La estrategia nacionalista en Navarra
En Navarra se ha producido una controversia sindical entre el bloque no nacionalista de los sindicatos y el Gobierno nacionalista navarro a cuenta de la apertura de un nuevo método de selección de personal interino y contratado para la enseñanza no universitaria.
En síntesis, esta es la posición de los sindicatos, excluida la parte de los que apoyan la estrategia nacionalista en Navarra. Los sindicatos AFAPNA, ANPE, APS, CC OO, CSIF y UGT han denunciado:
“[…] el "afán" del Gobierno foral de "dar una doble oportunidad" al profesorado de euskera, que podrá presentarse a plazas de esta lengua y de castellano.”
“[…] lo que permite que los bilingües puedan optar a ambas.”
"[…] supondrá un cambio absoluto en las listas de interinos y unos vuelcos en las mismas que llevará al despido o a la no contratación de cientos de docentes en castellano". "[…] hemos asistido a presiones de otros sindicatos al actual Gobierno en favor del perfil de euskera".
Visto así parece una cuestión meramente sindical, y sin embargo tiene un calado de gran profundidad, no entendido por los partidos de ámbito constitucional; o, lo que sería peor, ignorado por intereses de alianzas electorales para conformar mayorías bajo el signo del chantaje (o conmigo o contra mí).
La cuestión no es qué perfil de profesorado quieren unos u otros, sino la intención de pervertir el criterio de mérito y capacidad y de abrir el canal al acceso ilimitado, con tendencia de exclusividad, a un determinado grupo de profesores, en sintonía con la estrategia de la construcción nacionalista. El euskera no tiene el valor, por mucho que nos cuenten la pena de Murcia, del interés milenario de la lengua de los vascos, sino que es un medio instrumental para seleccionar a determinado personal afín a los objetivos nacionalistas, que no han sido otros en estos cuarenta años que la aculturación nacionalista, el adoctrinamiento y la formación de una cosmovisión nueva que sustituyera a cualquier concepto o idea que recuerde la pertenencia del área vasco-navarra a España. En mis múltiples artículos lo he demostrado hasta la extenuación, aunque lo voy a continuar haciendo con nuevos datos y pruebas.
Esta perversa estrategia queda mostrada con toda su evidencia, simplemente, en la evolución del voto sindical desde las primeras elecciones en el sector de la enseñanza, del País Vasco, hasta ahora. Se ve claramente cómo la línea de evolución del voto de los sindicatos no nacionalistas ha ido decreciendo de forma constante mientras que en igual pendiente pero hacia arriba ha ido creciendo el voto de los sindicatos nacionalistas, de tal manera que ESTEE-EILAS, LAB Y ELA-STV forman la mayoría absoluta de la representación.
¿Y qué tiene que ver esto con la estrategia nacionalista? Pues muy sencillo. La respuesta se puede resumir en la siguiente frase: “Quien controla al profesorado, controla la escuela”. Y no solamente la institución escolar sino las percepciones, la estructura cognitiva y la forma de ver, sentir y pensar de aquellos alumnos a los que tienen el deber de educar para que sean personas autosuficientes, críticas y con independencia de criterio; no de adoctrinar.
Eso lo saben muy bien los nacionalistas, pero no solamente los nacionalistas, sino también la izquierda como a continuación voy a referir.
De ahí que Navarra va a experimentar el mismo proceso que ya tuvo Alava, que, a medida que van sucediéndose las generaciones, mayor implicación social va teniendo en la construcción nacionalista respecto a los inicios del proceso llamado democrático. Los nacionalistas ya no necesitan a ETA, pues el campo ya está trillado.
Los partidos constitucionalistas siguen chupándose el dedo y dejando el campo libre, cuando no colaborando para el logro de dicha transformación.
Como prueba de las pretensiones de modificación del enfoque españolista, voy a citar lo que escribió el desaparecido historiador Ricardo de la Cierva en su libro “Historia Total de España” refiriéndose al también historiador Tuñón de Lara, militante del PCE en el exilio.
