Invierno 2016: Iglesias fagocita a Iglesias
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Pablo Iglesias, el 2 de mayo de 1879, en “Casa Labra” de Madrid, donde los buñuelos de bacalao son de desmayo, fundaba el PSO (Partido Socialista Obrero), al que tiempo después añadiría la “E” de español, con poca fortuna. 130 años de alianzas políticas con partidos separatistas dan fe. La historia del último “Lenin español”, Largo Caballero, procesado y responsable directo de la Guerra Civil en el golpe de Estado de 1934, avalan mi afirmación.
El nuevo Frente Popular no será mejor. El nuevo y “amable” Pablo Iglesias presuntamente diseñó la represión de la oposición venezolana, con Monedero, desde la fundación CEPS, gracias a fondos del Gobierno bolivariano. El voto descontento de la izquierda, gracias a la corrupción de UGT, CC.OO, IU y PSOE, está con ellos. Mientras tanto, UPyD, honrados hasta las cachas, se extinguen. “Los parias” quieren “apoderarse” aun sabiendo quiénes son.
La inapelable derrota del PSOE de Sánchez alienta a Iglesias a “asaltar los cielos”. Sánchez ya entregó todos los ayuntamientos a Podemos, virando su partido hacia la radicalidad. Hoy, ambiciona con Iglesias desbancar del poder a Rajoy, ganador de unas elecciones donde millones votaron por miedo, tapándose la nariz. El apaciguamiento de Pedro Sánchez Castejón es el abismo leninista del PSOE, cuya extinción será como la del PSC, inexistente en Cataluña por “apaciguar el nacionalismo”. Pronto, Pedro Sánchez Castejón será historia.
La estabilidad de España pasa por regenerar nuestra democracia, no por demolerla. Necesitamos un contrapoder de izquierdas, moderado, honrado y fuerte. El populista separatismo-ficcion de Podemos y su programa “castrista” venezolano está polarizándolo todo. El PSOE alcanzó el poder desde discursos de centro, y tocó el desastre desde la radicalidad (Largo Caballero, Zapatero, etc.). Si Susana Díaz y el Comité Federal no entienden esto, el cortoplacismo de Pedro Sánchez Castejón será el abismo que fagocitará al PSOE, y con él a la deficiente democracia española, el único bacalao posible.
Pablo Iglesias, el 2 de mayo de 1879, en “Casa Labra” de Madrid, donde los buñuelos de bacalao son de desmayo, fundaba el PSO (Partido Socialista Obrero), al que tiempo después añadiría la “E” de español, con poca fortuna. 130 años de alianzas políticas con partidos separatistas dan fe. La historia del último “Lenin español”, Largo Caballero, procesado y responsable directo de la Guerra Civil en el golpe de Estado de 1934, avalan mi afirmación.
El nuevo Frente Popular no será mejor. El nuevo y “amable” Pablo Iglesias presuntamente diseñó la represión de la oposición venezolana, con Monedero, desde la fundación CEPS, gracias a fondos del Gobierno bolivariano. El voto descontento de la izquierda, gracias a la corrupción de UGT, CC.OO, IU y PSOE, está con ellos. Mientras tanto, UPyD, honrados hasta las cachas, se extinguen. “Los parias” quieren “apoderarse” aun sabiendo quiénes son.
La inapelable derrota del PSOE de Sánchez alienta a Iglesias a “asaltar los cielos”. Sánchez ya entregó todos los ayuntamientos a Podemos, virando su partido hacia la radicalidad. Hoy, ambiciona con Iglesias desbancar del poder a Rajoy, ganador de unas elecciones donde millones votaron por miedo, tapándose la nariz. El apaciguamiento de Pedro Sánchez Castejón es el abismo leninista del PSOE, cuya extinción será como la del PSC, inexistente en Cataluña por “apaciguar el nacionalismo”. Pronto, Pedro Sánchez Castejón será historia.
La estabilidad de España pasa por regenerar nuestra democracia, no por demolerla. Necesitamos un contrapoder de izquierdas, moderado, honrado y fuerte. El populista separatismo-ficcion de Podemos y su programa “castrista” venezolano está polarizándolo todo. El PSOE alcanzó el poder desde discursos de centro, y tocó el desastre desde la radicalidad (Largo Caballero, Zapatero, etc.). Si Susana Díaz y el Comité Federal no entienden esto, el cortoplacismo de Pedro Sánchez Castejón será el abismo que fagocitará al PSOE, y con él a la deficiente democracia española, el único bacalao posible.
