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Jueves, 21 de Abril de 2016 Tiempo de lectura:
No hay razones de peso para permitir que las empresas oculten las identidades de sus propietarios

Terrorismo Internacional S.A.

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Diferentes organizaciones terroristas estarían creando empresas falsas en Estados Unidos y Europa como forma efectiva de proceder al blanqueo de dinero y a la financiación de sus actividades. Así lo revela un informe de Open Society Foundations, que también pone de manifiesto que esta práctica también está siendo habitualmente utilizada por los grandes capos de la droga internacional y las redes de tráfico de personas.

 

El objetivo de los criminales sería registrar sus empresas en países con sistemas legales y bancarios altamente desarrollados, lo que les permitiría operar con un mayor anonimato. De hecho, y a diferencia del común de los ciudadanos, que para obtener un determinado permiso oficial o para abrir una cuenta corriente deben identificarse, las empresas, en general, no están obligadas a revelar el nombre de sus responsables finales para disfrutar de las ventajas de las normativas legales occidentales. Incluso las autoridades políticas, policiales y judiciales encuentran grandes dificultades a la hora de determinar quiénes son los auténticos dueños de determinadas compañías.

 

El primer ministro británico, David Cameron, ha repetido en varias ocasiones que "la falta de conocimiento acerca de quiénes controlan y quiénes obtienen ganancias de determinadas empresas lleva a la evasión fiscal agresiva y al lavado de dinero, lo que socava las bases impositivas y alimenta la corrupción en todo el mundo". Y Lanny Breuer, que dirigió la división criminal del Departamento de Estado de EE.UU., afirma que “los depósitos son el vehículo principal para el blanqueo de dinero ilícito y producto de diversos delitos. No hay razones de peso para permitir que las empresas oculten sus identidades”.

 

El documento de Open Society Foundations pone de manifestó que las personas más pobres del mundo son las que demasiado a menudo pagan el precio de esta falta de vigilancia en las naciones más ricas. “Se estima que los países en desarrollo pierden anualmente 160.000 millones de euros por los ciudadanos que esconden sus riquezas offshore. De hecho, África pierde por partida doble, ya que, en ocasiones, además de sufrir la evasión de impuestos también sufre la desaparición de la ayuda internacional que recibe. El hijo del veterano dictador de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, compró una mansión de 30 millones de dólares en Malibú (California) y adquirió un jet Gulfstream utilizando empresas ficticias basadas en las Islas Vírgenes Británicas. Estas estructuras corporativas opacas también permiten que hayan desaparecido miles de millones de dólares en ingresos procedentes de las minas de cobre y cobalto del Congo y Zimbabwe”.

 

Hasta hace pocos meses, Hezbolá financiaba sus actividades terroristas en parte mediante el uso de empresas fantasmas en Carolina del Norte para el contrabando de armas. El traficante Viktor Bout utilizó al menos 12 empresas fantasmas americanas para tapar sus acciones ilegales. Empresas fantasmas también se estarían utilizando, según la Open Society Foundations, para sobornar a funcionarios rusos, para defraudar en las ayudas y subvenciones de la UE y para evitar las sanciones económicas impuestas a algunos países del mundo.

 

El Banco Mundial, realizando una profunda revisión de los casos de corrupción más importantes de los últimos 30 años, encontró que el 70% de ellos se había llevado a cabo utilizando empresas fantasmas. “A pesar de las normas internacionales establecidas contra el lavado de dinero y contra el terrorismo, investigadores independientes descubrieron que era fácil encontrar consultoras y empresas dispuestas a incumplir las normas, incluso cuando ello conllevara evidentes riesgos penales”.

 

El análisis de Open Society Foundations revela un dato sorprendente. Estas empresas fantasmas no se ponen en marcha en los conocidos como “paraísos fiscales” sino en algunos de los principales países occidentales. De hecho, se sospecha que la mayor parte de ellas están radicadas en Estados Unidos donde anualmente se crean 10 veces más sociedades de este tipo que en todos los “paraísos fiscales” del mundo.

 

¿Cuál sería la solución a este grave problema? “Una respuesta de bajo coste y elevado impacto sería recopilar y mantener información básica acerca de quién realmente posee y controla las empresas con el fin de detener el lavado de dinero ilegal y la evasión de impuestos. Cada país habría de tomar estos datos, detallar la información sobre los beneficiarios de cada compañía y ponerla a disposición del público en un formato legible y fácil de usar. De este modo, las empresas, los medios de comunicación y los ciudadanos podrían utilizar esta información para prevenir y detectar el delito y llevar a los responsables ante la justicia. La misma información debe ser recogida para fideicomisos y fundaciones, que no pueden ser considerados técnicamente empresas en todos los países, pero que con frecuencia también se utilizan para ocultar no pocos delitos financieros”.


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