Declarado el Estado de emergencia
Una ola de suicidios azota a una comunidad aborigen de Canadá
El Gobierno de Canadá ha declarado el estado de emergencia en la aislada comunidad aborigen de Attawapiskat, situada en el distrito de Kenora (norte de Ontario), después de que 11 de sus 2.000 habitantes hayan tratado de quitarse la vida hace unos días.
Los datos que maneja el Gobierno canadiense indican, además, que 28 personas trataron de suicidarse el pasado mes marzo, mientras que desde septiembre de 2015 el número asciende a 101, todas ellas con edades comprendidas entre los 11 y los 71 años. Solamente una de ellas, una niña de 13 años, acabó quitándose la vida.
La máxima autoridad de Attawapiskat, Bruce Shisheesh, ha declarado que la causa de la proliferación de esta práctica puede hallarse en problemas enquistados de esta comunidad a lo largo de las últimas décadas, relacionados con el hacinamiento, el 'bullying', las adicciones y el impacto de las escuelas residenciales. "Me gustaría poder saber lo que está pasando. Ojalá pudiera leer sus mentes".
El Gobierno de Canadá ha enviado a Attawapiskat una unidad de respuesta a la crisis formada por médicos, psicólogos y policías especializados. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha descrito la situación como "desgarradora". "Continuaremos trabajando para mejorar las condiciones de vida los indígenas", ha explicado en Twitter.
Los aborígenes de Canadá ascienden a 1,4 millones de personas y constituyen aproximadamente el 4% de la población del país. Presentan los niveles más altos de pobreza y la esperanza de vida más baja del país.
En junio de 2015, después de seis años de trabajo y tras haber escuchado a unas 7.000 víctimas, Murray Sinclair, primer juez indígena y presidente de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación de Canadá, presentaba el informe final de esta comisión, que contenía 94 recomendaciones para restablecer la relación entre las naciones indígenas y el resto de la sociedad canadiense.
El Gobierno de Canadá ha declarado el estado de emergencia en la aislada comunidad aborigen de Attawapiskat, situada en el distrito de Kenora (norte de Ontario), después de que 11 de sus 2.000 habitantes hayan tratado de quitarse la vida hace unos días.
Los datos que maneja el Gobierno canadiense indican, además, que 28 personas trataron de suicidarse el pasado mes marzo, mientras que desde septiembre de 2015 el número asciende a 101, todas ellas con edades comprendidas entre los 11 y los 71 años. Solamente una de ellas, una niña de 13 años, acabó quitándose la vida.
La máxima autoridad de Attawapiskat, Bruce Shisheesh, ha declarado que la causa de la proliferación de esta práctica puede hallarse en problemas enquistados de esta comunidad a lo largo de las últimas décadas, relacionados con el hacinamiento, el 'bullying', las adicciones y el impacto de las escuelas residenciales. "Me gustaría poder saber lo que está pasando. Ojalá pudiera leer sus mentes".
El Gobierno de Canadá ha enviado a Attawapiskat una unidad de respuesta a la crisis formada por médicos, psicólogos y policías especializados. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha descrito la situación como "desgarradora". "Continuaremos trabajando para mejorar las condiciones de vida los indígenas", ha explicado en Twitter.
Los aborígenes de Canadá ascienden a 1,4 millones de personas y constituyen aproximadamente el 4% de la población del país. Presentan los niveles más altos de pobreza y la esperanza de vida más baja del país.
En junio de 2015, después de seis años de trabajo y tras haber escuchado a unas 7.000 víctimas, Murray Sinclair, primer juez indígena y presidente de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación de Canadá, presentaba el informe final de esta comisión, que contenía 94 recomendaciones para restablecer la relación entre las naciones indígenas y el resto de la sociedad canadiense.