Carta abierta a Izquierda Unida y Podemos
Evidentemente no tengo ninguna legitimidad ni derecho para decirles a ustedes la política que tienen que hacer, pero sí tengo legitimidad y derecho para señalarles a ustedes con mi dedo acusatorio como complacientes con asesinos convictos y confesos.
Ustedes han invitado a presidir su grupo parlamentario en Bruselas a Otegui. Ustedes han paseado a un criminal que fue encarcelado por cometer actos gravísimos contra la libertad personal y la integridad de ciudadanos con nombre, apellidos y cara. Ustedes con ese acto de exhibir en el Parlamento Europeo a un personaje que ha sido líder del conglomerado político y social de ETA son cómplices de él, y de los asesinatos cometidos por el colectivo proetarra que ha liderado y lidera ese delincuente, bien por acción o auspicio. No he oído ni una sola frase de boca de Otegui que signifique arrepentimiento o reconocimiento del daño causado.
Y también quiero denunciar el silencio del PSOE, que perdió a personas muy significativas de esa formación política, como Fernando Buesa, con el que compartí diez años de mi vida en las ejecutivas socialistas de Alava que él presidía; o Fernando Múgica, hombre entrañable, bueno e inteligente, que era una referencia de racionalidad que hoy quisiéramos en el Partido Socialista; o Enrique Casas, que yo admiraba por tener en su cabeza una idea de España que hoy soñaríamos en las nuevas generaciones socialistas que vuelven a reencontrarse con Largo Caballero. También conocí y empaticé con López de Lacalle, hombre de izquierdas, pero sobre todo patriota y buena persona, con el que confraternicé e hice amistad en el Foro Ermua, junto a Agustín Ibarrola. De Nicolás, Ezkerra, y tantos otros que también venían de la izquierda comunista pero que tenían una idea constructiva y positiva de la democracia. Ustedes, socialistas sin memoria, ¿también comparten ese paseo del criminal por la casa común de los europeos? ¿Qué harían ustedes si los falangistas hicieran apología de José Antonio Primo de Rivera en el Parlamento Europeo? ¿Y si un grupo noruego paseara al criminal Ander Breivik, autor de 71 asesinatos en Oslo, y actualmente cumpliendo condena en la cárcel, y conocido por sus ideas neonazis? ¿O si, cosa inaudita e impensable, el Grupo Popular invitara a Frank Franz, representante del N.P.D, partido neonazi de Alemania? ¿Se quedarían impasibles?
Decía que tengo legitimidad para señalarles a ustedes como impresentables y moralmente corruptos por llevar a Otegui al Parlamento Europeo. Lo digo y lo reafirmo por lo siguiente, en mi índole personal:
Por culpa de los de Otegui y del propio Otegui que ha representado a ese colectivo político extorsionador, yo tuve que llevar durante diez años de mi vida escoltas, para evitar que se me asesinara o lisiara. A mí, a mi familia, igual que a otras tres mil personas vascas más que no se resignaron con irse de su tierra de origen como sí hicieron doscientas mil personas, se nos ha privado de libertad. En mi caso, mi delito fue implicarme en el Foro Ermua en 1999 y ser su portavoz y secretario más tarde, defendiendo ideas de constitucionalismo y libertad, y animando a la ciudadanía a enfrentarse cívicamente a los que querían destruir la democracia. Ese fue el motivo de que figurara en listas de objetivos preferentes de ETA.
Ustedes, desde este mismo momento, son mis enemigos, pues colaboran con el jefe director de la mafia extorsionadora. Son, por tanto, ustedes mismos cómplices directos de aquella nefasta dinámica criminal, que es como hay que llamar a aquellos tristes episodios de sangre y fuego producidos por los que nunca amaron la libertad.
Mierda para ustedes.
Evidentemente no tengo ninguna legitimidad ni derecho para decirles a ustedes la política que tienen que hacer, pero sí tengo legitimidad y derecho para señalarles a ustedes con mi dedo acusatorio como complacientes con asesinos convictos y confesos.
Ustedes han invitado a presidir su grupo parlamentario en Bruselas a Otegui. Ustedes han paseado a un criminal que fue encarcelado por cometer actos gravísimos contra la libertad personal y la integridad de ciudadanos con nombre, apellidos y cara. Ustedes con ese acto de exhibir en el Parlamento Europeo a un personaje que ha sido líder del conglomerado político y social de ETA son cómplices de él, y de los asesinatos cometidos por el colectivo proetarra que ha liderado y lidera ese delincuente, bien por acción o auspicio. No he oído ni una sola frase de boca de Otegui que signifique arrepentimiento o reconocimiento del daño causado.
Y también quiero denunciar el silencio del PSOE, que perdió a personas muy significativas de esa formación política, como Fernando Buesa, con el que compartí diez años de mi vida en las ejecutivas socialistas de Alava que él presidía; o Fernando Múgica, hombre entrañable, bueno e inteligente, que era una referencia de racionalidad que hoy quisiéramos en el Partido Socialista; o Enrique Casas, que yo admiraba por tener en su cabeza una idea de España que hoy soñaríamos en las nuevas generaciones socialistas que vuelven a reencontrarse con Largo Caballero. También conocí y empaticé con López de Lacalle, hombre de izquierdas, pero sobre todo patriota y buena persona, con el que confraternicé e hice amistad en el Foro Ermua, junto a Agustín Ibarrola. De Nicolás, Ezkerra, y tantos otros que también venían de la izquierda comunista pero que tenían una idea constructiva y positiva de la democracia. Ustedes, socialistas sin memoria, ¿también comparten ese paseo del criminal por la casa común de los europeos? ¿Qué harían ustedes si los falangistas hicieran apología de José Antonio Primo de Rivera en el Parlamento Europeo? ¿Y si un grupo noruego paseara al criminal Ander Breivik, autor de 71 asesinatos en Oslo, y actualmente cumpliendo condena en la cárcel, y conocido por sus ideas neonazis? ¿O si, cosa inaudita e impensable, el Grupo Popular invitara a Frank Franz, representante del N.P.D, partido neonazi de Alemania? ¿Se quedarían impasibles?
Decía que tengo legitimidad para señalarles a ustedes como impresentables y moralmente corruptos por llevar a Otegui al Parlamento Europeo. Lo digo y lo reafirmo por lo siguiente, en mi índole personal:
Por culpa de los de Otegui y del propio Otegui que ha representado a ese colectivo político extorsionador, yo tuve que llevar durante diez años de mi vida escoltas, para evitar que se me asesinara o lisiara. A mí, a mi familia, igual que a otras tres mil personas vascas más que no se resignaron con irse de su tierra de origen como sí hicieron doscientas mil personas, se nos ha privado de libertad. En mi caso, mi delito fue implicarme en el Foro Ermua en 1999 y ser su portavoz y secretario más tarde, defendiendo ideas de constitucionalismo y libertad, y animando a la ciudadanía a enfrentarse cívicamente a los que querían destruir la democracia. Ese fue el motivo de que figurara en listas de objetivos preferentes de ETA.
Ustedes, desde este mismo momento, son mis enemigos, pues colaboran con el jefe director de la mafia extorsionadora. Son, por tanto, ustedes mismos cómplices directos de aquella nefasta dinámica criminal, que es como hay que llamar a aquellos tristes episodios de sangre y fuego producidos por los que nunca amaron la libertad.
Mierda para ustedes.