Mientras los Estados europeos y la propia Unión Europea continúan mirando hacia otro lado en lo que hace referencia a la utilización en nuestros países de los velos islámicos que ocultan total o parcialmente el rostro y el cuerpo de las mujeres, el autodenominado Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en ingles), defensor a ultranza de la utilización obligatoria de estas prendas en los territorios que controla, acaba de dictar una orden, que concierne a la provincia iraquí de Nínive, a través de la cual se prohíbe terminantemente que cualquier mujer entre vestida con el niqab o el burka en centros militares y de seguridad.

Este comunicado de los islamistas, que ha sido recogido por la agencia de noticias iraquí Al Alam News Network y citado por la web Iran Front Page, se ha producido después de que varias mujeres completamente cubiertas hayan matado a varios comandantes y miembros del Estado Islámico en los últimos meses.

Como explica el historiador y analista político Daniel Pipes, presidente del Middle East Forum, este hecho revela dos situaciones intensamente paradójicas:

“Primera ironía: los dirigentes del ISIS exigen primero el burka y luego, al darse cuenta de que es una cobertura perfecta con la que pueden ser atacados, lo prohíben en zonas sensibles. Si continúan los ataques, tal vez el ISIS tenga que prohibir el burka en todos los espacios públicos, lo que sería todo un cambio.

“Segunda ironía: el régimen islamista más retrógrado, extremista y macabro de la Tierra reconoce que los burkas son un peligro para la seguridad pública, mientras que los Estados modernos, moderados y democráticos de Occidente siguen sin enterarse de nada.