y el batacazo de EH/Bildu, que en Guipúzcoa es la “izquierda abertzale” de toda la vida.
Los siguientes porcentajes son los del descenso del voto de EH/Bildu respecto a las elecciones de 2011: Abaltzisqueta (41,4%), Aizarnazabal (118,1%), Amezqueta (97,19%), Asteasu (54,9%), Beizama (63,8%), Belauntza (84,7%), Elduaien (58,6%), y Hernialde (43,6%). Este grupo es el de poblaciones guipuzcoanas con mayor cifra de abstención y la media aritmética del batacazo de la “izquierda abertzale” en el grupo es del 75,07%.
De lo que se infiere claramente que en esos feudos históricos no les ha ganado ni Podemos ni nadie, simplemente sus votantes tradicionales se han quedado en casa, y eso se llama desmovilización. Digno de análisis sociológico y antropológico.
Que en la localidad de Orexa, que no es que fuese feudo, sino el bunker de la “izquierda abertzale”, con un censo electoral de 89 ciudadanos, hayan pasado de 80 a 72 votantes es gravísimo. Les confieso que en mis análisis electorales siempre he tenido como una referencia a esta población, porque al margen de ser un lugar precioso era el único lugar del País Vasco donde todos los electores votaban a la “Izquierda abertzale” (excepto un abuelo que era muy mayor y que votaba al Partido Popular. Ya falleció). Orexa era un caso único en todo el País Vasco, aunque por cierto, su renta "per cápita" está bastante por encima de la media de la CAV.
Pero que en Hernani, lo que ellos definían como "El laboratorio" (así consta en la documentación incautada por las Fuerzas de Seguridad), la caída sea de un 43,6% significa que su laboratorio o laboratorios se están desmoronando como un castillo de naipes, y en su caída se rompen todas sus probetas de cristal.
El nivel de desmovilización que indica la correlación abstención/voto es digno de más estudio, es una tendencia sobre la que ya puse el acento tras las últimas elecciones municipales, y cuando avisé del fenómeno Podemos no había entrado en este escenario concreto, y el PSE e IU se empezaban a desmoronar, pero no a una velocidad comparable.
La autodenominada “izquierda abertzale” se está diluyendo como un azucarillo en una taza de café amargo.
Voy a comentar los resultados de las elecciones generales desde una perspectiva localista, guipuzcoana, y referida a la “izquierda abertzale”, porque el análisis de esos resultados en la totalidad del País Vasco ya lo ha realziado magistralmente Francisco J. Llera, director del Euskobarómetro, en un reciente artículo publicado en “el Diario Vasco” (24.12.15 - Pág Nº 22).
Hace años, la “izquierda abertzale”, controlada férreamente por el MLNV (Movimiento Liberación Nacional Vasco) y su máximo órgano KAS (que actuaba de enlace con la banda terrorista ETA), denominaban en sus comunicaciones secretas a la población de Hernani como "El laboratorio"; desde la cúpula de ETA en el sur de Francia legaban directrices de intervención social al margen de la actividad estrictamente terrorista, pero con una perversa coordinación, y esas directrices que llegaban al País Vasco eran cumplimentadas por las estructuras del MLNV, asumidas y obedecidas por Herri Batasuna, y ejecutadas por personas encuadradas en Jarrai (juventudes de Herri Batasuna) y otras organizaciones.
Practicaban nuevas formas de amenaza y de obtención de dinero, pero también practicaban nuevas formas de someter a la población y de conseguir más adeptos y menos enemigos. ¿Recuerdan la ponencia “Oldartzen” y la teorización de "la socialización del sufrimiento"?.
"El laboratorio" era un experimento real, pero también era un tópico, porque esas prácticas se extendían a muchas poblaciones de Guipúzcoa y más allá; en realidad "El laboratorio" eran sus feudos. Pero los experimentos se realizaban con más intensidad allí donde podían ejercer su siniestro ministerio del terror con más eficacia.
Un análisis detallado de los resultados de estas últimas elecciones generales en los pueblos de Guipúzcoa nos vuelve a deparar sorpresas, especialmente en esos “laboratorios”, los feudos más tradicionales y consistentes de la “izquierda abertzale”, que siempre han sido los pueblos del interior (salvo alguna excepción). Observo una correlación estadística directa entre el nivel de abstención y el batacazo de EH/Bildu, que en Guipúzcoa es la “izquierda abertzale” de toda la vida.
Los siguientes porcentajes son los del descenso del voto de EH/Bildu respecto a las elecciones de 2011: Abaltzisqueta (41,4%), Aizarnazabal (118,1%), Amezqueta (97,19%), Asteasu (54,9%), Beizama (63,8%), Belauntza (84,7%), Elduaien (58,6%), y Hernialde (43,6%). Este grupo es el de poblaciones guipuzcoanas con mayor cifra de abstención y la media aritmética del batacazo de la “izquierda abertzale” en el grupo es del 75,07%.
De lo que se infiere claramente que en esos feudos históricos no les ha ganado ni Podemos ni nadie, simplemente sus votantes tradicionales se han quedado en casa, y eso se llama desmovilización. Digno de análisis sociológico y antropológico.
Que en la localidad de Orexa, que no es que fuese feudo, sino el bunker de la “izquierda abertzale”, con un censo electoral de 89 ciudadanos, hayan pasado de 80 a 72 votantes es gravísimo. Les confieso que en mis análisis electorales siempre he tenido como una referencia a esta población, porque al margen de ser un lugar precioso era el único lugar del País Vasco donde todos los electores votaban a la “Izquierda abertzale” (excepto un abuelo que era muy mayor y que votaba al Partido Popular. Ya falleció). Orexa era un caso único en todo el País Vasco, aunque por cierto, su renta "per cápita" está bastante por encima de la media de la CAV.
Pero que en Hernani, lo que ellos definían como "El laboratorio" (así consta en la documentación incautada por las Fuerzas de Seguridad), la caída sea de un 43,6% significa que su laboratorio o laboratorios se están desmoronando como un castillo de naipes, y en su caída se rompen todas sus probetas de cristal.
El nivel de desmovilización que indica la correlación abstención/voto es digno de más estudio, es una tendencia sobre la que ya puse el acento tras las últimas elecciones municipales, y cuando avisé del fenómeno Podemos no había entrado en este escenario concreto, y el PSE e IU se empezaban a desmoronar, pero no a una velocidad comparable.
La autodenominada “izquierda abertzale” se está diluyendo como un azucarillo en una taza de café amargo.