En 1965, dice Ricardo de la Cierva, “llegó a Pau, centro superior dependiente de la Universidad de Burdeos, en cumplimiento de una importante misión: crear unos cursos para la formación (es decir adoctrinamiento) de jóvenes historiadores españoles con vistas a nutrir el profesorado universitario de Historia cuando Franco desapareciera. Desde 1957, seguramente con vistas a esta misión, se desvinculó aparentemente de la militancia comunista. Los cursos de verano en Pau comenzaron en 1970 y constituyeron un éxito rotundo. Por ellos pasaron numerosos historiadores jóvenes que hoy ocupan muchas cátedras de Historia en las Universidades españolas […]
Esta invasión comunista de las cátedras de Historia a partir de 1975 ha provocado, naturalmente, una decisiva manipulación de la Historia, sobre todo la historia contemporánea de España, con la consiguiente deformación de numerosas promociones de estudiantes y profesores. Tuñón tuvo el acierto de dejar de escribir Historia al hundirse el Muro de Berlín en 1989; hacía historia marxista y el marxismo se había disuelto. Pero muchos de sus discípulos se mantienen en la querencia marxista, no saben hacer otra cosa. La infiltración comunista en los medios de la comunicación y la cultura, que se puso en marcha a partir de los años cincuenta, coadyuvó eficazmente a la difusión de las manipulaciones de la Historia dirigidas por un profesor implacable de suave apariencia que según sugiere Jorge Semprún era algo parecido a un agente de la KGB.
Por su parte la Internacional Socialista, vinculada íntimamente en nuestros tiempos a la Masonería como demuestra un alto dignatario de las dos instituciones, Jacques Miterrand, en famoso libro, se ha ocupado tenaz y abiertamente a violar la memoria histórica de los españoles. Sus esfuerzos se han concentrado, como en el caso de los comunistas, en dar la vuelta a la historia de la segunda República, la guerra civil y muy especialmente la época de Franco, períodos que muy pocos de los grandes historiadores se han atrevido a tratar.”
Quizás, con este perspectiva, más allá de lo superficial del análisis al que estamos ya habituados, podemos entender el fenómeno Podemos, así como todas las circunstancias que rodean a la ola nacionalista y a las connivencias de la izquierda con la descomposición de España.
En Navarra se ha producido una controversia sindical entre el bloque no nacionalista de los sindicatos y el Gobierno nacionalista navarro a cuenta de la apertura de un nuevo método de selección de personal interino y contratado para la enseñanza no universitaria.
En síntesis, esta es la posición de los sindicatos, excluida la parte de los que apoyan la estrategia nacionalista en Navarra. Los sindicatos AFAPNA, ANPE, APS, CC OO, CSIF y UGT han denunciado:
“[…] el "afán" del Gobierno foral de "dar una doble oportunidad" al profesorado de euskera, que podrá presentarse a plazas de esta lengua y de castellano.”
“[…] lo que permite que los bilingües puedan optar a ambas.”
"[…] supondrá un cambio absoluto en las listas de interinos y unos vuelcos en las mismas que llevará al despido o a la no contratación de cientos de docentes en castellano". "[…] hemos asistido a presiones de otros sindicatos al actual Gobierno en favor del perfil de euskera".
Visto así parece una cuestión meramente sindical, y sin embargo tiene un calado de gran profundidad, no entendido por los partidos de ámbito constitucional; o, lo que sería peor, ignorado por intereses de alianzas electorales para conformar mayorías bajo el signo del chantaje (o conmigo o contra mí).
La cuestión no es qué perfil de profesorado quieren unos u otros, sino la intención de pervertir el criterio de mérito y capacidad y de abrir el canal al acceso ilimitado, con tendencia de exclusividad, a un determinado grupo de profesores, en sintonía con la estrategia de la construcción nacionalista. El euskera no tiene el valor, por mucho que nos cuenten la pena de Murcia, del interés milenario de la lengua de los vascos, sino que es un medio instrumental para seleccionar a determinado personal afín a los objetivos nacionalistas, que no han sido otros en estos cuarenta años que la aculturación nacionalista, el adoctrinamiento y la formación de una cosmovisión nueva que sustituyera a cualquier concepto o idea que recuerde la pertenencia del área vasco-navarra a España. En mis múltiples artículos lo he demostrado hasta la extenuación, aunque lo voy a continuar haciendo con nuevos datos y pruebas.
