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Manuel Molares do Val
Jueves, 05 de Mayo de 2016 Tiempo de lectura:

La Europa relativista

Europa, y especialmente en países como Alemania, Austria o Francia, sufre un conflicto entre quienes callan ante la creciente intervención del islam en sus sociedades y quienes rechazan públicamente que influya en su vida y costumbres heredadas de sus tribus y folclore primigenios, y de las culturas griega, romana, judeocristiana y de la Ilustración.

 

Porque los dirigentes europeos, por relativismo cultural y errónea tolerancia, permiten que sólo la ultraderecha defienda algunos valores histórico-culturales tras los que oculta su fascismo.

 

Gran parte de las poblaciones rechaza en silencio que el islam logre, por ejemplo, que muchos colegios dejen de proveer a los niños de productos de la dieta milenaria de su país, como los porcinos.

 

O que se permita que se formen sociedades segregadas y cerradas en las que se siguen leyes medievales que oprimen a mujeres y niñas fuera de los valores conquistados tras la Ilustración, como son las libertades democráticas.

 

El relativismo falsodemócrata llama racistas, xenófobos e islamófobos a quienes denuncian esas conductas integristas y reaccionarias, y trata de situar a los verdaderos luchadores por la democracia en la extrema derecha.

 

Como consecuencia, y tras Francia, es llamativo el rechazo creciente a la influencia islámica en Alemania, donde Angela Merkel, víctima del relativismo buenista, dijo que el islam formaba parte del país.

 

Es tal el rechazo a su influencia y a esa idea que el partido ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD) pasó de la irrelevancia al casi trece por ciento electoral, sobrepasando a los influyentes Verdes. Y sigue creciendo.

 

Alemania nunca sufrió, como el sur de Europa, e incluso Austria y Polonia, invasiones musulmanas, y su relación se redujo al siglo XX, en la I Guerra Mundial y a la época nazi, cuando llegó a tener una división balcánica musulmana de las SS.

 

El relativismo europeo permite incluso que presenten en el Parlamento Europeo a un exterrorista con delitos de sangre, Arnaldo Otegui, como a un mártir de la paz.

 


 

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