Esta perversa estrategia queda mostrada con toda su evidencia, simplemente, en la evolución del voto sindical desde las primeras elecciones en el sector de la enseñanza, del País Vasco, hasta ahora. Se ve claramente cómo la línea de evolución del voto de los sindicatos no nacionalistas ha ido decreciendo de forma constante mientras que en igual pendiente pero hacia arriba ha ido creciendo el voto de los sindicatos nacionalistas, de tal manera que ESTEE-EILAS, LAB Y ELA-STV forman la mayoría absoluta de la representación.
¿Y qué tiene que ver esto con la estrategia nacionalista? Pues muy sencillo. La respuesta se puede resumir en la siguiente frase: “Quien controla al profesorado, controla la escuela”. Y no solamente la institución escolar sino las percepciones, la estructura cognitiva y la forma de ver, sentir y pensar de aquellos alumnos a los que tienen el deber de educar para que sean personas autosuficientes, críticas y con independencia de criterio; no de adoctrinar.
Eso lo saben muy bien los nacionalistas, pero no solamente los nacionalistas, sino también la izquierda como a continuación voy a referir.
De ahí que Navarra va a experimentar el mismo proceso que ya tuvo Alava, que, a medida que van sucediéndose las generaciones, mayor implicación social va teniendo en la construcción nacionalista respecto a los inicios del proceso llamado democrático. Los nacionalistas ya no necesitan a ETA, pues el campo ya está trillado.
Los partidos constitucionalistas siguen chupándose el dedo y dejando el campo libre, cuando no colaborando para el logro de dicha transformación.
Como prueba de las pretensiones de modificación del enfoque españolista, voy a citar lo que escribió el desaparecido historiador Ricardo de la Cierva en su libro “Historia Total de España” refiriéndose al también historiador Tuñón de Lara, militante del PCE en el exilio.
En 1965, dice Ricardo de la Cierva, “llegó a Pau, centro superior dependiente de la Universidad de Burdeos, en cumplimiento de una importante misión: crear unos cursos para la formación (es decir adoctrinamiento) de jóvenes historiadores españoles con vistas a nutrir el profesorado universitario de Historia cuando Franco desapareciera. Desde 1957, seguramente con vistas a esta misión, se desvinculó aparentemente de la militancia comunista. Los cursos de verano en Pau comenzaron en 1970 y constituyeron un éxito rotundo. Por ellos pasaron numerosos historiadores jóvenes que hoy ocupan muchas cátedras de Historia en las Universidades españolas […]
Esta invasión comunista de las cátedras de Historia a partir de 1975 ha provocado, naturalmente, una decisiva manipulación de la Historia, sobre todo la historia contemporánea de España, con la consiguiente deformación de numerosas promociones de estudiantes y profesores. Tuñón tuvo el acierto de dejar de escribir Historia al hundirse el Muro de Berlín en 1989; hacía historia marxista y el marxismo se había disuelto. Pero muchos de sus discípulos se mantienen en la querencia marxista, no saben hacer otra cosa. La infiltración comunista en los medios de la comunicación y la cultura, que se puso en marcha a partir de los años cincuenta, coadyuvó eficazmente a la difusión de las manipulaciones de la Historia dirigidas por un profesor implacable de suave apariencia que según sugiere Jorge Semprún era algo parecido a un agente de la KGB.
Por su parte la Internacional Socialista, vinculada íntimamente en nuestros tiempos a la Masonería como demuestra un alto dignatario de las dos instituciones, Jacques Miterrand, en famoso libro, se ha ocupado tenaz y abiertamente a violar la memoria histórica de los españoles. Sus esfuerzos se han concentrado, como en el caso de los comunistas, en dar la vuelta a la historia de la segunda República, la guerra civil y muy especialmente la época de Franco, períodos que muy pocos de los grandes historiadores se han atrevido a tratar.”
Quizás, con este perspectiva, más allá de lo superficial del análisis al que estamos ya habituados, podemos entender el fenómeno Podemos, así como todas las circunstancias que rodean a la ola nacionalista y a las connivencias de la izquierda con la descomposición de España.